El próximo mes de noviembre espera estar finalizada la nueva
carretera que conduce al Tarajal, esa frontera fantasma que, a su vez, aspira a ser el paso inteligente con un Marruecos que, a diario, ‘juega’ a asfixiarla. Poco a poco avanza la obra que dibuja un particular esquema de cambios en Ceuta. Ya se ha eliminado la rotonda que sirvió para tantas esperas de porteadoras cargadas de bultos por otra estructura a modo de raqueta que impide dar la vuelta por completo. Los carriles, más amplios, se separan ya alquitranados, permitiendo una mayor y mejor circulación. Al igual que la rotonda de la frontera, se ha terminado la que conduce al Hospital y comunica con las barriadas de Loma Colmenar y el Príncipe. El cierre fronterizo ordenado en marzo ha permitido que las obras hayan avanzado como nunca las autoridades habrían imaginado, perfilándose por completo el camino no solo hacia el paso fronterizo sino también hacia la barriada del Príncipe y Tarajal.
Sobre el camino peatonal también se ha trabajado a contrarreloj aportando una vía digna, nada que ver con la que existía anteriormente que impedía el
tránsito de dos filas de personas a la vez sin chocarse. Las luminarias, con sus candados de seguridad, serpentean ya todo el sendero de lo que, en semanas, espera ser el punto y final de la fase en ejecución de la carretera N-352.
Obras de primera necesidad
El Gobierno de España consideró estas obras de primera necesidad, por eso no se pararon y continuaron su avance incluso en los peores tiempos de la pandemia. Eso, junto al cierre que evitó el tránsito de personas y vehículos, es lo que ha permitido dar zancadas en vez de pasos para avanzar en todo lo que se había ralentizado bien por problemas burocráticos bien por el ingente tráfico que existía.
Tal y como aseguró el nuevo responsable de
Fomento, Diego Martínez,
se está en la última fase de esta actuación con el objetivo de que a mediados del mes próximo se haya podido cumplir con una de las fases más complicadas porque supuso además de demoliciones de infraestructuras, ganar terreno al monte, asegurar el lugar ante posibles derrumbes causados por la orografía del terreno y poder ampliar una carretera que vaya en consonancia con las obras que también se están ejecutando dentro de la propia frontera.