Como ya adelantamos en el artículo de la semana pasada, nuestra asociación ha presentado ya en el Registro de la Ciudad Autónoma nuestro documento de alegaciones al futuro PGOU de Ceuta. En total han sido veintiuna alegaciones que ocupan ciento sesenta y cinco páginas. Las alegaciones están divididas entre bloques. El primero de estos bloques de alegaciones, el más importante, está dedicado al contenido de la memoria justificativa del PGOU que propone el Gobierno de la Ciudad. Desde la primera página dejamos bien claro que nuestro concepto de ciudad es distinto del que defienden la práctica totalidad de organismos públicos, partidos políticos y demás agentes sociales y económicos. El concepto fundamental que barajamos es que se puede proyectar el aumento de la calidad del territorio sin recurrir a proyectos de expansión de las edificaciones existentes. Este concepto está íntimamente relacionado con la necesidad de establecer los límites del crecimiento urbano de Ceuta.
El documento del PGOU está plagado de incoherencias y contradicciones. Los principios de los que parte han demostrado ser tan sólo palabras huecas. Se dice en el preámbulo del PGOU que pretende ser participativo, cuando ha sido aprobado en pleno mes de agosto y sin un previo proceso de participación y difusión; realista, cuando no hace ni una alusión al problema de la sobrepoblación y la superación de la capacidad de carga; flexible, cuando lo es siempre para los mismos; revitalizador, cuando incluye actuaciones que atentan contra la vida natural; equilibrador, cuando incrementa el desequilibrio entre lo construido y lo no construido en el ámbito urbano; e ilusionante, cuando no ha suscitado ni la más mínima reacción entre la ciudadanía.
El propósito que subyace de fondo en el PGOU es mantener a toda costa el crecimiento urbano de Ceuta y con él sostener al influyente sector profesional, empresarial y burocrático que depende para su subsistencia del hallazgo de espacios en los que construir. Dadas las limitaciones geográficas de la ciudad y su amplio grado de densificación urbana y humana, las posibilidades para hacer viable este objetivo, que muchos consideran irrenunciable del crecimiento urbano, son escasas. Por un lado, como se planteó en el avance del PGOU, estaba la posibilidad de urbanizar el Monte Hacho y la zona limítrofe con los embalses del Renegado y del Infierno. A la primera de estas ideas tuvieron que renunciar debido a la fuerte oposición que encontraron por parte de la ciudadanía. No obstante, aún mantienen en el documento del PGOU dos importantes bolsas de suelo en el Hacho que quieren declarar urbanizable, algo contra lo que vamos a luchar. El segundo de los puntos al que desean dirigir los “dardos urbanizadores” es, como hemos indicado, el entorno de los embalses ceutíes, todo ello a pesar de que la Confederación Hidrográfica ya les ha advertido, después de las indicaciones que incluimos en nuestras alegaciones al Plan Hidrológico de Ceuta, que no es legal construir en las proximidades de los embalses.
Aún así, -limitados por la geografía, la oposición cívica y la legislación ambiental-, no quieren renunciar a seguir construyendo nuevos edificios al ritmo que les exige el poderoso sector de la construcción. Hay que meter cemento dónde sea y cómo sea. Esto explica que hayan puesto sus ojos en terrenos que los redactores del PGOU denominan “degradados” o “de complicada orografía”, zonas que coinciden con los cauces naturales que protege la normativa comunitaria y nacional y que en el vigente PGOU del año 1992 figuran como zonas verdes.
Buena parte de nuestras alegaciones comprende un amplio y exhaustivo diagnóstico de la sustentabilidad del desarrollo urbano ceutí, del que carece el PGOU. Para hacer este diagnóstico hemos utilizado como referente los criterios de actuación urbana recogidos en el "Libro blanco para la sostenibilidad en el planeamiento urbanístico español" ya que este documento es de aplicación directa en Ceuta al depender las competencias de urbanismo del Ministerio de Fomento, impulsor de dicho documento. Para hacer este análisis nos hemos servido de toda la información que hemos conseguido obtener, ordenar y sintetizar desde el Observatorio de la Sostenibilidad de Ceuta. De alguna manera todo nuestro esfuerzo y trabajo en estos últimos años ha encontrado su respuesta y justificación en este apartado de nuestras alegaciones al futuro plan general de la ciudad. Al final de estas alegaciones hemos incluido una tabla resumen del diagnóstico, en la que figura el grado de sostenibilidad en cada uno de los criterios analizados y la tendencia que observamos en cuanto a su progresión hacia la sostenibilidad. De igual modo, hemos añadido una tabla que recoge nuestras propuestas asignadas a cada uno de los criterios analizados. Son cerca de cien propuestas concretas para alcanzar el objetivo de la sostenibilidad urbana a las que sumar las ya contenidas en la Agenda 21 Local de Ceuta y su plan de acción.
Otro apartado importante de nuestras alegaciones es el de discusión de las zonas que el PGOU quiere declarar urbanizables. Basándonos en tratados internacionales, la legislación comunitaria y la española hemos justificado la obligación de conservar de manera integra el Monte Hacho, amenazado por dos actuaciones urbanísticas que figuran en el PGOU: las denominadas Huerta Solís y Sarchal norte. También hemos vuelto a insistir en la imposibilidad jurídica de urbanizar las zonas próximas a los embalses que gestiona la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
No faltan en nuestras alegaciones amplios comentarios y alegaciones a las actuaciones que los propios redactores y promotores del PGOU llaman “emblemáticas” como son la actuación en el ámbito de la Plaza y el mercado de Abastos; el descartado enlace Puerto Frontera; el arroyo Paneque; la recalificación de los terrenos de CEPSA y DUCAR; y la actuación en las fachadas de la ciudad que quiere cementar alegremente el gobierno de la Ciudad.
En coherencia con uno de los ejes de trabajo de Septem Nostra, como es el de la protección del patrimonio histórico, hemos trabajado de manera muy concienzuda en las alegaciones al apartado de protección del patrimonio histórico del PGOU. Este apartado del PGOU, sobre todo el listado de edificios protegidos, presenta graves carencias tanto en su forma como en su contenido. El listado está plagado de errores, ausencias significativas y de falta de información. Por este motivo hemos incluido una relación alternativa de inmuebles protegidos y hemos solicitado la eliminación del nivel de protección ambiental por considerarlo una puerta abierta al “fachadismo” y por la confusión que introduce entre los distintos grados de protección que contempla el PGOU.
Por falta de espacio no podemos extendernos más en la descripción del contenido de nuestras alegaciones al PGOU, pero sí queremos mencionar nuestra propuesta para que se mantenga el uso cultural del edificio perteneciente al Complejo Cultural de la Manzana del Revellín que da a la calle Padilla y que este inmueble acoja el hoy día inexistente Museo de la Ciudad de Ceuta. También quisiéramos destacar nuestra solicitud para que se reubique la planta de transferencia de residuos ubicada actualmente en el Monte Hacho.
Los otros dos bloques de nuestras alegaciones a los que nos referimos al comienzo de este artículo son los relativos a determinados artículos de las Normas Urbanísticas, -como el referente a la contaminación acústica-, así como al informe de sostenibilidad ambiental (ISA). Sobre este último no hemos querido entrar muy en profundidad, ya que tendrá que ser objeto de su correspondiente tramitación administrativa de consultas y exposición pública. Lo que sí hemos solicitado es que cuando salga a exposición pública haya sido previamente objeto de una profunda revisión y actualización, ya que lleva cuatro años sin revisar su contenido y así no se puede presentar un documento de la importancia del ISA.