NOS PLANTAMOS. Sí, el pasado día 28 de septiembre, todas las asociaciones profesionales nos levantamos del Pleno de la Guardia Civil, algo que la Asociación Española de Guardias Civiles, nunca pensó que podría suceder. El Consejo de la Guardia Civil es un órgano colegiado en el cual todos los Guardias Civiles, a través de sus representantes, los vocales de las asociaciones profesionales tenemos la potestad de exponer nuestras dudas, inquietudes, participar en la elaboración de las normas que nos afectan y someterlas a votación. Los Guardias Civiles tenemos palabra y voto, pero este no es decisivo ya que, aun con el voto negativo de todas, una normativa puede ser aprobada. Esta es una cuestión que todas las asociaciones profesionales consideramos que debería cambiar, pero a pesar de ello, siempre hemos respetado este foro por ser la única forma de trasladar al Ministro del Interior o en su defecto al director general de la Guardia Civil nuestra opinión. La perspectiva con la que los Guardias Civiles de a pie vemos los temas que van a condicionar nuestro funcionamiento y, a la postre, nuestras vidas y la de nuestras familias. De este órgano han salido normas que tanto han hecho mejorar las condiciones de vida de la Guardia Civil como han sido la norma que regula nuestra jornada y horario, la que regula las vacaciones, permisos y licencias, la de incentivos al rendimiento e incluso a través de este foro se hizo el reparto de la subida salarial que supuso la firma del acuerdo de equiparación. Todas estas normas han contribuido a mejorar las condiciones laborales de los Guardias Civiles y hacer a la Guardia Civil una institución moderna, adaptada a los tiempos y más transparente, todo ello gracias a que muchas aportaciones de los guardias civiles eran tenidas en cuenta, propuestas que nunca hubieran formado parte del acervo normativo de la Guardia Civil, porque la perspectiva de los otros representantes del Consejo “los generales de la Guardia Civil” es bien distinta. Hace algún tiempo, los representantes de los Guardias Civiles tenemos la impresión de cierto menosprecio hacia nuestra función y por ende hacia nuestros representados. Somos convocados a grupos de trabajo para los que no nos han anticipado los textos normativos a debatir, es raro que alguna sugerencia o propuesta se incluya en la normativa y la mayoría de las que se introducen apenas tienen incidencia en la misma. En último pleno del Consejo de la Guardia Civil, al que no acudió el ministro del Interior, porque tenía otras obligaciones que atender, la Administración dio un paso más allá y nos sorprendió iniciando la sesión del pleno sin la presencia del director general de la Guardia Civil, persona que por la norma que desarrolla este órgano colegiado debía sustituirlo. Nos dijeron que en unos veinte minutos se personaría, el tiempo iba pasando sin que apareciera y para más desprecio los representantes de la administración nos invitaban a ser breves en nuestras intervenciones con la excusa de que el salón donde se estaba celebrando la sesión debía utilizarse para otro acto, evitando de esta manera cualquier debate. Esto fue la gota que colmó el vaso y el motivo de que, tras solicitar un receso, todas las asociaciones representativas decidiéramos plantarnos y levantarnos del consejo. Estaba claro que este pleno para la Administración no era más que un mero trámite. La única razón de que se estuviera celebrando era porque las normas que se iban a tratar no podían ser aprobadas sin este trámite, parecía que para la Administración el resto de los puntos del día no tenían demasiada importancia, cuando había temas tan transcendentales para los Guardias Civiles como los días de descanso adicional que muchos compañeros no habían podido disfrutar por un error informático. Todas las asociaciones, en unidad de acción, tendemos la mano a la administración para que actuando desde la lealtad y el respeto recíprocos esta situación se solucione. Una mano para trabajar con lealtad en para hacer una Guardia Civil mas moderna y transparente y con más derechos.