“Nos han pedido paciencia, sí, pero hay comerciantes muy asfixiados”

El entorno fronterizo amanece cada día envuelto en un caos. Los cierres de la frontera se están convirtiendo en el pan nuestro de cada día. Algunas veces provocados por razones de peso como el intento de entrada, el pasado viernes, de entre 300 y 350 subsaharianos. Otras, sin tener claro el porqué, como sucedía en la misma tarde de ayer cuando, sin alarmas, los agentes marroquíes efectuaron varios cierres de su paso durante toda la tarde.
Esta situación unida a los colapsos continuados que se producen en el entorno fronterizo por el trasiego de porteadores y las nuevas normas aplicadas por la Administración está incidiendo directamente en el comercio.
La Confederación de Empresarios abordó esta problemática en la Junta Directiva celebrada el pasado viernes. Una reunión en la que también estuvo el portavoz de los polígonos del Tarajal, testigo directo de todo lo que está sucediendo en unas naves que están situadas en el punto de mira desde hace unas semanas. “Lo que se nos ha pedido desde la Delegación del Gobierno es paciencia, porque el tema está ahora caliente. Nosotros sabemos, porque nos lo han dicho, que anteponen la seguridad al comercio, algo que hasta cierto punto puede ser lógico”, señala el presidente de la CECE, Rafael Montero Ávalos. “Nos han pedido paciencia, sí, pero esa paciencia tiene un límite. Hay comerciantes muy asfixiados”, matiza.
Y es que el sector comercial está nervioso, pero de igual manera lo está el resto de la población que se ve afectada por las mismas retenciones. Ni el carril extra dispuesto en la frontera –y que termina siendo eliminado para garantizar la seguridad de los porteadores tras el derribo de la escalera– ayuda ahora a que el sector público como el del taxi o el del autobús se vea afectado por esta problemática.
“Existe tensión en el sector comercial porque la gente, lógicamente, quiere vender, pero estamos optando de momento por ser pacientes, como ha pedido Delegación”, insiste Montero Ávalos.
La Administración central ha colocado todas sus esperanzas en la apertura del ‘Tarajal II’, en donde el descontrol que impera en el detestado Biutz será sustituido por la organización de este paso, en el que habrá implicación en los controles tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional y la Agencia Tributaria. El problema es que mientras que España ha prácticamente terminado la obra, al otro lado Marruecos aún no ha comenzado el derribo del muro ubicado justo en el acceso que da a su parte. Algo que no hace sino aumentar el temor de los empresarios a que la situación actual de descontrol con los porteadores se extiende en el tiempo. “El problema es que al otro lado, en Marruecos, hay como un muro. España ha hecho su parte, pero del otro lado aún queda mucho por hacer, ellos no han abierto su puerta. De momento la CECE no ha recibido quejas formales, pero sí que hay tensión… Los comerciantes están esperando a ver qué pasa con la nueva apertura del Biutz…”, insiste el presidente de la Confederación. “Las ventas claro que se pueden resentir y se puede notar en unas fechas como éstas. El momento es complicado, muy complicado, de mucha tensión. Y cuando hay problemas de seguridad se cierra la frontera y se provocan colapsos. Las fuerzas de seguridad lo tienen claro, como ocurrió el otro día con el intento de entrada de los subsaharianos. Lo que nosotros exigimos es que si saben que existen estos problemas, que refuercen los controles con más efectivos”, apura Montero.

“La gran solución sería una frontera comercial”

El ‘Tarajal II’ se vende por parte de la Administración como la solución a los problemas, pero desde la CECE no se ve, de momento, bajo el mismo prisma. “El nuevo Biutz no será una solución. Puede que mejore la situación en un 60 o un 50 por ciento, pero el 40 restante seguirá ahí. Preferimos eso a nada, pero no creemos que sea la solución, esta vendría por otros lados, como duplicar los carriles de acceso y que nunca pasen por los polígonos. Pero la gran solución sería, y lo hemos dicho muchas veces, el establecimiento de una frontera comercial. Siempre nos contestan que Marruecos se negará, pero esa excusa no vale. Que lo planteen y cuando Marruecos se niegue, que lo vuelvan a plantear una vez más. Sigo sin entender por qué no se pide. Así no avanzaremos”, denuncia el presidente de la CECE. El debate que reabre Montero Ávalos ya termina siendo tradicional en Ceuta hasta el punto de que ha dado pie a la generación de foros abiertos para estudiar las soluciones que ayudaran a mejorar el tránsito comercial. No obstante en nada se avanza. De momento el único acuerdo existente es el de poner horario al traslado de mercancías ajustándolo a la operatividad que tendrá el nuevo paso que se abrirá en 2014.

Una ciudad que depende directamente del paso

C. E. CEUTA
El dato lo dio la propia Confederación de Empresarios. El 45% de la clientela que recibe los comercios de Ceuta depende directamente de Marruecos. Del país y de la frontera que nos separa. Por eso las incidencias que se marcan en el tráfico de personas y vehículos terminan teniendo sus consecuencias en la ciudad. No solo los empresarios del Tarajal se convierten en víctimas de esta situación, también los del centro ya que las colas y bloqueos fronterizos provocan que los turistas con capacidad adquisitiva no entren en Ceuta y, por tanto, no engorden la campaña navideña.
Los decomisos continuados que se están haciendo de la mercancía adquirida por los porteadores en las naves añaden otra nota negativa. La Benemérita tiene orden de evitar la salida de bultos por el paso del Tarajal, mientras que el Biutz se somete a las directrices que marca Marruecos, que aplica el mismo horario de cierre a pesar de que las entradas de los porteadores se hayan producido mucho más tarde debido a las filiaciones que, de todos los marroquíes que entran a trabajar en Ceuta, está haciendo Marruecos.
Esta situación tiene su tercer foco de influencia: el que se produce sobre el propio tráfico rodado. Los taxistas ven mermado su trabajo porque los carriles hacia la frontera quedan bloqueados montándose las largas colas que habían conseguido eliminarse con la distribución del tercer carril. Pero es más, la parada con la que cuentan en la frontera se pierde todos los días con la ocupación que, de toda la explanada, hacen los porteadores, que ya no encuentran refugio en la escalera demolida.
Indirectamente las fuerzas de seguridad sufren también su desgaste ya que deben atender un problema nuevo que se ha generado y que ha requerido incluso de la intervención de la UPR para desalojar a porteadores.