Conseguir normalizar la educación en todos los ámbitos es un auténtico reto en un mundo marcado por etiquetas y discriminaciones. El Ministerio de Educación lo tiene claro, sabe cuáles son las líneas de acción que debe seguir para dar un ejemplo de ello.
Lo está consiguiendo con los menores extranjeros no acompañados buscando que formen parte de una escolarización general, alejada de los guetos. Por eso ha favorecido la puesta en marcha de una escolarización eligiendo el IES Abyla para que 60 menores inmigrantes se formen en el mismo centro al que acuden otros estudiantes caballas por las tardes.
Ayer fueron recibidos en las aulas, allí se les educará, se les enseñará, se cumplirá con la ley. El Ministerio de Educación y el Área de Menores entienden a la perfección cuál debe ser el camino para que estos chicos llegados tras cruzar fronteras adquieran conocimientos y competencias lingüísticas necesarias durante el tiempo en el que permanezcan en nuestra ciudad.
No es un experimento, no es una burbuja. Es un proyecto educativo que Ceuta lleva como bandera de lo que se debe hacer, de la normalización alejada de tremendismos, de mensajes tendenciosos o de odios.
Ese es el camino, el ambicioso reto de enseñar a menores en uno de los institutos de Ceuta, con un profesorado implicado, con unos deberes y unas normas que buscan alcanzar ese fin último de la educación: la mejor de las formaciones sea para quien sea, se llame como se llame, proceda de donde proceda.