Dentro de ese control que realiza el Gobierno autonómico sobre las cuentas y los ingresos que se están produciendo, una de las principales dificultades que se pueden presentar a lo largo del año es si, tal y como sucedió en el ejercicio pasado, la Administración General del Estado se retrasa en cuanto al envío del dinero dejado de recaudar por el IPSI. A estas alturas hablamos de cantidades que ya se acercan mucho a los cincuenta millones de euros y para el presente ejercicio es muy probable que ande por ahí el dinero que deberá ser transferido por el Gobierno central.
Normalmente, esa cantidad suele llegar a finales de julio o como muy tarde a primeros de agosto, sin embargo, en 2010 se atrasó bastantes semanas y no fue transferida hasta bien entrado el otoño, lo que produjo algunas tensiones de tesorería para las arcas municipales.
A pesar que por parte del ejecutivo autonómico, recientemente, se han vuelto a realizar gestiones para solucionar este pago en una sola vez y se cambie por entregas a cuenta cada mes, no parece que se vaya a variar la fórmula que hasta ahora se ha venido utilizando.
De emplearse esos pagos a cuenta, la Ciudad Autónoma podría ahorrarse cerca de un millón de euros que son los gastos bancarios que se sufragan como consecuencia de las operaciones de tesorería que se realizan para tener adelantados de las mencionadas cantidades.