Los conocidos como MENA, menores no acompañados que residen en el Centro de la Esperaza, son digno de lastima, pues tienen que dejar su familia, en el caso de que la tengan, para colarse en Ceuta con la ilusión de una vida mejor. Aquí en nuestra ciudad se les trata bien, se les intenta dar una educación lo mejor posible, para ello asisten al colegio, cursos de formación, etc.
Su estancia en el Centro abierto de la Esperanza le cuesta al Ayuntamiento una suma de dinero importante. Si esta cifra la dividimos por los niños que residen en el Centro, nos encontramos con que la estancia, educación, manutención, etc., de cada niño puede llegar a costar mensualmente más de lo que cobra un funcionario en Ceuta, que ya es decir. No olvidemos que ese dinero, como todo el que maneja el Ayuntamiento, sale de los impuestos que pagamos todos. Hasta aquí, todo bien.
El tema es que algunos de estos menores, cuando salen a divertirse por el centro de la ciudad, bajos de “La Marina”, Poblado Marinero, etcétera, lo suelen hacer fastidiando e incordiando a muchos de nuestros hijos, por cierto, también menores. No son pocas las veces que se suelen ver grupitos de estos menores no acompañados, los sábados por la tarde, que van metiéndose con los niños que encuentran por su camino, ya se sabe que cuando se va en grupo se suele ser muy valiente.
Es una alegría saber que con mis impuestos y los de todos los españoles se contribuye a que niños que llegan a España sin recursos son bien cuidados, pero también es muy triste ver como algunos de ellos, yo diría bastantes, incordian a nuestros hijos, los cuales también son menores y están en su país de origen. Estos menores que son algo conflictivos (me refiero a los que van fastidiando) deberían de ir acompañados por un educador del Centro para que se diviertan sin molestar a los niños y niñas que van de bien por nuestras calles y son agredidos verbalmente por algunos de estos “valientes”.
Nuestras leyes deberían de ser muy acogedoras con todos aquellos que vengan a respetar nuestras leyes y normas, y por supuesto, respete a nuestros menores. Los que sean de poco respetar y de incumplir normas y leyes los deberían de retornar a su país de origen, pues “mete patas” ya tenemos bastantes aquí, ¡no necesitamos más!
Lo que daría muy buenos resultados, sería que los Centros de acogida como el de La Esperanza estuviesen ubicados en Marruecos (país de origen de la mayoría de menores no acompañados) y financiados por España.
Esto haría que los niños estuvieses en su país de origen y no perdieran el contacto con su familia y su arraigo. Y por otro lado, quedaría Ceuta un poquito liberada de tanta presión inmigratoria, pues ahora con los últimos cambios en las leyes ha aumentado considerablemente el número de menores no acompañados.
Por último, sería bueno decirles a nuestros políticos que reflexionen un poco y vean si el Centro de menores “La Esperanza” está en las mejores condiciones para dar una educación adecuada a estos menores que con tanto cariño y esfuerzo acogemos en nuestra Ciudad.
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