Cuando vea la luz este artículo, estaré en Barcelona o en cualquier pueblo o ciudad de Cataluña representado como apoderado al Partido Popular en las elecciones autonómicas convocadas para el día 27 de septiembre.
Hace ya casi tres años, noviembre de 2012, también estuve como apoderado en la ciudad de Vic, y pude comprobar en primera persona la deslealtad y vulneración de la legalidad vigente, no sólo con la colocación de banderas ilegales en el colegio electoral, sin que la Policía Municipal o mozos de escuadra (Policía de la Generalidad), hicieran nada para quitarlas. Del recuento de votos, mejor no hablar, las papeletas válidas del Partido Popular y PSOE desaparecían y se convertían en votos en blanco (estas junto con las papeletas de los partidos ya contadas, se destruyen al final del proceso) en cuanto nos retirábamos de una mesa para ir a otra.
Estas elecciones, pese a su importancia, son sólo eso, unas elecciones autonómicas, por más que algunos se empeñen en otra cosa.
Frente a esas candidaturas que abogan por la secesión de una parte de España, sin contar con el resto de los españoles, sólo dos partidos se definen y defienden la unidad indisoluble de España y la igualdad de todos los españoles, independientemente del lugar donde residan: El Partido Popular y Ciudadanos.
Existen otras fuerzas políticas como Unió o el PSC (no sabemos si hermano o primo del PSOE), que están por el sí pero no o el no pero sí, pensando sólo en un hipotético rédito electoral llevan varios años jugando a la indefinición política, donde hablan de un Estado Federal asimétrico ( donde unos tienen más derechos y menos obligaciones que los otros), que reconozca una nación catalana con encaje en otra nación, España, donde se reconozcan sus singularidades ( en lenguaje clarito: más dinero para ellos, menos para el resto de los españoles).
Y hay que decirlo alto y claro para que no haya equívocos: Cataluña nunca ha sido una nación o estado. El condado de Cataluña era parte del reino de Aragón, que al unirse con Castilla con el matrimonio de Isabel y Fernando, formaron la nación española (el primer estado moderno de Europa) hace más de quinientos años. Y de esos siglos de unidad tenemos que estar orgullosos y pregonarlo dentro y fuera de nuestras fronteras.
Estas elecciones catalanas, unos impresentables y desleales intentas hacerlas plebiscitarias. Eso ha sido posible gracias a una campaña orquestada desde hace muchos años que se inició con la manipulación de niños y jóvenes desde que se les cedió las competencias en educación y un bombardeo de consignas separatistas antiespañolas desde unos medios de comunicación comprados y puestos al servicio de esos espurios intereses.
Pero pese a ello, esta situación no hubiera sido posible si la pasividad o desidia del resto de España, desde ciudadanos de a pie, trabajadores, empresarios y fuerzas políticas.
Sindicatos como UGT o CCOO, esos de los EREs, apoyando el mal llamado "derecho a decidir" que no es sino el no derecho a decidir de todos los españoles para dárselo sólo a una parte. O la actitud y actuación del PSOE que pensando sólo en un hipotético rédito electoral llevan varios años jugando a la indefinición política que no hace sino animar a los que insultan nuestro himno, Jefe del Estado o queman nuestras banderas. El último botón desde pasado artículo se comenta sólo: "El Ayuntamiento de Barcelona inicia los trámites para revisar los nombres de calle monárquicos. La propuesta ha contado con los votos a favor de BComú, ERC, CiU y la CUP, la abstención del PSC y el rechazo de PP y Ciudadanos. Bosch señala que el objetivo es que no haya en la ciudad "ningún reconocimiento a una dinastía impuesta por las armas y perpetuada por dictaduras".(www.20minutos.es/noticia/...)
Unos más que otros, pero todos hemos dado alas a estos sinvergüenzas y desleales. Destaca el miembro europeo de la conjunción planetaria Rodríguez Zapatero que dejó a España al pie de los caballos en lo económico, en lo social y en lo político. A él le debemos la imposición de un Estatuto que nadie pedía y la frase: "¡aceptaré el Estatuto tal como venga de Cataluña"!
Cuando creíamos salvados del visionario Zapatero aparece Pedro Sánchez que trata por todos medios a su alcance ser un Zapatero 2.0 para todos los españoles, dando muestras de un odio visceral al Partido Popular llegando a compararlo con Bildu. Estas salidas de tono no son niñerías, es "el RedBull" del que se alimentan todos los días los separatistas. Termino como empecé: No se enteran todos esos seguidores del pensamiento Alicia que piensan que la solución está en negociar, en escuchar, en modificar la Constitución para contentarles y les es mucho más cómodo esconder la cabeza como avestruces pensando que esto pasará pronto como un mal sueño.
No se enteran, ni quieren enterarse que estos nuevos nacionalistas (separatistas trasnochados henchidos de odio) no se van a conformar con pequeños o grandes cambios constitucionales y, por supuesto, más euros para su territorio quitándoselo al resto de España, ni con un nuevo concierto económico-fiscal. Ellos quieren ser una nación independiente y distinta de España, pero ojo dentro de la Unión Europea donde seguir sangrando al resto de los españoles. Su eslogan pasará del "España nos roba" a "Cataluña para los catalanes y España para todos".
Y frente a este pulso insolidario e ilegal tenemos que decir ¡basta!, ¡se acabó!, ahora toca aplicar sin ningún temblor los recursos legales que el Estado de Derecho ha puesto en nuestras manos.
(*) Senador por el Partido Popular-Ceuta.