No puede haber diferencias entre funcionarios sobre el horario

No parece que la aplicación del nuevo horario para el personal al servicio de la Administración autonómica vaya a ser fácil en uno de sus apartados concretamente el referido a quienes ya trabajan cuarenta horas y que afecta de manera especial a Policía Local y Bomberos en líneas general, aunque también hay otros centros.
Creo que ya se conocen las dos posturas que negociaron el pasado viernes la Ciudad Autónoma con los representantes sindicales y que deberán ser nuevamente retomadas el próximo jueves por la mañana, porque el tiempo se está echando encima, ya que la nueva fórmula comenzará, como para el resto de los funcionarios y laborales, además de los empleados de las sociedades municipales, el próximo lunes.
Pienso que es necesario hacer una reflexión sobre este particular. En primer lugar, ha sido el Gobierno central quien ha publicado un Real Decreto, el cual ha sido convalidado en las Cortes Generales y que es de obligado cumplimiento para todas las administraciones públicas. Es la misma situación de cuando Rodríguez Zapatero decidió un recorte de un cinco por ciento en los sueldos o ahora Rajoy la eliminación de la paga extraordinaria. No hay capacidad de movimiento para el Gobierno autonómico, simplemente, el cumplimiento al pie de la letra de lo que dice el mencionado real decreto.
Y me gustaría hacer igualmente una segunda reflexión y es que la aplicación de la norma es igual para todos, en lo bueno si lo hay, y en lo malo que, por supuesto, también lo habrá. En lógica solidaridad con quienes hacen treinta y cinco horas y que a partir de ahora trabajarán treinta y siete horas y media y quienes tenían jornada partida que ya realizaban las treinta y siete media y que, por supuesto, ya habían pactado su tema en previsión de este más que sabido aumento de la jornada laboral en las distintas administraciones.
Tal y como se ha explicado las posturas puestas encima de la mesa son razonables: los trabajadores público trabajan en estos momentos treinta y cinco horas. Pues bien, quienes hacían cuarenta en función de su propia actividad cobraban un plus por esas diez horas mensuales que laboraban de más. Algo lógico y natural. También es cierto que quienes trabajan treinta y cinco ahora trabajarán treinta y siete horas y media, pero cobrando lo mismo. Como quienes tienen cuarenta no pueden hacer cuarenta y dos y media, y no queda más remedio que subirles ese tiempo de más, pues el Gobierno les ha propuesto que las diez horas mensuales vayan a una bolsa que se utilizarían para cuestiones extraordinarias. Por supuesto, ya no cobrarán como horas extraordinarias servicios como los carnavales, la feria o la Semana Santa, sino que se utilizaría esa bolsa acumulada.
Pero hay una segunda salida: que no aceptan la bolsa, entonces continuaría trabajando cuarenta horas y cobrarían por treinta y siete y media, ya que de algún lado deben salir las dos horas y media semanales. Todo por pura aplicación de la norma como al resto de sus compañeros.
Lo que no entiendo es como ahora policías locales y bomberos van a protestar, lo que considero una insolidaridad con el resto de sus compañeros, porque al final las dos horas y media de más son para todos.
Confío en que recapaciten porque si se miran en la empresa privada, entonces saldrían corriendo casi todos estos empleados públicos que, al fin y a la postre, a día de hoy tienen asegurado en este caso que nos ocupa sus puestos de trabajo salvo catástrofe.