No perder la capacidad de la crítica

Una de las tareas que le encomiendo a mis alumnos es atreverse a no perder la capacidad de la crítica, de no tener miedo, de levantar la mano y pedir argumentaciones a una decisión que nos afecte o que afecte a los demás.

Creo que el haberme pasado más 43 años estudiando Filosofía e impartiéndola en las aulas me ha enseñado a ser libre, al menos, en la medida de lo posible.

Cuando los alumnos me preguntan para qué sirve esta materia, les respondo lo mismo: “Es útil porque sirve para mirar dentro de ti buscando preguntas sin importar las respuestas. Sirve porque su valor es un fin en sí mismo y nos hace ciudadanos que han dejado de ser súbditos. Sirve para poner en tela de juicio las verdades que hemos mamado en la cuna y para no sucumbir a la inacción frente a los que mandan mientras que mandan aunque nos salga caro, aunque suframos las presiones de lo que nos rodean”.

Veo al presidente Pedro Sánchez, intento comprender sus decisiones, entender el viraje radical de su política. Oigo a la calle que lo desligitima hablando de un gobierno ilegítimo: ¿Cómo es posible? ¿Por qué ilegítimo? Pero también escucho al partido socialista y a sus militantes justificarlo todo, haga lo que haga o diga lo que diga. Las hemerotecas son papel mojado que a Pedro Sánchez y sus ministros le importan un comino.

"En muchos institutos no entendemos las decisiones que toman los equipos directivos pero somos incapaces de pedir explicaciones, si acaso, cuando nos afecten personalmente"

Hoy le escribía a una compañera que defendía a ultranza la tesis de la amnistía: “Lo de el compañero Pedro Sánchez es metafísica política que se escapa al común de los mortales.

Es mejor no pensar y a todo lo que diga decir sí. Ya no tengo por dónde cogerlo. Pues eso, creo en él como creo en Dios y en su buen hacer.

Todos le aplaudiremos. No queda otra”.

A eso me refiero cuando se haga lo que se haga asumiremos la voz autorizada.

Pasa en todo momento. Es el terror a salirse de la zona de confort. Guardar silencio para no complicarte la vida.

En muchos institutos no entendemos las decisiones que toman los equipos directivos pero somos incapaces de pedir explicaciones, si acaso, cuando nos afecten personalmente. Tu implicación en cualquier problema que no te afecte suele salirte caro. Defender a los que no quieren defenderse supone ser señalado como bulto sospechoso.

Pones cualquier reclamación en un servicio público y escuchas: “No merece la pena”. Te dicen: “Soy interino y pueden tomar represalias, lo mismo el próximo año no trabajo”.

"Las generaciones actuales deben despertar de este letargo y sigo pensando que la actitud filosófica es un buen despertador"

Aguantas las iras cuando te tratan con una patada en el culo y te vas avergonzado con la cabeza gacha. ¿Y la dignidad? ¿Dónde está el tratar a las personas como personas?

Haces pública una opinión en la prensa y te llaman inconsciente, te enfrentas a unos padres por la actitud de sus hijos y te echas para atrás porque te amenazan con denunciarte. Escribes un libro y eres amenazado de muerte (caso de Salman Rushdie y ‘Los versos satánicos’).

Callas o te callan. Hablas y tendrás que atenerte a las consecuencias.

Las paredes escuchan, hay moros en la costa, hay ropa tendida; estas son las frases hechas para que interrumpas la conversación no sea que te oiga el que corta el bacalao.

Dicen que contra Franco nos comprometíamos más, incluso nos sentíamos más libres porque no lo éramos. Ahora el aborregamiento y el silencio de los corderos nos convierte en marionetas que bailan al son del que toca el instrumento.

Las generaciones actuales deben despertar de este letargo y sigo pensando que la actitud filosófica es un buen despertador.

Mañana nos comerán los gusanos y ellos ya no tendrán la delicadeza de preguntarnos si queremos ser devorados por ellos.

Así que yo a mi CAÑONAZO que al menos lo leo yo. Con eso me basta.

Gracias a todos aquellos que se atrevieron a levantar la mano para que los viéramos, para que los escucháramos, para que les pusiéramos cara. Mientras existan seguiremos aprendiendo a ser mejores.