“No nos van a callar: Wert arruina a generaciones completas de ceutíes”

Los cuatro expedientados por la Delegación del Gobierno como presuntos organizadores y promotores de la pitada que el ministro de Educación, José Ignacio Wert, recibió el pasado 26 de junio ante la Biblioteca Municipal de Recinto

por parte de aproximadamente medio centenar de personas pidieron ayer en rueda de prensa al Gobierno que preside Mariano Rajoy y a la Asamblea que tome “medidas” sobre el titular de la institución de la Plaza de los Reyes, Francisco Antonio González Pérez, que a su juicio “ha perdido la cabeza” y no está capacitado para seguir gestionando responsabilidades públicas.
Las propuestas de sanción que por importe de 301 euros cada uno han recibido los diputados Mohamed Ali, Juan Luis Aróstegui, el miembro del Círculo Podemos de Ceuta Julio Basurco y el estudiante e integrante del Movimiento Pedagogía Ciudadana Hamza Er Roudani son, según su criterio, la prueba definitiva de que el delegado es “un pirómano” y alguien que “amenaza” la vida el democracia, el ejercicio de los derechos fundamentales y “la estabilidad de esta ciudad”.
Según su exposición, a cada uno de ellos se les ha expedientado, respectivamente, “por hablar con la Guardia Civil, por tratar con los medios, por sujetar una pancarta y por tocar un tambor”. A los tres primeros “nadie” les identificó ni les advirtió en la calle de que podían estar vulnerando la legalidad. Al cuarto, de 18 años, “dos agentes de paisano” le persiguieron “hasta el baño” en el Campus, donde sí le fue requerida su documentación.
“Hemos sido sancionados vilmente por el delegado por ejercer el derecho fundamental a la libertad de expresión en un país democrático, para reprobar la política de un Gobierno y de un ministro que está desmantelando con recortes la Educación Pública”, explicó Ali, “y como, haciendo gala de oscurantismo, no supimos la agenda de Wert hasta la mañana de su llegada, es imposible que se nos exija la comunicación previa con 10 días de antelación”. Imponiéndola la Administración hace, según Aróstegui, una interpretación “torticera” de una normativa “que establece ese plazo para defender el ejercicio del derecho, para regular el tráfico o poner seguridad, no para que el delegado autorice o no, que es una potestad que no tiene salvo que estemos en una dictadura”.
Para el diputado y secretario general de CCOO lo que molestó a González Pérez es que se perturbase “el paseíllo triunfal de un ministro que sus conmilitones no querían que hablase con nadie más para mantener sus sueldos”. “Con esta actitud se cargan el sistema democrático, en el que un ministro debe estar sometido al escrutinio permanente de la ciudadanía y en el que Wert es abucheado por toda España por su vergonzosa política, que en la capital del fracaso escolar es especialmente dañina, algo que queríamos que supiese”, añadió.
Aróstegui también desmintió rotundamente que “nadie, ni nosotros ni quienes también estaban allí”, llamase “hijo de puta” a Wert, “como ha dicho el mentiroso compulsivo del portavoz del Gobierno”. “Una cosa es que merezca un insulto, que queda en la conciencia de cada uno, y otra que se gritase nada más que ‘sinwertgüenza’ haciendo un juego de palabras con su apellido”, puntualizó.
“No nos preocupan las consecuencias jurídicas o administrativas de este expediente sino su repercusión democrática, la diferencia entre convertirnos en súbditos que solo pueden decir lo que otros desean escuchar o ciudadanos libres”, alertó el también sindicalista, que subrayó que “o entendemos esto o dejaremos la soberanía en manos de quienes no entienden la democracia”.
“Nosotros seguiremos luchando, con o sin multa, o con cien multas más, porque no nos van a callar para que dejemos de decir que con sus políticas Wert arruina la vida a generaciones enteras de ceutíes”, remarcó.
Basurco señaló que el PP ha emprendido el camino de “la represión” e interpretó que el delegado “simplemente quería multarme a priori”. “Están desquiciados y quieren meter miedo a quienes protestar, por lo que esto es un aviso a navegantes, pero solo consiguen que estemos más orgullosos y más convencidos de que lo que defendemos es justo, legal y legítimo. Ellos son los antisistema”, acusó.
Er Roudani tildó de “patético” el proceder de la Delegación, a la que afeó “que pida Justicia de forma injustificada sin argumentos lógicos e imputándonos una falsa incitación a la violencia”. “El delegado malgasta con este tipo de cosas recursos y dinero público mientras la frontera y la Seguridad Ciudadana están como están”, reprocharon a González Pérez antes de terminar.

“Coincidimos, no había otra para protestar”

Las alegaciones presentadas a los expedientes señalan que las alrededor de medio centenar de personas congregadas ante la Biblioteca durante la visita de Wert fue una “coincidencia” que “no se debe más que al hecho obvio de que en la agenda hecha pública por los medios de comunicación horas antes no había otro lugar más indicado”. “Si queríamos expresarnos, no teníamos otra opción”, alegan. Además, los cuatro implicados refieren que “no puede existir en el ordenamiento jurídico de ningún país democrático una norma que pueda sancionar el hecho de manifestar de manera pública, ordenada y serena la discrepancia con un ministro que mantiene hacinados a los alumnos; recorta plantillas de profesores; recorta presupuestos para becas; desmantela programas educativos; dinamita  la Atención a la Diversidad”; perjudica conscientemente el funcionamiento de los centros educativos; desprecia constantemente a la comunidad educativa; y con todo ello consigue arruinar la vida de generaciones completas de ceutíes, en especial de los más vulnerables”.