No es lo mismo comprender que sorprenderse

ENTIENDER Y COMPRENDER. A estas alturas de mi vida, pasada la frontera, hay pocas cosas que no comprenda y entienda, de hecho, en política nada. Todo es comprensible en la forma de actuar de los grupos políticos y sus corifeos mediáticos.

Entiendo la actuación del ególatra Pedro Sánchez, del sibilino y peligroso post-chavista Pablo Iglesias hoy en horas bajas por el auspiciado auge del ex-amigo y excompañero el chavista Errejón); el primero capaz de vender España a los separatistas y los segundos intentando romperla y llevarnos a la hambruna de Venezuela.

Comprendo a sus votantes, cándidos, pijoprogres o parados desesperados que piensan que las promesas de PSOE o Unidas Podemos (¿significa que ellos no están unidos?) algún día, más pronto que tarde, les llevará a todos a la clase media del bienestar soñada. ¡Ilusos!

Por entender, entiendo que se apoyen en Bildu, partido pro ETA y, tengan la caradura de decir a las víctimas del terrorismo que hay que pasar página, mientras siguen jugando a cambiar la Historia de España o remover las cenizas de Franco, y acusar a un partido íntegramente constitucionalista como VOX de fascista y no hacerlo con los nacionalistas vascos o catalanes.

Del Partido Popular, Ciudadanos y Vox, entiendo, pero no comparto, los egos personales de ciertos dirigentes, que les hacen incapaces de unirse en torno a una idea: España y su Constitución.

Del Partido Popular, en el que milito, entiendo y apoyo el giro dado por mi presidente Pablo Casado, alejando al partido de la parálisis y alejamiento de la calle, a la que nos llevó Mariano Rajoy. Aplaudo los nuevos nombramientos, especialmente el de Cayetana Álvarez de Toledo, pero todavía queda la tarea más ardua: democratizar y hacer más participativo al partido.

Sorprenderse

Me sorprende que todos esos votantes de las llamadas izquierdas, no terminen de darse cuenta de la tozuda realidad. La izquierda no quiere que los necesitados dejen de ser tener penurias. Los partidos de izquierda viven de los pobres y sus necesidades. Sólo les dan migajas, porque saben que el día que sean clase media, dejaran de votarles. Lo que, si hacen muy bien, por cierto, es acabar con la clase media que sustenta el Estado de Bienestar.

También me sorprende la falta de una política clara y coherente del Partido Popular en toda España. Si a nivel nacional no se pacta -sería una falta de respeto a los españoles- con partidos que se apoyan en separatistas y filoetarras, como hace el PSOE, (ejemplo Navarra), ¿Cómo es posible que en Ceuta juguemos a los cordones sanitarios con Vox, que no son sino nuestros antiguos, y no tan antiguos, compañeros de militancia y votos, y en cambio, “se negocia”, “se acuerda puntualmente”, en pocas palabras, se gobierna con los socialistas de Pedro Sánchez?

Apoyos carísimos, pero carísimos e incomprensibles para sus votantes. Nos equivocamos una y otra vez, así nos va: hace ocho años teníamos 17 concejales, en 2015 pasamos a 13, hoy sólo 9. En 2023 le dejo la respuesta al lector.

Y en las próximas elecciones de noviembre, a las que hemos llegado por deseo expreso del mentiroso Pedro Sánchez, seguramente también se cumplirán sus planes en nuestra querida Ceuta. Para evitarlo Partido Popular y VOX debemos de ir juntos en el proyecto ESPAÑA SUMA. Ir por separado será entregar tres parlamentarios a una izquierda que si une sus votos.