“No hablamos de combatientes sino de terroristas yihadistas”

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, compareció ayer de manera oficial para valorar la relevancia de la operación llevada a cabo el pasado viernes en la ciudad entre la Guardia Civil y la Policía Nacional.

Operación que terminó con el arresto de 8 vecinos del Príncipe (entre ellos hay tres que tienen vinculaciones familiares entre sí, además de dos absueltos en la Operación Duna) y el registro exhaustivo de sus domicilios en donde se halló material documental e informático, una pistola, otra simulada, una escopeta de cañones recortados, abundante munición y hasta un kilo de hachís.
Ayer al ministro le tocó hacer la valoración política e ir más allá en la interpretación de lo que han ejecutado policías y guardias civiles en coordinación. Mucho es lo que durante este último año se ha escrito de la marcha de ceutíes a Siria, de su posible vinculación con organizaciones mayores, de la conexión con Castillejos e incluso de las búsquedas de financiación entre actividades delictivas para garantizar los viajes al foco de tensión por excelencia en la actualidad. Por eso, el ministro lanzó una advertencia para comprender el porqué de la relevancia del trabajo desplegado en esta operación todavía sin nombre. Fernández confesó que existía un claro interés de la organización desmantelada por conseguir que sus militantes (la gente captada) pudiera regresar para llevar a cabo, en su país de origen, la yihad individual. La red, que tenía base en Ceuta y Castillejos, captaba, adoctrinaba y financiaba los viajes a Siria con la idea de, una vez aprendido allí conocimientos de combate, regresar a España convirtiéndose en una amenaza real y grave.
Es por ello que había que actuar de inmediato. De hecho, la operación ejecutada el pasado viernes se había planificado para dentro de varias semanas, pero se tuvo información de que se preparaba el traslado de más jóvenes (marroquíes y ceutíes) a Siria, así que se tuvo que actuar para “neutralizar un peligro evidente”. El ministro de Interior recalcó que los jóvenes enviados a luchar contra el régimen de Al Asad no eran meros combatientes, sino que se trataba de yihadistas terroristas que marchaban adoctrinados para cometer atentados. Ahora en Siria, pero también en cualquier lugar de conflicto.
Durante la rueda de prensa oficial, Fernández Díaz destacó que la red pudo haber enviado a cincuenta yihadistas a Siria para integrar dos filiales de Al Qaeda que operan en esa zona en conflicto y cometer atentados, alguno de ellos suicida. Desde Ceuta partieron 12 personas, entre ellas los 9 ceutíes de los que consta denuncia además de otros marroquíes con residencia en la ciudad, de cuya marcha se ha ido informando en distintas ediciones de El Faro. Desde Marruecos partieron más, y específicamente de la localidad de Castillejos un buen número más.
De hecho, el ministro se refirió en sus distintas intervenciones de ayer a esa conexión entre los supuestos integrantes de la red en Ceuta con Castillejos. Esa conexión llega al punto de que varios de los ceutíes que marcharon adoctrinados por la red ceutí lo hicieron cruzando el Tarajal y haciendo el viaje desde Casablanca a Turquía. Así por ejemplo marchó el único menor del que se tiene constancia su viaje a Siria.
Según Fernández Díaz, en Turquía eran recogidos por “los facilitadores” que, bajo extremas medidas de seguridad, les llevaban a las zonas de Siria en conflicto.
En esa zona les ponían en contacto con dos filiales de Al Qaeda, una de ellas llamada Estados islámicos de Irak y la otra Levante (ESIL), ha explicado el ministro en rueda de prensa.
Desde hacía tiempo se estaba investigando todo lo relacionado con la marcha de ceutíes a Siria. La preocupación por este asunto, que de hecho ha copado cuantiosas portadas de este periódico desde que en abril de 2012 se informara de la primera salida de ceutíes, era evidente. Tras la marcha de un grupo de cuatro jóvenes, hace unas semanas, se sospechaba que iban a partir más. De hecho, de entre los ocho detenidos se cree que hay tres -los más jóvenes- que estaban preparados para marchar ya a Siria, tras ser adoctrinados por la organización. ¿Y cómo? Se reúnen con ellos, les meten una ideología determinada y al final les hacen ver una sola salida que es la huida a un país en conflicto para combatir. Si no mueren, volverán a su país con conocimientos y una ideología determinada.
“No estamos hablando de combatientes que se integren en uno u otro bando sino de terroristas yihadistas que cometen atentados terroristas”, quiso destacar, haciendo hincapié en este dato, ya que, consideró, era el más relevante ejemplificador de lo que había más allá de la mera desarticulación de esta red. Existe, insistió, “un claro interés de Al Qaeda” por conseguir que muchos de sus militantes puedan regresar a sus países de origen.
Pero si el ministro insistió en este apartado, también lo hizo en otro: en destacar la estrecha colaboración que, en el operativo del viernes, existió entre la Benemérita y la Policía Nacional. De hecho, Fernández Díaz intervino ante los medios de comunicación acompañado de los directores generales adjuntos de ambos Cuerpos. Calificó de “brillante” la operación, grado alcanzado gracias a la “extraordinaria colaboración” entre la Comisaría General de Información del CNP y la Jefatura de Información de la Guardia Civil.
La colaboración ha sido importante, sobre todo a nivel de información. Destacar este extremo tiene su sentido, ya que ha sido clave para conseguir que agentes de uno y otro Cuerpo trabajaran en unión, sin cortapisas y sin enfrentamientos. De hecho, al margen de Fernández, efectivos y mandos de ambas fuerzas de seguridad han insistido en la buena coordinación y compenetración que existió desde la madrugada del jueves al viernes, cuando desde las cuatro de la mañana se estaba trabajando en la inmersión en el Príncipe.
Lo del viernes nada tuvo que ver con la Operación Duna en cuanto a organización policial se refiere. En aquel 2006 más que colaboración hubo enfrentamientos. La Guardia Civil no supo de qué iba la operación policial hasta que se llevó a cabo y ambos Cuerpos nunca compartieron datos sobre las investigaciones que cada servicio de Información llevaba sobre, curiosamente, el mismo asunto.
Aquello terminó con la Garzonada de la Duna, así que en esta ocasión había instrucciones específicas (incluso de la Audiencia Nacional) para que trabajaran en el mismo sentido. El 80% del trabajo que ha dado estos resultados hay que atribuirselo a la labor realizada por agentes de Ceuta, amén de otro tipo de investigaciones internas de carácter más especializado.
En el día de ayer, y con los 8 detenidos ya en Madrid en dependencias policiales (después de su traslado en helicóptero), el Ministerio de Interior colgó en su página web el video correspondiente al operativo desarrollado en la mañana del viernes en el Príncipe, y que fue grabado por los propios agentes participantes. Un video en el que se aprecia buena parte de las imágenes que El Faro ofrecía en su edición de ayer de los registros en el corazón del barrio, de la llegada de los agentes a primera hora de la mañana así como del traslado de los detenidos en la base del helipuerto militar.
Mañana lunes los detenidos serán puestos a disposición de la Audiencia Nacional por su presunta relación con delitos de terrorismo. Bajo orden judicial se han llevado a cabo los registros, las órdenes de entrada así como las cuantiosas grabaciones y pinchazos telefónicos existentes.

Ver Video (Ministerio del Interior) de la Operación llevada acabo en Ceuta el viernes 21-6-2013

El video de Rachid

Referencia oficial
Se relaciona con la muerte de 130 personas
Ya el año pasado, El Faro publicaba una doble página haciéndose eco de la presencia de un video en el que aparecía una persona con el rostro difuminado al que se identificaba con el primer ceutí del que se tuvo conocimiento de su muerte en Siria. Se trataba del vecino del Príncipe, el taxista Rachid. Pues bien, ayer el propio ministro de Interior hizo referencia a ese documento para justificar que algunos de los que habían marchado a Siria captados por la red habían muerto perpetrando atentados. Montado en un camión, se dirigió al campamento militar de Al Nairab, donde murieron 130 personas, cifra que nunca había sido dada a conocer de manera oficial hasta ayer. Interior le atribuye este atentado suicida con un camión lleno de explosivos y lo fecha ahora en el 1 de junio de 2012, así como el balance de 130 fallecidos. En las labores de reconocimiento se ha tenido en cuenta algunos rasgos físicos que se aprecian en el video así como el reconocimiento de voz. En el video se identifica por el alias de 'Abu Musab' (el padre de Musab). Con la difusión de esta nueva información, el ministro justificó ayer que las personas enviadas a Siria son obligadas a estas prácticas.