¿Por qué no es racismo ni odio? Lo sucedido en Valencia el pasado domingo no es racismo ni odio ni es una cuestión que haya que tratarla con el código penal en la mano. Y digo que no es racismo porque el 99 % de los que actuaron contra Vinicius ni son racistas ni pretendían odiar a Vinicius con sus cánticos. El Real Madrid jugaba ese día con seis jugadores negros y cinco blancos. Mayoría de futbolistas negros. ¿Por qué los valencianistas eligieron a Vinicius exclusivamente para cantarle lo que le cantaron? No lo hicieron por racismo porque para eso tendrían que haberles cantado a los seis futbolistas de color del Real Madrid. Ni lo hicieron tampoco por odio por la misma razón anterior ya que ninguno de los valencianistas seguro que no tienen nada personal contra Vinicius. Si los cánticos hubieran sido por racismo y odio, los seguidores valencianistas también les hubieran cantado a sus propios jugadores de color Thierry, Kluivert y Lino, titulares en el equipo del Valencia C.F. Y no lo hicieron, todo lo contrario, los animaron en pos de la victoria sobre el Real Madrid. Así que hay 9 jugadores negros sobre el césped y solo le cantan a uno. No es odio ni es racismo contra el jugador negro. Esos valencianistas de los cánticos iban a por Vinicius. Y si no es nada personal, ¿qué pretendían? Ésa es la clave de todo este incidente. Y digo que no es racismo ni odio al color porque antes que Vinicius jugara en el Real Madrid, esos mismos hinchas ya le cantaban a Cristiano Ronaldo o a Messi del FC Barcelona cuando sus equipos iban a jugar en Valencia. Si Cristiano y Messi son blancos de piel ¿cuál era la razón de sus cánticos no racistas? Evidentemente no es por el color de la piel. Única y exclusivamente para desestabilizar al jugador determinante del equipo rival. Ahora Vinicius y antes Cristiano son los que, con sus acciones futbolísticas, los que podrían llevar a su equipo a la victoria por lo que, a juicio de los valencianistas cantantes, la mejor manera de ayudar a su equipo es desestabilizar al jugador más determinante del equipo rival, en este caso el Real Madrid.
Autoridades y Justicia
Al no ser, a mi entender, una acción delictiva ni de odio ni racial sino un todo vale con tal de desestabilizar al jugador franquicia rival y ganar el partido como sea, buscar ahora solución en las autoridades y la justicia es un error monumental. Y menos aún en período electoral. De muestra traigo dos manifestaciones de autoridades valencianas. El primero en salir a la palestra a defender a los suyos, no a la víctima, fue Borja Sanjuán, portavoz del PSOE en el ayuntamiento de Valencia. Este concejal socialista tuvo la desfachatez de negar el relato que todo el mundo ha visto sobre lo sucedido en Mestalla y acusando a Madrid de imponer un relato sobre el caso Vinicius. Y la segunda persona a la que me quiero referir en este asunto es Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valencia y por tanto el máximo representante del Estado en dicha Comunidad. En sus primeras manifestaciones sobre el tema habla de “caldo de cultivo de la extrema derecha”. Y me pregunto si los miles de valencianistas que rodearon el autobús del Real Madrid a su llegada a Mestalla cantando a Vinicius lo que todos hemos visto y oído eran miembros de la extrema derecha valenciana. Y los que siguieron cantándole a Vinicius en el calentamiento y durante el partido ¿también eran componentes de la extrema derecha? Ximo Puig, máxima autoridad del Estado en la Comunidad Valencia, manifiesta también que alguna persona dijo alguna barbaridad. Entiendo que el concepto de “alguna persona” para el presidente valenciano abarca a varios miles de personas. Si no es así, no se entiende. Y termina el presidente Puig cargando y culpando de lo sucedido a la víctima, Vinicius. Sus palabras no tienen desperdicio:“los jugadores deben ser buenos profesionales y no deben comportarse de una manera arrogante. La arrogancia y la soberbia es muy mala consejera y es igual en un campo de fútbol que en una plaza de toros". O sea, que cantar lo que cantaron a Vinicius cuando llegaba a Mestalla en el autobús de su equipo es arrogancia y soberbia. Y éste es el representante del Estado Español en la Comunidad Valenciana. El presidente de la liga, Javier Tebas, ha manifestado que por 9 veces ha remitido su informe a la Fiscalía para que actúe contra estos comportamientos contra Vinicius y la Fiscalía ha dado largas, cuando no ha archivado, todas las denuncias de casos parecidos y algunas basadas en que el presunto delito, los cánticos, solo duraron 12 segundos o que no se podía identificar a los protagonistas de esos hechos. ¿cuántos segundos se necesita para que una acción sea considerada como delito? Por manifestaciones como éstas, partidista y sesgada, entiendo como un error monumental confiar la solución de este tema a las autoridades ejecutivas y judiciales. Este tema es meramente deportivo porque el fin que se persigue es que el equipo local gane al rival, sea como sea. Tal cual, sea como sea y por tanto cualquier medio vale.
La solución es deportiva
La Liga, la Federación Española y los clubes españoles tienen que ponerse las pilas de forma inmediata y resolver este tema. Dejar pasar el tiempo y que siga imperando en los estadios las acciones que vimos el pasado domingo en Mestalla tendrá como consecuencia que sean los organismos internacionales, UEFA y FIFA, los que tomen cartas en el asunto. Y a ninguno de los dos les va a temblar el pulso en la toma de decisiones. Ambos organismos ya han mostrado que son inflexibles con determinadas conductas y no pondrán paños calientes a la hora de frenar esta ola indeseada en España. Puede esto llevar, incluso, a la expulsión de los equipos españoles de las competiciones europeas, decisión que ya han tomado anteriormente en otras situaciones. La Liga y la Federación tienen herramientas para evitar esas conductas. Por ejemplo, aplicar el protocolo FIFA. Advertencia por megafonía en la primera acción reprobable; jugadores a la caseta y nueva advertencia y por fin, tras continuar esas conductas dar por acabado el partido y los puntos para el equipo visitante. Y es que, como el fin de esas conductas no tienen nada que ver con el juego sino la victoria a cualquier precio, la mejor solución es evitar esa victoria conseguida desde fuera del terreno de juego. Los clubes locales son subsidiarios responsables de las conductas antideportiva de sus hinchas. Y por tanto han de asumir las consecuencias de sus acciones antideportivas. Las soluciones pasan por castigar a un equipo, por esas conductas de sus aficionados, con la perdida de los puntos o la eliminación de la eliminatoria, cierre por uno o varios partidos su estadio y puede agravarse la pena jugando el partido con el equipo perjudicado en la siguiente temporada a puerta cerrada. Así, esos aficionados no tendrán más oportunidades de maltratar a unos deportistas para conseguir resultados de forma tan repulsiva. Hay soluciones. Claro que las hay.