España va con cierto retraso, junto con Austria y Bélgica en la presentación a la U.E. del Plan Presupuestario para 2025, pero no es para alarmarse, pues en cierta forma se encuentra pactado.
Respecto a España, debería haber efectuado la presentación (no estricta) el pasado 15.10.24. fecha oficial fijada, pero ante la “flexibilidad” de la Institución, junto a la “tolerancia” de los Estados Miembros se nos ha permitido tal licencia.
Al “borrador inicial” presentado por nuestro Gobierno, se le consideró lo que se denomina “salvo buen fin”, a la espera de las circunstancias propias conocidas, puedan ajustarse a las reglas comunitarias, y en ello se negocia, no sin ciertas reservas por parte de la U.E,
Algunas de dichas circunstancias son conocidas por Uds. como “sobreponerse a la cuadratura del círculo” respecto a unas cantidades inaccesibles de máximo en cuanto a encajarlas por parte gubernamental dentro de las “hechuras del documento definitivo a presentar”.
Al parecer las comprometidas exigencias de Cataluña, aún “limadas” en lo posible, no dejan de ser alteraciones groseras que afectarían a la endeble estructura económica de España, más agravada de futuro por el incremento de impuestos que se nos exige para salvar el “déficit” existente.
Por otro Lado, no se espera mucho de la Reunión de presidentes prevista en Santander para hoy 13/12. y, junto al posible Concierto Económico con Cataluña, tema recurrente para ésta y España, ello, carece de interés en “forma singular” para la U.E. aunque pretendamos cara a la opinión pública, vestirlo de “lagarterana”, dicho sea, sin ser peyorativo para su Tierra de origen.
Según FUNCAS, la salida del Régimen Común por Cataluña dejaría al Estado hasta con unos 22.000 millones menores de recursos.
El “Concierto” a suscribir” con Cataluña, u otros similares con CC. AA y que precedería al “Presupuesto definitivo”, el cual espera Bruselas, posiblemente podría parecerse a una especie de “doble contabilidad preventiva e interna” garante únicamente para los intereses de Cataluña.
Si fallase lo anterior, y nos viésemos abocados a la peor de las situaciones que negocian nuestros políticos, y. llegado el momento de escenificar dicha situación, seguro que a alguien se le ocurriría aquella frase proverbial que daba a entender un Gobierno el cual acomete una labor sin muchas aspiraciones de triunfo, pero, sin embargo, con indiferencia del resultado final: Si sale con barbas, San Antón, y si no, la Purísima Concepción.
En unos días habrán transcurrido dos meses del plazo programado, sugiriendo mis fuentes que las épocas navideñas no son del todo malas para “tragarse sapos”, pues una vez aplicada la frase anterior, los siguientes episodios por llegar deberían valorase con mayor preocupación
En otro orden de cosas, les comentaba líneas atrás sobre la endeble estructura económica de España y la obligada valoración aproximada sobre algunas de sus Magnitudes, y, aunque el PIB se muestre positivo en España, no dejan de existir otros desafíos estructurales:
Es posible que el desempleo pudiera reducirse en un corto plazo mediante políticas específicas, ya que tradicionalmente es un indicador estructural que refleja problemas profundos en el mercado laboral, como su temporalidad excesiva y la falta de alineación entre educación y necesidades del mercado.
Un Gasto Público elevado podría encontrase al resguardo con ingresos suficientes procedentes de nuevos impuestos, probables altos, dando por sentado, no obstante déficits presupuestarios, a la espera de que con nuestra deuda pública que supera el 110% del PIB, quedase a la espera de posibles soluciones con una prolongación en el tiempo de intereses bajos durante los próximos dos años.
Balanza de Pagos. España ha logrado superávits en su balanza gracias al Turismo. Un “bajón” en este sector, debido al incremento de precios de la Hostelería, combinado con excesivas dependencias de importaciones energéticas, y, si el precio del barril no permanece estable podría volver la balanza de pagos a un punto débil.
Baja productividad. España enfrenta un problema crónico de baja productividad, lo cual limita su crecimiento a largo plazo, incluso si continuara subiendo el PIB como consecuencia de la interna o turismo.
Pirámide demográfica: El envejecimiento de la población agrava la presión sobre el gasto público en pensiones y sanidad, reduciendo el soporte laboral.
Resumiendo, aunque “ensanchemos y saquemos pecho” respecto al PIB y reconociendo su importancia como indicador importante, las vulnerabilidades estructurales como el desempleo y el gasto público descontrolado pueden limitar la capacidad y trayectoria de resistencia de nuestra economía, frente a otras europeas, antaño más potentes, aunque actualmente en horas bajas, especialmente si se combinan con un entorno global desfavorable.
La prioridad debería ser asumir estas debilidades estructurales con reformas profundas, las cuales no somos capaces de abordarlas.