Las esperas en la zona de embolsamiento se hacen cada vez más largas a causa de las altas temperaturas que se están alcanzando en Ceuta. Pese a que se llegó a un acuerdo plenario para habilitar la zona de toldos con miras a la llegada del calor, hasta la fecha no se ha actuado al respecto y los conductores aseguran que se hace insoportable permanecer en el coche con las altas temperaturas que se están registrando. Los abrevaderos están en constante uso por los que intentan encontrar en el agua un alivio, sin embargo, los conductores han optado por estacionar su vehículo en la explanada y salirse del recinto vallado para encontrar la sombra bajo los árboles que hay plantado junto a las viviendas de Loma Colmenar. Son muchos los usuarios los que se han quejado de esta situación, no sólo por la falta de adecuación de la explanada, sino porque una vez fuera de ésta, cuando reciben la autorización para cruzar la frontera, se produce un segundo parón, esta vez, en el puente internacional. Y es que muchos han aguantado más de dos horas a bordo de un vehículo bajo un sol aplastante. Esto es lo que se han encontrado varias familias cuando han iniciado este martes el regreso a casa después de recoger a los niños del colegio en Ceuta. Menores que estudian en el Lope de Vega, García Lorca y San Daniel, pero también mayores, todos atrapados en la frontera que separa Ceuta de Marruecos. “Hace calor para que los niños pasen tanto tiempo en el coche”, ha lamentado indignada una madre. Tras la espera reglamentaria en la zona de embolsamiento, los vehículos han recibido autorización para internarse en la frontera del Tarajal. Cuando han pasado los controles de salida a Marruecos, en seguida se han quedado parados en el puente internacional. A partir de ese momento los coches se han ido acumulando hasta que la fila ha sobrepasado el COS de la Guardia Civil.
Retención en ambas direcciones
Las retenciones en el tráfico se han producido en ambas direcciones, es decir, también en la entrada de Marruecos a Ceuta, según han apuntado los conductores. Sus testimonios hablan del decomiso de mercancía a las porteadoras, de mujeres que imploran a las autoridades que miren para otro lado, que solo pueden ganarse la vida así y que protagonizan un revuelo que acaba obstaculizando el tránsito. Pese a la negativa de las fuerzas de seguridad marroquíes, otros porteadores han vuelto a intentarlo arreglando mercancía en el mismo carril peatonal. Aunque cada uno tiene una percepción distinta de la fluidez del tráfico, este periódico ha recibido el testimonio de familias cuyos hijos están escolarizados en centro ceutíes pero que, cada día, cruzan la línea entre ambos países porque viven de alquiler en el país vecino. “Gracias a que el Gobierno no da trabajo tendremos que buscarnos la vida, ¿no?”, ha interpelado uno de los padres afectados.