La desesperación de Ana Lorenzo Acosta está llegando al límite. Esta madre canaria, pero vecina de Ceuta desde hace 14 años, necesita con urgencia que su pequeño hijo sea internado, pues ya en casa no es posible ofrecerle los cuidados que merece y que necesita por su
autismo severo, otros trastornos, además de un posible
diagnóstico de esquizofrenia. La situación familiar nunca ha sido sencilla por obvias razones, pero en estos momentos se ha complicado todavía más ante la ausencia del padre del niño que abandonó el hogar hace unos siete meses. “No se duerme por la noche, tampoco por el día, no salimos porque hay que cuidarlo las 24 horas al día”, explica esta vecina de
Los Rosales. Los niveles de estrés a los que está sometida Ana son altos y lo que pide son soluciones ya sea en Ceuta o en la Península, aunque para ella y todos sus hijos sería más fácil poder quedarse en la ciudad. “
En Imserso me indican que tienen cerrado el lugar donde me pueden ayudar y ahora dicen que van a ver si por medio
de Sanidad lo pueden internar, pero es muy difícil”, asegura. Para Ana, “lo ideal sería que lo internaran aquí en Ceuta, pero somos conscientes de que no hay nada para eso, pero el niño está para internar, ha estado para internar desde hace tiempo”. Esta madre insiste en que no hay manera de que su hijo permanezca en casa, sobre todo porque ella necesita trabajar para sacar a su familia adelante. “Yo necesito dormir para trabajar y necesito cuidar de los otros niños”, recalca Ana, quien tiene a su cargo a cuatro de seis hijas.
Un calvario que comenzó cuando el niño tenía apenas 2 años
El pequeño, a punto de cumplir 10 años, comenzó a mostrar señales de su padecimiento a los 2 años, y desde ese momento comenzó el calvario para esta familia. “Ha sido una catástrofe, salimos muy poco y si salimos tenemos que dividirnos en la familia, dos se quedan en casa, pero como hace siete meses que el padre nos abandonó ya no nos podemos dividir, ni eso”, ha contado. De acuerdo con Ana, a través del
Centro Asesor de la Mujer le habían asignado dos cuidadoras para prestarle apoyo durante seis horas al día, algo con lo que ya no cuenta. “Eran seis horas por la tarde para cuidar al niño, pero me las han quitado porque el niño es agresivo, la poca ayuda que teníamos de lunes a sábado ahora no la tenemos”, lamenta. Esta madre ha acudido a
Asuntos Sociales, donde asegura le dijeron que no podían hacer nada por ella ante su petición de internar al niño; también fue al Imserso, donde la respuesta fue la misma. “En San Antonio tampoco pueden hacer nada, pero entonces, ¿qué hago yo?”. Tres cuidadoras al día con jornadas de ocho horas es lo que hace falta en caso de que el niño permanezca en el hogar, pero Ana está consciente de que es imposible conseguirlo. Por otra parte, señala que le han dicho que si quiere internar al menor debe hacerlo por cuenta propia, corriendo ella con unos gastos que pueden llegar a los 3.000 euros mensuales. Para esta mujer la situación en la que está es un callejón sin salida.