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Niñeras o familiares como única arma para conciliar

Madres, padres, suegros, amigos o niñeras. Son, día a día, las mayores bazas de los sanitarios de Ceuta, en su mayoría mujeres, para conciliar con sus hijos. La segunda opción para sobrellevar su cuidado son las reducciones de jornadas. La crianza no es una tarea sencilla para ellos. De hecho, por lo general, también cuentan con pocas alternativas a la hora de dejar a sus hijos en una guardería. Solo un centro flexibiliza un poco sus horarios para que, quienes los tienen allí matriculados, puedan recogerlos. Esta circunstancia se vuelve más compleja cuando tienen edad escolar. La situación es mucho más complicada para aquellas personas que no son de Ceuta y que se mudaron a la ciudad para trabajar en el hospital. Algunos de ellos no tienen familiares cerca por lo que, o bien se apoyan en allegados de sus parejas si son caballas, o recurren a la contratación de una niñera. Once sanitarios exponen a El Faro cómo viven la compaginación de sus empleos con sus hijos. Son varios los ámbitos que se ven afectados por las dificultades para lidiar con las jornadas laborales y la vida familiar. Uno de los testimonios recopilados corresponde a una persona que ya no trabaja en la sanidad ceutí. Existe dentro de las historias mostradas algún que otro caso en el que se ha elegido un parón o se ha perdido una oportunidad laboral al no lograr compatibilizarla con la conciliación.

Lactancia

La lactancia fue o es uno de los momentos menos llevaderos para las mujeres. Durante este proceso, aquellas que continuaron con su ejercicio laboral, buscaron fórmulas para llevarla a cabo. Algunas optaron por sacar la leche en los ratos libres del trabajo, pero, en su gran mayoría, fueron sus familiares quienes llevaron o, actualmente traen, a su bebé para alimentarlo. “Al principio fue mal. No quería el biberón. El padre lo ha traído en algunas ocasiones mientras trabajaba para darle pecho”, expone una de ellas. El resto de testimonios son similares. Las únicas que no han tenido obstáculos han sido aquellas que pausaron su carrera por la crianza. “Fue difícil, sobre todo por mi cargo”, comenta otra de las sanitarias. “Tuve mucha ayuda de la familia de mi pareja y él, que me lo llevaban a la hora de las tomas. Comíamos los dos”, detalla. “Tenía que estar pendiente cuando iba a traerlo para darle el pecho”, indica. Hay quien los primeros meses de esta etapa los pasó al lado de su hijo. “Fue frustrante en el sentido de que dejé de trabajar para la lactancia”, narra otra de las mujeres que ha contado su experiencia. “Después, tenían que llevar al bebé al hospital porque no comía. Fue un cambio brusco. Cada vez que faltaba en casa no se alimentaba”, explica. “Tuve que acordar 20 minutos para que lo trajeran”, puntualiza. Otras optaban por preparar las tomas. “Tenía que sacar leche, aunque, de todos modos, me lo llevaban al trabajo. Al final tiraba con un biberón porque no quedaba otra”, expresa otra de las participantes. “Lo hacía como varias de las compañeras. La extraíamos y la congelábamos en la guardería”, señala una de las madres. “Era muy demandante eso”, expresa. Algunas hacen mención a otras profesionales que atravesaron circunstancias parecidas. “Hay que dejar al niño o la niña en cualquier guardería con cinco meses. Eso es muy pronto para interrumpir la lactancia materna”, manifiesta otra de ellas. “Muchas nos vemos obligadas a pararla porque los centros infantiles están muy lejos del centro de trabajo y en media hora en el desayuno no podemos ir a dar el pecho. Eso es un factor muy importante”, especifica. Una de estas profesionales decidió acogerse a la hora de lactancia, unos 60 minutos que comprimió en días para que su bebé entrara más tarde a la guardería.

Un alivio en esta etapa vital

Aseguran, al ser preguntadas, que tener una guardería en el centro hospitalario hubiera hecho más sencilla esta etapa vital de sus hijos. “Tal vez mi época de darle el pecho hubiera sido más fácil, pero también eso depende de los horarios que tuviese esta”, comenta una de ellas. “Si lo hubiera tenido al lado, 15 minutos para la lactancia hubieran sido geniales”, corrobora una de sus compañeras. “Evidentemente no se puede estar saliendo del hospital, pero si se dispusiera de una guardería, se pide permiso para ir a darle la toma cuando son niños tan pequeños”. Una de las sanitarias considera que, actualmente, es difícil llevarla a cabo al mismo tiempo que se cumple con las horas de trabajo. “Tienes que sacar la leche todos los días. No hay otra porque no tienes al niño cerca”. Otra de las empleadas se suma a las conclusiones de estas madres. “Si tienes a tu hijo en el mismo centro. Podrías acercarte en el descanso del desayuno o en un rato que. Así no dependes tanto de que otra persona le dé leche o de sacarla para dejarla en el frigorífico. Sobre todo, sería una ventaja porque para el bebé el cambio no sería tan brusco”.

Reducciones de jornada

El personal puede contar con la posibilidad de reducir sus jornadas para equilibrar la vida laboral con la familiar. Es una decisión que algunos sopesan ya que ello supone un recorte en el bolsillo. Es este el motivo que les hace plantearse si acogerse o no a esta alternativa. Varios de los entrevistados han esquivado esta elección con la ayuda de sus parejas, que, por las condiciones de sus empleos, han podido implicarse más en la conciliación. Otros han buscado huecos y fórmulas para evitar acogerse a esta medida. “Gracias a dios no he tenido que hacerlo por mi pareja. Tenemos facilidades en cuanto a días libres, pero es una situación complicada. Si hubiera una guardería en el hospital, imagina la facilidad que daría”, responde una sanitaria. “Al final te preguntas qué haces con los niños y tienes que pedir días para que tu hijo no quede desatendido”, concluye. “En mi caso no. Por mi marido. Tiene más flexibilidad y otros empleados lo cubren. Si no fuera por eso tendría que haber recurrido a ello. No soy de aquí ni tengo familiares cerca. Habría sido imposible”, afirma otra madre.

"Decidí seguir trabajando al cien por cien hasta que fuese imposible acompañarlos"

“El tema de la reducción de jornada aquí no está claro”, comenta una de las sanitarias. “Decidí seguir trabajar al cien por cien hasta que fuese imposible acompañarlos”, añade. Se siente agradecida con sus compañeros que la apoyaron, especialmente durante la pandemia. “Pude sobrevivir gracias a ellos”. “Lo he pensado”, menciona una de las personas que han dado su testimonio. “No lo he hecho, otros sí. No porque tengo gastos extra por mi situación, así que por ese motivo no lo he hecho. No me salían las cuentas”, narra. Pocos son los que han escogido esta disminución de horas. “He tenido la oportunidad de hacerla en el hospital para poder ausentarme algunos días o conseguir a un familiar para cuidar al niño”. Una de las madres se muestra muy crítica con esta posibilidad. “Tener una guardería en el hospital, que somos muchos los trabajadores los que vivimos lejos de esta parte de la ciudad, eso sería optar por la conciliación familiar, no que te obliguen a buscar reducciones de jornada y te miren mal porque las pidas”, denuncia. “No es porque quiera, sino porque si no, no puedo compaginar”. A través de estas entrevistas trasladan que, en el servicio de cirugía, en un momento dado, se planteó quitarlas por “motivos de falta de profesionales”. Finalmente, se mantuvieron y no llegaron a retirarse. “Lo vivieron algunos compañeros. Fue un momento de dificultades en el área porque no había personal”, mencionan.

Niñeras y familiares

Todos han acudido a las puertas de un familiar o de una guardería. Es la salida que les queda para cumplir como padres. Alguna que otra incluso ha rehusado aceptar un contrato porque, por el horario y la situación, le era imposible conciliar. “Tenía que rechazarlos porque no tenía dónde dejarlo”, explica. Muchos de estos niños pasan este tiempo que sus progenitores no pueden ocupar con sus abuelos. “Se quedan con los padres de mi pareja”, comenta uno de los entrevistados. “Alguna vez he tenido que pedir el día libre porque a la hora que salía del trabajo, el padre tenía que entrar al suyo. No podemos dejar a mi hija sola. Cuando pasa intento tirar de mi madre o mi hermana”, explica otra sanitaria. Otros se apoyan como pueden en sus esposas o sus maridos. “Es difícil conciliar cuando se trabaja a turnos. Nosotros nos vamos apañando como podemos”, especifica otra de las personas que han relatado su experiencia a El Faro. “Mi mujer no está trabajando, pero cuando sí lo ha hecho hemos tenido problemas, los hemos dejado con los abuelos y si no podían, hemos recurrido a hermanos o amigos”, asevera otro empleado. “Nos habría venido bien tener un sitio cerca donde dejarlos. Una guardería sería algo buenísimo”, apunta. “Siempre hemos tenido que llevarlos antes al colegio por los horarios de trabajo de los dos”, añade. “El que tiene hijos, si no es con ayuda familiar, es complicado”, concluye.

"La verdad es que en Ceuta la conciliación es casi inexistente. Si no tienes a alguien o contratas a una persona es casi imposible hacerse cargo de los hijos y del trabajo"

Una de las personas que participan en esta historia ya no ejerce su labor en Ceuta. Se fue fundamentalmente por estimar que no contaba con suficientes recursos para conciliar su vida familiar. “Fue principalmente por este motivo. No estaba presente en la vida de mis hijos. Me dedicaba a trabajar”, expresa. Durante su periodo en la ciudad señala que tuvo que contratar a una niñera. “No tenía familia aquí”, relata. “La verdad es que en Ceuta la conciliación es casi inexistente. Si no tienes a alguien o contratas a una persona es casi imposible hacerse cargo de los hijos y del trabajo”, afirma una de ellas. Antes ejerció la profesión en otra población española. Asegura que fue más fácil y contaba con más alternativas de las que tiene en la ciudad autónoma. “Me sorprendió la dificultad de todo cuando anteriormente no la tenía”, indica. “Nos apañamos con contratos a niñeras. No duran mucho porque es muy difícil mantenerlos en el tiempo”. No es el único caso. Otra mujer estuvo anteriormente en el área sanitaria de Andalucía. “Allí hay mucha protección a las familias”. Narra una serie de beneficios que le ayudaban a compatibilizar la crianza de sus hijos con su esposo. “Eran convenios con los sindicatos de la comunidad autónoma. Cuando llegamos a Ceuta mi sorpresa fue que, empiezo a tener niños, y no tenía derecho a nada”, expresa.

"Sería estupendo tener una guardería en el hospital. No solo para mí. Hay muchas personas en el centro"

“El otro día, por ejemplo, me llamaron al hospital. Me dijeron que el niño estaba malo. ¿qué hago? ¿Y a quién mando a recogerlo?”, se pregunta una de las sanitarias. Las guardias localizadas también pueden convertirse en una traba para algunos de ellos. Sobre todo, el inconveniente se da cuando disminuyen o se ven recortadas sus posibilidades para dejar sus hijos al cuidado de otras personas. “No podía quedarme con ellos sola. Siempre estaba con mi marido por si me llamaban y tenía que irme sin poder esperar a que nadie viniese”, cuenta una sanitaria. Una parte de los entrevistados usa servicios de guardería de la ciudad. No fue tarea sencilla encontrar un centro que se adaptase a situación. “Vamos a una porque nos conviene por el horario. Tienen aula matinal y vespertina por lo que puedo llevarlo antes de entrar al hospital”, explica una de las implicadas. “Sabemos que cuando vaya al colegio va a ser más complicado”. Otras madres que recurren a este servicio lo hacen porque tienen la posibilidad de contar con este breve margen y por su situación, que les permite llevar a sus hijos. “Sería estupendo tener una guardería en el hospital. No solo para mí. Hay muchas personas en el centro. Converso con ellos en mi tiempo libre y tienen problemas con el cuidado de los niños. La mayoría se apoya en familiares”, expone otro de los participantes. Padres y sanitarios. Dos caras de la moneda y amores que son difíciles de equilibrar. Profesionales de Ceuta que esperan tener, en algún punto de su crianza, un respiro.

Mayores obstáculos en la conciliación

La lactancia, el cuidado por enfermedad o con quién dejarlos a su cargo son algunas cuestiones que el desempeño del trabajo de los sanitarios pone en jaque en todos los casos recogidos por El Faro. Al otro lado, la maternidad, de algún modo, también puede castigar el desarrollo de la carrera profesional de algunas profesionales.

¿Qué pasó con la guardería del hospital?

Una de las prestaciones incluidas en el proyecto del Hospital Universitario de Ceuta era una guardería para los empleados. El año 2010 llegó. El centro abrió sus puertas por primera vez con las instalaciones de este centro para niños, pero sin el servicio. A día de hoy continúa sin actividad y, en su lugar, las infraestructuras son utilizadas por el 061 como centro de operaciones. Este periódico ha consultado a Ingesa sobre el pasado y futuro de la guardería del HUCE. Respecto a una posible licitación para ponerla en marcha, el instituto responde que aún no se han mantenido conversaciones para anunciar un contrato para su apertura. El centro era parte del paquete de servicios del hospital, pero ¿cuál fue el motivo por el que se estancó y no llegó a cumplir su función? El Faro ha solicitado información sobre esta cuestión y, desde el instituto, comunican que desconocen las razones. Señalan que no tienen conocimiento sobre ello y que hay que tener en cuenta que “hace años que se abrió el HUCE”. CEMSATSE solicitó públicamente su apertura el pasado mes de marzo. El otro actor involucrado en este asunto son los propios padres, a los que se les ha preguntado qué supondría para ellos contar con una guardería en su lugar de trabajo. Todos coinciden en que sería positivo para ellos y que les ayudaría un poco más a sobrellevar la conciliación con sus hijos. Todos están de acuerdo con que abrir las puertas de este centro, que quedó en un mero proyecto, sería un alivio para ellos. “Sería un lujazo”, comenta una de las sanitarias. “Sería maravilloso. Una guardería que se adapte a los turnos de los trabajadores para que puedas tenerlos cerca de ti sin preocupaciones, sin tener que dejarlos en uno más lejano y tener que salir corriendo a buscarlos”, expresa otra de los once profesionales que han prestado testimonio. “Supondría tener una facilidad como empleados”, responde otra. “Sería maravilloso porque en Ceuta no todas las guarderías abren antes de ir al trabajo”, estima otra de las profesionales.

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