El confinamiento domiciliario despertó en los ceutíes la necesidad de realizar esos pequeños arreglos en casa para los que antes no había tiempo o ganas. Eso ha hecho que el sector del
bricolaje y la
ferretería se haya mantenido. Marisa García Cárdenas lleva desde marzo de 2007 atendiendo al público en el número 5 de la Avenida de España.
“Va a hacer justamente ahora, entre el día 14 y 19 de marzo, 20 años que empecé. Primero en la avenida de Lisboa monté una pequeña ferretería porque mi marido cerró una carpintería que tenía y había que seguir comiendo. Una de las ideas que él siempre había tenido era que hacía falta una ferretería de este tipo allí, y como yo soy más lanzada, pues la monté y allí estuvimos seis años”, cuenta Marisa García Cárdenas, propietaria de
‘Bricocasa’.
Los comienzos fueron “muy duros”, pero poco a poco fueron saliendo adelante. “Gracias a Dios fuimos poquito a poquito con manillas, tiradores y cositas que la gente me iba pidiendo poco a poco. La ferretería es un mundo que todo lo que te pidan te cabe en la tienda, pero llegó un momento que ya se me estaba quedando cada vez más pequeña. Y además, el hombre del local quería venderlo y ya me cambié a esta zona de las Puertas del Campo, donde llevamos 14 años”.
‘Bricocasa’ es una ferretería de las de siempre en la que apenas hay un hueco vacío y en la que la mayoría de las cosas están en el almacén. Esa era la idea con la que abrieron este pequeño negocio, aunque a lo que realmente Marisa se había dedicado siempre era a coser: desde joven fue modista.
“No me puedo quejar porque en una casa siempre se rompe algo y van viniendo”
Pero “querer es poder” y el negocio cumple ya 20 años. Pocas cosas han cambiado a lo largo de los años en este local, que permanece casi intacto desde que se abrió, pero sí que han ido trayendo más productos según las demandas de los clientes. “Cada vez me han ido pidiendo más cosas, los carpinteros herrajes para armarios, sillas, cajones, pinturas, barnices de madera, o cualquier complemento. Luego de electricidad tenemos todo lo básico, desde una bombilla a un interruptor. Es decir, todas las cosas que te pueden hacer falta para una casa. Mis clientes de toda la vida siguieron comprándome aquí y la verdad que muy agradecida porque me han respondido siempre y son muy fieles desde hace muchos años”, relata Marisa.
Esta es una pequeña tienda en las Puertas del Campo a la que han afectado mucho estos meses de pandemia y que durante el confinamiento estuvo cerrada. “Podíamos vender porque éramos servicios esenciales, pero como mi local es muy pequeño no me permitieron abrir. La gente me decía que cómo es posible que una tienda de artículos de primera necesidad estuviera cerrada, pero tenía que estarlo. Lo que sí hacía era que a lo mejor me pedían alguna cosa y se acercaban aquí y se lo daba, pero tenía que estar cerrada”.
Durante el confinamiento surgieron arreglos que los ceutíes necesitaban hacer y eso ha hecho que pudieran seguir adelante. Aunque en estos meses, este negocio familiar ha notado mucho la bajada en las ventas. “Pero no me puedo quejar porque en una casa siempre se rompe algo y van viniendo, y tengo un picoteo para comer e ir pagando todos los meses”.
No solo venden artículos de ferretería, sino de cerrajería, fontanería, menaje, iluminación, jardinería o pequeños electrodomésticos. Su lema: ‘Bricocasa’, todo lo que hace falta para la casa, de ahí que eligieran ese nombre.