El número 1 de la avenida España cuenta con muchos años a sus espaldas. Siempre fue uno de esos bares de toda la vida en los que se respiraba comodidad por los cuatro costados. Se conocía y muchos aún se confunden con el mítico bar Noray, pero desde hace tres años es ya la cafetería La Esquina.
“Aquí había otro bar que llevaba muchos años abierto, el antiguo bar Noray y era el típico bar de barrio donde venía la gente a tomar una cervecita y unas tapas. Y claro, con los años, apenas tendría clientes y estaba el dueño un poco quemado, entonces cerró. Mi jefe decidió coger esto y la verdad que le está yendo bastante bien. Había tenido algún negocio ya de hostelería, pero no se había dedicado de pleno a esto. Pero se le da bien y en estos tres años la cafetería ha funcionado muy bien”, cuenta Emilio Paz González, encargado de la cafetería ‘La Esquina’.
Cuando el dueño anterior del local se jubiló en 2017, Bilal Abderrazak, a sus 25 años vio una oportunidad. Él ya tenía la pequeña tienda de chucherías que hace esquina en la misma calle y como su familia ha sido toda la vida de comerciantes y hosteleros, decidió quedarse con este negocio también.
“Llevamos abiertos ya tres años. El local es de un hombre que trabajaba en la Plaza del Mercado, tenía su trabajo allí, pero decidió abrir estos negocios y entrar en este mundo de la hostelería”, continuaba.
Muchas personas pasan a diario por esta cafetería a degustar algunos de sus conocidos dulces, tartas caseras, hojaldres, pasteles, bollería o panes y tostadas recién hechos junto a un buen té o café. Pero, esta cafetería siempre ha mantenido esa esencia que la hace tan característica: su té y pastas morunas.
Trabajan con pan recién hecho de panadería, algo que también les diferencia
“Siempre ha sido cafetería de desayunos y siempre hemos tenido las cosas típicas de aquí del pueblo como las raifas o el pan de macla y comidas así que son muy nuestras y nos va muy bien así. A la gente le gusta mucho el té, los dulces caseros o las pastas marroquíes que son hechas por familiares de mi jefe. Esto nos ha hecho muy característicos como negocio”, explicó el encargado de la cafetería.
Con la llegada de la pandemia, al igual que muchos otros negocios de la ciudad, la cafetería La Esquina se ha adaptado tanto su establecimiento como su servicio y aunque han sido meses duros y de pérdidas económicas han seguido adelante.
“Ha sido duro porque pasamos de tener una clientela con la que casi que necesitábamos más gente para hacer frente al trabajo, y ahora te ves con mucho menos trabajo y clientela. Pero bueno nos vamos adaptando y vamos poco a poco. La verdad que gracias a Dios no hemos tenido que cerrar como sí han tenido que hacer muchos otros negocios que se dedican a lo mismo. La clientela la vamos aguantando y gracias a ellos estamos aquí abiertos. Por eso, no nos podemos quejar la verdad”, concluía el encargado.
Tuvieron que reducir el personal, pero van saliendo adelante como pueden y los ceutíes han sabido responderles con su fidelidad. Ahora, la intención es abrir una hamburguesería en la parte trasera del local cuando la pandemia lo permita para que este negocio siga creciendo y continuar ofreciendo lo mejor a los ceutíes.