Pudo ser el negocio redondo. Quién iba a sospechar que entre
animales muertos y restos cárnicos trasladados de Ceuta a
Algeciras podía ir
hachís. Así ha sido, nada menos que 3.000 kilos,
tal y como ha adelantado este domingo El Faro de Ceuta. Athisa es la empresa encargada por contrato con la Ciudad Autónoma para llevar a cabo estos traslados, efectuándose las cargas desde la base ubicada en la planta del Hacho. La Ciudad Autónoma ha confirmado a preguntas de este periódico que espera conocer el avance de las investigaciones de la
Guardia Civil para determinar con detalle qué postura adoptar una vez se sepan toda las conclusiones. No quieren marcar culpables hasta que se conozca el resultado de la investigación de la Benemérita. De momento el hermetismo que guarda el Instituto Armado tanto de Ceuta como de Algeciras es claro. Este medio ha podido saber por otras fuentes que el contenedor embarcado en Ceuta y precintado de manera especial llegó a Algeciras. Allí se procedió al registro estando informada la
UDAIFF de la carga y desprecintándose el depósito frigorífico.
El peso del contenedor
En el mismo había además de restos cárnicos, animales muertos y las bolsas con 3.000 kilos de hachís ubicadas en mitad de toda la carga. El peso del contenedor debe ir medido al milímetro desde el origen, es decir, no puede salir un contenedor con un peso irreal. Cada residuo que se introduce tiene que ser pesado y esos contenedores se despachan a la Península a criterio de los encargados de esa labor. En este caso el contenedor llevaba nada menos que 3 toneladas de droga que habían sido introducidas entre los demás restos buscando su llegada a Algeciras. La carga se introduce en el barco tal cual pero al tratarse de productos especiales no se puede examinar como cualquier otra. Sanidad se encarga de su precintado con bridas especiales. En Algeciras se recoge y se lleva supuestamente a una incineradora. Se supone que en el camino debía haber una parada para dejar esa droga.