La conciliación familiar en nuestro país es uno de los objetivos de los poderes públicos, pero resulta cada vez más difícil lograrlo. Los guardias civiles no están exentos de esta problemática
La conciliación familiar en nuestro país es uno de los objetivos de los poderes públicos, pero resulta cada vez más difícil. Factores como la incorporación de la mujer al mundo laboral, algo impensable hace pocas décadas, añade un nuevo obstáculo a la conquista de este sueño para muchas familias españolas.
Hemos pasado en pocas décadas de las familias tradicionales donde trabajaba el padre a las actuales, en la que mujeres cada vez más preparadas se incorporan al mundo laboral. Esta incorporación ha provocado que los cónyuges y familias dispongan de menos tiempo para compartir sus vidas, creando frustración en muchas familias y, en muchas ocasiones, el sacrificio profesional de algunos de los cónyuges.
La sociedad ha cambiado y en ese cambio están inmersos los guardias civiles y sus familias, pero el máximo responsable de la Guardia Civil no se entera o no se quiere enterar. Prometer, promete, pero las promesas se convierten en expectativas incumplidas. No es la primera vez que la Asociación Española de Guardias Civiles ha solicitado al Director General un calendario de destino acorde al siglo XXI, donde los guardias civiles puedan programar el traslado de las familias a sus nuevos destinos y organizar la escolarización de sus hijos con el menor trastorno emocional y económico, pero como decía, el director vuelve a incumplir su palabra creando un malestar y un sentimiento de orfandad Institucional en la Guardia Civil. Abandono, incompetencia o falta de compromiso que, una vez más, pagamos los guardias civiles y nuestras familias.
La falta de compromiso en materia de conciliación familiar esta provocando que la sociedad pierda un potencial importante de guardias civiles preparados que desisten de ascender o realizar cursos de especialización que conlleven destinos a otras localidades. Las estadísticas sobre la renuncia a ascensos de sargentos a brigada evidencian que hay que buscar soluciones a la conciliación; tampoco podemos olvidar la renuncia de ascensos de oficiales, y, como decía, de miles de guardias civiles que renuncian a realizar cursos de especialización.
No sabemos qué ha sucedido en esta ocasión, si será un fallo del programa de destinos, que no podemos olvidar, ha costado un buen dinero a las arcas del estado. Lo cierto que a día de hoy, miles de guardias civiles no saben dónde pasarán destinados, si pasarán destinados y, mucho menos, dónde tendrán que escolarizar a sus hijos. Tampoco podemos obviar los errores en los destinos que se han publicado en algunas de las escalas y especialidades. Un desastre que perjudica a miles de guardias civiles que están a la espera de organizar una nueva vida lejos de su residencia actual.
Esta misma semana la Asociación Española de Guardias Civiles, ha hecho publica una nota de prensa para mostrar el malestar y la decepción de los guardias civiles, además de puntualizar que esperamos que ninguna mente retorcida piense que los guardias civiles pretendemos usar el periodo vacacional escolar como permiso de incorporación detrayendo más agentes a las ya de por sí exiguas plantillas, nada más lejos de la realidad, porque existen mecanismos en la Institución para retrasar la incorporación a los nuevos destinos como ha pasado con los suboficiales que han quedado retenidos en sus unidades hasta el fin de la Operación Verano.
La cruda realidad es que nos encontramos con guardias civiles que han pedido destinos en sus distintas modalidades que desconocen dónde prestarán servicio el próximo mes. Una triste realidad a pesar del compromiso del director general con la Asociación Española de Guardias Civiles de agilizar las publicaciones. Una triste realidad porque el programa informático de destino ha costado miles de euros a todos los españoles y porque los guardias civiles, una vez más, percibimos que a la Dirección General incumple sus promesas perjudicando gravemente los intereses de los guardias civiles y sus familias.