El eurodiputado Manuel Pineda Marín ha venido a Ceuta para impartir una conferencia que tendrá lugar esta tarde, a las 19:30 horas, en la Biblioteca del Morro. Hablará sobre el ascenso de la ultraderecha en Europa, pero antes ha mantenido una entrevista con FaroTV para conversar sobre este asunto.
Pineda Marín forma parte del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica desde 2019 y disertará sobre el ascenso de la ultraderecha en Europa, aunque alude específicamente también a asuntos de Ceuta.
-¿Por qué hay que estar atento a los avances de la ultraderecha en Europa?
-Creemos que estamos en una situación muy preocupante, muy dramática que quizás no estamos conscientes de la gravedad que tiene. La extrema derecha ya gobierna en varios países europeos, principalmente en los del este, en Hungría, en Polonia, en Eslovenia, en Austria, pero es que además no se descarta que puedan ganar las próximas elecciones en Francia, que sea la segunda o tercera fuerza en Alemania, es decir que el avance de le extrema derecha ya no es una cuestión anecdótica, ya no es una cuestión pintoresca, si no que pueden ser una de las fuerzas mayoritarias a corto plazo.
Independientemente de que numéricamente los datos sean muy preocupantes, lo que sí han ganado ya es la hegemonía política, en el parlamento europeo, sin tener los números, sin tener la mayoría, van imponiendo sus tesis.
De algún modo podemos decir que lo que dijo Abascal en su momento de que ellos no aspiraban a gobernar si no a mandar en determinadas instituciones, lo están consiguiendo. Y no es que haya una diferencia pequeña, una diferencia de matiz con ellos, ellos van consiguiendo avanzar generando odio entre los distintos pueblos, echando a pelear unos colectivos contra otros.
Pedimos a la gente que se movilice para que nosotros tengamos fuerza para que podamos implementar aquello que hemos acordado con el partido socialista y que no siempre está siendo fácil de cumplir,
Aquí en Ceuta podemos ver de un modo muy evidente, muy claro, cómo ponen el foco en los musulmanes, como están generando odio contra los musulmanes que son aproximadamente el 50 % de la población de aquí, generando una ruptura en las reglas mínimas de convivencia, incluso de coexistencia entre las distintas comunidades.
-¿Por qué cree usted que están ocurriendo estos avances de la ultraderecha?
-Hay varios motivos, no podemos ser simplistas y pensar que esto obedece solo a uno, pero para sintetizarlo de algún modo creemos que la mejor vacuna contra la extrema derecha sería la justicia social, que los gobiernos aplicaran o legislaran de manera que el puedo se sintiera seguro, que no hayan las bolsas de pobreza que podemos ver aquí, el choque que hay entre la periferia y el centro, que la gente encuentre respuestas y soluciones en los gobiernos a sus problemas reales y cuando no lo encuentran, cuando la gente está desesperada, busca soluciones fáciles.
La extrema derecha teóricamente ofrece soluciones sencillas a problemas complejísimos, ellos al final lo que hacen es decir “la culpa de tu pobreza es del inmigrante que viene a robarte el puesto de trabajo”, “la culpa es del menor no acompañado”, al que ellos deshumanizan, no lo llaman “niño no acompañado”, lo llaman ”MENA”, con lo cual ya parece que es una cosa casi sin forma humana, “son unos niños que vienen a robar a tu hija, a robarle a tu madre y a vender droga.
Aquí en Ceuta podemos ver de un modo muy evidente, muy claro, cómo ponen el foco en los musulmanes, como están generando odio contra los musulmanes que son aproximadamente el 50 % de la población de aquí, generando una ruptura en las reglas mínimas de convivencia, incluso de coexistencia entre las distintas comunidades.
Ellos van generando focos de odio que de algún modo cuando la gente está desesperada y receptiva a ese tipo de situaciones.
Nosotros creemos que ellos apelan a las emociones más que a la política, ellos tienen un discurso identitario, en el que los musulmanes vienen a cambiar nuestra cultura, a derrocar la cultura judeo-cristiana, imponernos la sharía, crean un relato absolutamente falso pero que la gente está desesperada tiende a comprárselos.
Y nosotros seguimos pensando que la mejor vacuna, el mejor remedio este tipo de políticas, de discurso, que son tremendamente peligrosos, sería que los políticos, los gobiernos, le dieran respuestas efectivas al sufrimiento del pueblo, y eso es justicia social.
-¿Cuáles son a su juicio los peligros específicos del avance de la ultraderecha?
-Cuando gana la ultraderecha en algún sitio, y tenemos ya la referencia en los años 30 en Alemania, con elecciones; en España, donde al final se instalan con un golpe de estado, cuando llegan al poder suelen usar la democracia para llegar al poder pero luego se carga cualquier norma democrática, ellos cuando llegan lo hacen para quedarse, además lo hacen sobre bases de odio y de enfrentamiento entre la sociedad.
Aquí ya no estamos hablando de legislar un poco más para los ricos que para los pobres, estamos hablando de cargarte cualquier norma de convivencia, cualquier norma democrática, de echar a pelear a la mitad de la población contra la otra mitad, que normalmente coincide con echar a pelear a los más ricos contra los más pobres.
Entonces nosotros creemos que contra esa política tenemos que asumir la responsabilidad de unirnos, de poner el foco, el acento, en aquello en lo que tenemos coincidencia, que es el respeto por la democracia, a la convivencia, la coexistencia, a la paz, poner de lado aquello que nos diferencia.
Nosotros creemos que la división de las fuerzas de izquierda, y yo lo ampliaría más, no lo limitaría a las fuerzas de izquierda, diría “las fuerzas democráticas”, porque aquí ya lo que nos estamos jugando es la democracia, la división en situaciones como esta es imperdonable.
Es necesario que la sociedad civil se organice y supere a las organizaciones políticas que no están analizando correctamente el escenario. Es fundamental la unidad, lo mismo que lo fue aquí en el año 36 el Frente Popular contra el fascismo. Y el Frente Popular no era una organización homogénea en la que todos pensaban lo mismo, allí lo que les unía era la necesidad enfrentarse al fascismo.
Aquí ya no estamos hablando de legislar un poco más para los ricos que para los pobres, estamos hablando de cargarte cualquier norma de convivencia, cualquier norma democrática, de echar a pelear a la mitad de la población contra la otra mitad,
Lo mismo que en aquel momento se vio correctamente el escenario, se analizó la situación correctamente, vemos que es necesario en estos momentos si no hacer una copia exacta de aquello, sí avanzar en ese sentido. Es necesaria la alianza de las fuerzas democráticas y progresistas en contra del avance de unas políticas de odio.
-¿Enfrenta España estos peligros?
-Sin duda. Es más, yo creo que la ultraderecha cuenta con apoyos que mandan sin presentarse a las elecciones. Estamos viendo con preocupación como una parte del poder judicial tiene unos vínculos, unas complicidades cada vez menos ocultas con la ultraderecha. Lo podemos ver en sentencias cada día en denuncias que no se admiten a trámite, en otras que si se admiten.
Podemos ver aquí (en Ceuta) como la extrema derecha persigue a diputados porque tienen posiciones que la enfrentan. Podemos ver como el Poder Judicial absuelve hace una semana a una dirigente fascista claramente, como Monasterio que falsificó documentos públicos y que al final dicen “no podemos considerarla falsificación porque era tan burda que no es falsificación”.
En una parte importante del poder judicial hay una complacencia, una justificación, una incluso complicidad con la extrema derecha que nos resulta preocupante. También podemos ver cómo entre las fuerzas y seguridad del estado como no se le da el mismo tratamiento a la extrema derecha que a aquellos que la combaten, cómo a las manifestaciones de la extrema derecha le ponen escoltas y como al final a aquellos que se manifiestan contra ellos, a los movimientos antifascistas, a las organizaciones democráticas. a los que terminan procesando, deteniendo y abriéndoles causas interminables.
Por supuesto también muy preocupante el papel de algunos medios de comunicación, que lejos de informar y denunciar aquello que es denunciable, lo que están es defendiendo los intereses de sus propietarios, que en muchos casos se ven reflejados, defendidos por esas posiciones de la extrema derecha.
- ¿Cuál es la situación de Ceuta ante esta realidad del avance de la extrema derecha?
-Aquí es especialmente preocupante por la práctica división mitad mitad de dos sociedades que han convivido sin demasiados problemas pero que ahora se les está intentando enfrentar a la mitad de la población contra la otra mitad, porque en mi opinión se sienten favorecidos, fortalecidos, incluso impulsados por las malas políticas de las instituciones de aquí.
El señor Vivas, que tiene aquí un régimen clientelar desde hace veinte años, en el que los fondos que llegan para el desarrollo, los fondos FEDER que vienen de Europa para el desarrollo de la sociedad, se están aplicando solo a una parte de la sociedad, generando bolsas de pobreza, de miseria, de abandono escolar, de fracaso escolar, de paro, en la otra mitad.
En cualquier caso hay un elemento que es una constante que es la acción de la extrema derecha, que es apelar a las emociones en lugar de la política, al miedo, a que la gente se crea de verdad que su vecino o su vecina con quien llevan conviviendo décadas y no han tenido ningún tipo de problema, viene aquí como quinta columna de no sé quién, a cargarse una sociedad civilizada, a tratar de imponernos una sociedad retrasada. Están consiguiendo eso que es peligroso, especialmente en una ciudad como esta en la que la división es prácticamente mitad y mitad.
-¿A qué peligros se enfrenta Ceuta en una situación como la actual sobre todo tras los continuos enfrentamientos plenarios y las agresiones verbales que se producen?
-Eso forma parte del relato de ir sembrando una especie de terreno para que crezca el odio. Aquí se está rompiendo la institucionalidad, la mínima cortesía parlamentaria, el respeto, yo diría incluso que hasta la educación. Aquí ya se insulta abiertamente.
Estamos hablando de Ceuta pero eso lo sufro en el Parlamento Europeo también, donde los diputados de extrema derecha nos acusan de querer implantar aquí un régimen islámico.
Yo en concreto no es que no sea musulmán, es que no soy creyente ni siquiera y nos acusan a nosotros de querer implantar el Daesh en Europa.
La verdad ha dejado de importar, no importa qué es lo que es verdad o qué es lo que es mentira, aquí es soltar un titular, estamos en la época del tuit, que ya nadie lee un libro si no un artículo, estamos en un titular y el titular es “La izquierda Castro-Chavista quiere acabar con la cultura judeocristiana e implantar aquí un régimen islámico”.
Creo que la ultraderecha cuenta con apoyos que mandan sin presentarse a las elecciones. Estamos viendo con preocupación como una parte del poder judicial tiene unos vínculos, unas complicidades cada vez menos ocultas con la ultraderecha. Lo podemos ver en sentencias cada día en denuncias que no se admiten a trámite, en otras que si se admiten
Eso, que no hay por donde pillarlo, pero lo sueltan, y son discursos sencillos, infames, pero sencillos, que están llegando a aquella gente que no encuentra salida a sus problemas.
Entonces esos excesos verbales, esos insultos, es confrontación que hay aquí, yo la enmarco en esa línea que tiene como objetivo final enfrentar a una parte de la sociedad contra la otra y ellos salir victoriosos de ese enfrentamiento.
-¿Qué futuro le espera a Ceuta con el avance de la ultraderecha?
-Parto de que controlan ya una parte del Poder Judicial y de las fuerzas y cuerpos de la seguridad del Estado y los medios, si llegaran también a dominar las instituciones aquí tendremos una situación muy difícil y quizás irreversible, porque podría implantarse no un régimen clientelar como este, en el que se favorece a una parte frente a otra, si no ya un régimen en el que una parte sea la Ceuta de orden, la Ceuta aceptada, luego otra parte sería una subespecie, subhumanos, en el que tendrían el tratamiento que tienen en algunos pueblos latinoamericanos los pueblos originarios, que son prácticamente para ser la chacha de la señora o el chófer o el que limpia el coche.
Nos encontraríamos con que la mitad de la población de aquí dejarían de ser de población de plenos derecho, sería situados en algunos casos con tratamiento subhumano.
- Nos ha explicado cómo afectaría el avance de la ultraderecha a la población española musulmana pero ¿cómo afectan estos avances al ciudadano de cultura judeocristiana?
-Hablar de todos los españoles de cultura judeocristiana, siempre las generalizaciones son injustas, yo lo que sí creo es que tenemos que apelar a toda la sociedad para defender los valores democráticos. Ahora mismo estamos en un período casi de resistencia frente al fascismo y por encima de las diferencias ideológicas que podamos tener, algunos más conservadores, otro más progresistas, unos más liberales, no sé, lo que tenemos que hacer es poner ahora mismo en valor la democracia.
Esos excesos verbales, esos insultos, es confrontación que hay aquí, yo la enmarco en esa línea que tiene como objetivo final enfrentar a una parte de la sociedad contra la otra y ellos salir victoriosos de ese enfrentamiento.
Unirnos todos los que nos sentimos demócratas, frente a las políticas que lo que tratan es generar el odio y el enfrentamiento entre familias que son hermanas independientemente de que uno vaya con corbata y uno vaya con hiyab, a lo que aspiran uno y otro es a poder convivir, a sacar sus familias adelante, a que sus niños puedan comer todos los días, que cuando necesiten médico puedan ir, puedan ir al colegio y que tengan cubiertas las necesidades básicas.
Teniendo claro que todos aspiramos más o menos a lo mismo, tenemos que ver que es necesario rechazar de manera contundente aquellos que vienen a destrozar la convivencia entre nosotros.
-¿Cuáles son las respuestas políticas de la izquierda a la que representa frente al avance de la ultraderecha?
-Nosotros creemos que tenemos que trabajar en dos caminos. En primer lugar darle solución a las necesidades de la gente a base de medidas legislativas que trabajen en la línea de la justicia social. en ese sentido, nosotros que ahora formamos parte del Gobierno, estamos trabajando en lo que llamamos el “Escudo Social”, que son una serie de medidas encaminadas a que la crisis no la paguen los de siempre.
La pandemia ha tenido efectos devastadores en cuestiones económicas y sociales, pero si lo comparamos con cómo se trató la última crisis, en 2008, podemos ver que aquello se saldo con casi 6 millones de parados, que no se ha recuperado después de trece años ya de aquella crisis, y como con las políticas que estamos implementando nosotros desde nuestro espacio, forzando a nuestros socios del Gobierno a aceptar lo que ya firmó en un acuerdo programático, en catorce meses se han recuperado los niveles de empleo a los de antes de la pandemia.
En cualquier caso hay un elemento que es una constante que es la acción de la extrema derecha, que es apelar a las emociones en lugar de la política, al miedo, a que la gente se crea de verdad que su vecino o su vecina con quien llevan conviviendo décadas y no han tenido ningún tipo de problema, viene aquí como quinta columna de no sé quién, a cargarse una sociedad civilizada, a tratar de imponernos una sociedad retrasada. Están consiguiendo eso que es peligroso, especialmente en una ciudad como esta en la que la división es prácticamente mitad y mitad
Estamos tomando medidas que dificulten que la gente que haya perdido su ingreso por culpa de la pandemia puedan ser desahuciados de su vivienda, estamos implementando los ERTE para que en vez de que los cierres temporales por culpa de la pandemia se conviertan en despidos, desde el gobierno, con fondos estatales se está pagando una parte de los salarios de estas personas que han perdido su actividad temporalmente para que en cuanto se recupere la actividad puedan volver a sus puestos de trabajo.
Por supuesto también muy preocupante el papel de algunos medios de comunicación, que lejos de informar y denunciar aquello que es denunciable, lo que están es defendiendo los intereses de sus propietarios, que en muchos casos se ven reflejados, defendidos por esas posiciones de la extrema derecha
Por otro lado creemos que es necesaria la organización social, que es la que puede obligarnos a aquellos que estamos en las instituciones a hacer lo correcto, porque si no podemos dormirnos, podemos entender que la institución es un fin, no un medio y al final que estamos allí dormirnos.
Nosotros, desde el Gobierno en el que nos encontramos ahora mismo, pedimos a la gente que se movilice para que nosotros tengamos fuerza para que podamos implementar aquello que hemos acordado con el partido socialista y que no siempre está siendo fácil de cumplir, estamos encontrando muchos obstáculos y le pedimos a la sociedad que se movilice para que se pongan en marcha esas medidas de justicia social y para que se haga frente a esta ola muy fuerte de política autoritaria, reaccionaria y filofascista.
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