En esto de la inmigración de ida y vuelta asoman historias curiosas, de esas que rompen con la tónica habitual de los servicios que practica la Guardia Civil o de las atenciones humanitarias que presta la Cruz Roja. Sucedió en la noche del sábado, cuando los agentes del Servicio Marítimo de la Benemérita fueron alertados por la presencia de nadadores en el agua. La patrullera acudió al espigón del Tarajal en donde se detectó la presencia de dos varones, uno adulto y el otro menor.
Hasta ahí todo normal. Los dos fueron auxiliados, trasladados a tierra y atendidos por el ERIE de Cruz Roja. Puesta en marcha del protocolo habitual: ropa seca, filiación policial y práctica de PCR en cumplimiento de los protocolos sanitarios. Lo curioso llega cuando se comprueba que el adulto, de origen marroquí, ya había estado en Ceuta antes, después de acceder de manera clandestina por mar. Una vez había estado un tiempo aquí decidió echarse al mar para volver a su tierra, acudir a Casablanca y recoger a su sobrino, menor de edad. Ambos entraron este sábado a nado. Tres días ha estado el adulto fuera de Ceuta, justo el tiempo de abandonar la ciudad, ir a Casablanca y regresar pero con compañía. Ahora tío y sobrino están en la nave del Tarajal cumpliendo cuarentena.
El control en la Frontera Sur demuestra, con este tipo de casos, sus particularidades. Una persona puede ir y volver sin problemas bordeando cualquiera de los espigones. En este caso se vuelve hasta con familia. Pero no es algo casual. Ya son varias las intervenciones de la Guardia Civil que terminan con nadadores rescatados que han estado antes en nuestra ciudad, se han ido y han regresado. El control fronterizo en el lado marroquí brilla, en demasiadas ocasiones, por su ausencia. Los rescates se llevan a cabo casi a diario y en algunas ocasiones ni se tiene constancia de la llegada del nadador hasta que llega a costa. Los medios son los que son, quedan en evidencia ante la presión en el mar. Las fuerzas de la Guardia Civil son absorbidas de manera prioritaria en el perímetro, quedando la costa a merced de lo que suceda. La semana pasada la propia AEGC reclamaba más medios.
Tío y sobrino ya están en Ceuta, protagonistas de una reagrupación particular surgida en plena Frontera Sur, en una línea fronteriza cerrada por vía terrestre que deja cualquier posibilidad de pase en el mar.
Salir a pasear en verano puede ser un tanto caluroso para las mascotas y para…
Casi seis décadas. Ese es el tiempo que Nicolás Chacón lleva viniendo a Ceuta con…
Sales de la playa y te diriges al coche. En este momento, el dilema de…
CCOO lo tiene claro. Denunciará ante la Inspección de Trabajo en Ceuta cualquier vulneración del…
Inflación, balanza comercial, turismo, nuevos contratos y licitaciones públicas de la administración local. En su…
Una denuncia en la Inspección de Trabajo, lo que contempla el Convenio, lo que establece…