Un idealista segundo de gabinete electoral (Ryan Gosling), el susodicho candidato demócrata a la presidencia del país barriestrellado más influyente del mundo (George Clooney pluriempleado que también dirige y firma el guión), una periodista influyente (Marisa Tomei), una becaria que guarda secretos (Evan Rachel Wood en la piel de una de las siempre peligrosas las becarias en el mundo de los enchaquetados que dirigen países) y dos viejos zorros (Paul Giamatti y Philip Seymour Hoffman) al frente de las campañas de los contendientes. Estos son los argumentos de la oscarizable y olvidada por los académicos propuesta de un George Clooney que en los últimos tiempos se muestra más activista si cabe en eso de disentir con lo establecido desde su posición de estrella y siempre con la más absoluta corrección.
La cinta, nueva incursión del cineasta en el campo de la denuncia mostrando los cenagales que hay que atravesar sin impunidad para llegar lejos en un cargo público, posa su interés en un par de giros argumentales interesantes y los hombros del fabuloso reparto. Si me dijeran que tengo vía libre para pedir dos actores que interpretaran los personajes de Phillip Seymour Hoffman y Paul Giamati, los que fuesen, me decantaría sin duda por ellos dos, lo cual demuestra acierto de cásting y poderío del director/productor; por otro lado, las caras del propio Clooney, Marisa Tomei y Evan Rachel Wood aportan empaque y seriedad. Y con todo este arsenal actoral nos topamos con un impecable Ryan Gosling, que ha pasado de presentar El Club Disney a convertirse en el actor de moda, que tanto en la reciente Drive como en el puesto protagonista de estos Idus de marzo demuestra que se puede lograr que la gélida inexpresividad sea una virtud al servicio del personaje, lo cual, ya quisieran Keanu Reeves o Charlie Sheen, no es cualquier cosa.
La al principio sutil evolución del rictus del rostro del protagonista hacia la indolencia a la vez que va descubriendo los entresijos del mundo de puñaladas y trampas en el que se ha enrolado (negocios, nada personal, que diría un capo de la mafia con mayor sinceridad que un político) se va haciendo meritoriamente palpable en la actuación de Gosling.
La cinta, con un ritmo alegre, música marcial y secuencias visualmente atractivas como el momentazo del despido en un coche a tiempo real y de un plumazo o la primera conversación entre la becaria y el joven ambicioso (brillante diálogo), la convierten en una película más que interesante no sólo para públicos que aprecien el género político. Clooney logra el difícil equilibrio entre la denuncia y el entretenimiento, recordando siempre que el primer objetivo es agradar a quien paga por ver tu trabajo. Bien por él y mucho mejor para nosotros…
Puntuación: 8
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