Nada ha cambiado tras la muerte de Fatima. Después de las lágrimas, de los reproches, de las críticas de sus compañeras exigiendo a las autoridades cambios, todo sigue igual en la frontera de Ceuta 24 horas después de que Fatima perdiera la vida despeñada cuando buscaba una intimidad alejada de la cola (ni tan siquiera hay aseos donde poder hacer sus necesidades), Marruecos cambió el lugar de ubicación de los porteadores, en la jornada de hombres. Fueron variaciones de cara a la galería, porque la situación a pie de frontera sigue igual.
Las colas con los carros se volvieron a formar desde la noche del viernes. Este domingo se sucedían las carreras para buscar un sitio. Dos euros pagan quienes no pueden pasar la noche para guardar el sitio hasta el lunes; las que sí quedan a pie de carretera porque carecen de dinero viven una pésima situación que nadie entiende y que se reproduce a la vista de todos los ciudadanos que cruzan la frontera.
La situación de los hombres y mujeres que viven del porteo se debatió en los foros más importantes de Marruecos, incluso las clases políticas dominantes advierten de que debe tener fin, pero mientras nada se hace por variar la situación de inhumanidad que se repite a la vista de todos y que deja un reguero de muertes.
Aplastadas, víctimas de ataques al corazón, despeñadas... hay un abanico de causas detrás de una mortandad que no cesa.
En Ceuta la muerte de Fatima ni siquiera provocó una queja, ni unas líneas de protesta... las entidades y partidos políticos que siempre han hecho gala de una denuncia clara por esta tragedia que es un fiel reflejo de la quiebra del llamado comercio atípico mantenido en la Frontera Sur de Europa se mantuvieron, sorprevisamente, al margen. Ni una palabra.
La situación no varía, quizá podría decirse que incluso empeora. En las dos últimas jornadas el porteo se volvió a enrarecer ante los decomisos ejercidos por Marruecos lo que llevó, de nuevo, a intentar avalanchas por el Tarajal que generaron pequeños cierres de la propia frontera.
El cuerpo de Fatima yace bajo tierra, las lágrimas de quienes la conocían han cesado y a pie de carretera de Bab Sebta, la última que pisó esta mujer que ha dejado 5 hijos y que ejercía de porteadora de manera ocasional, siguen produciéndose las mismas situaciones inhumanas. "Morirán más", decían sus amigas. Si nadie lo remedia, sí.
Esta acumulación de personas en el lado marroquí de la frontera se producía horas antes de la reanudación del porteo por el 'Tarajal II'. Pero al día siguiente, ya lunes, las largas esperas fueron la tónica para el paso de personas a pie. Un vídeo, cuya grabación se inicia a las afueras de Castillejos, da testimonio de la interminable cola y de los 'puestos' que se han instalado en el paseo marítimo para asegurarse un turno en la fila.
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