‘Música para los oídos’ de la mano de jóvenes talentos

Un deleite para el oído de la mano de jóvenes talentos. Niños y niñas de la escuela de música Mundo Arte de Ceuta que en sus manos han transformado instrumentos en el Teatro Auditorio del Revellín este domingo para una tarde mágica.

El centro, con motivo del fin de curso, ha organizado un concierto en el que los alumnos han tenido la oportunidad de demostrar su evolución. Una actuación en la todos los géneros e instrumentos han tenido cabida. El piano, la guitarra, el ukelele, el saxofón o el clarinete han puesto la nota musical a este fin de semana.

Una postal para el recuerdo de los padres de estos pequeños artistas que, con esfuerzo y dedicación, han plasmado todo un año de trabajo en un sonoro repertorio. Alrededor de 50 estudiantes se han entregado a este público tan especial con el que se han identificado a través de los rostros de ilusión de sus familiares.

No ha habido una temática o una línea que haya definido a este acto de ambiente recogido e íntimo. Han tenido la libertad de tocar piezas de distinta índole que han ido desde “música clásica, canciones infantiles, o temas de toda la vida como, por ejemplo, del grupo Queen”, según ha detallado Noelia Caballero, directora y propietaria del centro.

Novedades

Este año la actuación ha contado con dos novedades principales dentro de su línea habitual. La variedad de instrumentos ha sido mayor y, por primera vez, los alumnos de cuatro años se han subido al escenario para mostrar todo su potencial.

Han dado vida a las teclas del piano tras meses de ensayo y dedicación. Un primer concierto que ha dado paso a un futuro en el que la música será un pilar fundamental en su educación.

Ha sido imprescindible para este acto la colaboración de Fotógrafos Solidarios, una asociación con la que Caballero se ha sentido agradecida. “A través de sus fotos nos queda un recuerdo muy bonito”, ha apuntado.

La melodía se ha fusionado con fotografías de los talentosos estudiantes durante sus clases. Unas imágenes que han pillado por sorpresa a muchos de los padres, que han podido ver a sus hijos tocar en las aulas.

Los más pequeños también han tenido la oportunidad de contribuir con este evento cultural. Niños y niñas de tres años de edad han prestado su voz a otros más mayores para acompañarlos y cantar al unísono.

Una evolución en positivo

Un total de 100 ceutíes están matriculados en la escuela. Este concierto ha sido diseñado para la mitad de ellos ya que, tal y como ha trasladado Caballero, los reparten entre el espectáculo de Navidad y el de verano.

“El motivo de este es el fin de curso y es para que los padres puedan ver todo lo que sus hijos han evolucionado y aprendido”, ha indicado la directora.

Los niños y niñas, a pesar de sus otras obligaciones, han mejorado desde el inicio del curso hasta el momento presente. Han logrado compaginar en la medida de lo posible el resto de tareas diarias. “A veces es complicado con tantas actividades y con el colegio. Estoy muy contenta con el trabajo que hacen”, ha destacado.

No es fácil para el oído del público general detectar estos progresos, “A veces las personas no aprecian los cambios ya que tocar un instrumento no es nada sencillo y se da paso a paso”, ha señalado. Caballero ha considerado que “tienen mucho mérito y valor por subir al escenario. Lo que hay detrás no se ve y algunos lo pasan mal por los nervios”.

Amor por la música

No es tarea simple sembrar este deseo de aprender a tocar música a temprana edad. “Es difícil inculcarlo ya que, por desgracia, está poco valorada, pero, realmente el que viene a la academia es porque quiere y porque le gusta la música”, ha subrayado.

Caballero intenta en su academia enseñarles a controlar la frustración y tolerarla. “Hay que educarles en que si se equivocan no pasa absolutamente nada. Tienen que intentar verlo de esa forma y ver el privilegio que tienen por saber tocar un instrumento”, ha comentado.

Se trata de evitar cualquier tipo de actitud que, finalmente, perjudique en cierto modo a estos niños. “Si se busca solo la perfección cogen miedo a los conciertos y no quieren participar. Aprenden a disfrutar con la música”, ha mencionado.

La música de estos pequeños talentos ha calado en sus padres que, ilusionados, han disfrutado junto a sus hijos de esta velada.