De lunes a viernes será buena idea llegado el mediodía, escuchar el CAÑONAZO. Desde el Monte Hacho se lanzarán palabras que retumbarán en la conciencia. Romper la barrera del sonido y originar un eco ensordezor “urbi et orbi” a Ceuta y al mundo.
Ya no hay profesores de música. En un instituto de nuestra ciudad los alumnos han ensordecido. Pasan los meses y los instrumentos siguen guardados en el pupitre...
Flautas, partituras, voces, solfeos, pentagramas; todos esperan al profe de música que no llega. A la Dirección Provincial le importa un pito y hacen oídos sordos, se han ido con la música a otra parte. Con una cadencia sutil interpretan el mismo soniquete: No hay profesores de música, se agotó la lista.
Mientras tanto, la orquesta del Ministerio está en otros asuntos. Los responsables se han quedado como tapias ante el murmullo del alumnado desposeídos del derecho a la educación musical.
“No hay profesores, no hay profesores, no hay profesores” cantan y danzan los niños en el patio.
La LOMLOE olvidó qué hacer en estos casos. Los maestros rellenan miles de documentos analizando, adaptando y curriculando esta materia básica para la formación del alumnado.
¡Si Beethoven levantara la cabeza!