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La ceutí Ana Ros, que trabaja en la universidad, testigo de la tragedia en Manchester
El atentado perpetrado en Manchester sorprendió a la ceutí Ana Ros Sánchez, que trabaja desde hace años en la universidad. De la masacre cometida se enteró, como muchos otros ciudadanos, en la mañana de ayer y conforme pasaban las horas se iban conociendo nuevos datos sobre la autoría y sus consecuencias. Nada más despertarse, la primera alarma: un montón de mensajes en su teléfono de familiares preocupados. “Me desperté pensando que algo había pasado allí porque no me paraba de sonar el móvil. Eran mi familia y mis amigos preguntando si estábamos bien”.
En la universidad no se hablaba ayer de otra cosa más que de lo sucedido, igual que en otros países debido a la crueldad del atentado, reivindicado por el Estado Islámico. “Aquí todo el mundo ha venido a trabajar normal pero te puedes imaginar que no se habla de otra cosa”, explica a El Faro la joven, cuya familia reside en nuestra ciudad. “La gente comenta que era cuestión de tiempo que pasara esto, la pregunta era cuándo. La principal estación de tren Victoria en Picadilly está cerrada y la gente muy triste”, añade Ros, que ayer, como los demás ciudadanos, tenía que seguir con su vida a pesar de convivir con la tragedia de una forma tan cercana.
El protocolo se puso en funcionamiento de forma rápida al objeto de facilitar la localización de personas desaparecidas. “Hay mucha información de teléfonos a los que llamar si alguien que conoces está desaparecido, incluso nos han mandado uno desde la universidad. Por suerte no es mi caso”, apunta Ros.
La solidaridad de la población residente quedó demostrada nada más producirse el atentado. “Aquí se habla del Manchester spirit, de cómo todo el mundo se ha volcado en la comunidad desde el primer minuto. Taxistas llevando a extraños a sus casas sin cobrarles por supuesto. Y gente ofreciendo sus casas a extraños que no eran de Manchester para que pudieran pasar la noche. Llevando comida y bebidas a hospitales y cuerpos de seguridad”, explica. “Hay muchas familias buscando a sus seres queridos aún. En Albert square se ha reunido mucha gente para mostrar tributo y reflejar que Manchester es más fuerte que el terrorismo, con gente de todas las religiones. Aún me parece mentira que al final haya pasado aquí”, añade.
“Inglaterra ya fue objetivo en 2005... ahora de nuevo... Ves las noticias y piensas y ¿si pasa algún día? Pero no te puedes creer que haya pasado...es una sensación muy rara, hoy ha sido un día muy raro”. Para Ana la experiencia será complicada de olvidar, como lo es para todo el mundo con esta amenaza.