Opinión

Mujeres ceutíes olvidadas...

En “La Historia oficial”, película sobre la dictadura argentina, con distintos galardones, entre ellos el óscar a mejor película de habla no inglesa (1986), Alicia, profesora de Historia en un instituto de Buenos Aires, encarnada por la actriz Norma Alejandro, se dirige a sus alumnos, a comienzo de un nuevo curso, diciéndoles que “… ningún pueblo podría sobrevivir sin memoria… que la Historia es la memoria de los pueblos”. Esta película, en la que las mujeres adquieren un protagonismo importante, nos hace reflexionar sobre consecuencias dramáticas que provocan las dictaduras, la argentina, de la que trata la película, pero también la sufrida en España desde 1939 a 1975, la dictadura franquista. Durante la lectura del nuevo libro de Francisco Sánchez Montoya: “Mujeres ceutíes olvidadas. Represión, cárceles y fusilamientos (1936-1958)” me vino a la memoria esa cinta, como me podrían haber venido otras, españolas: “Las cartas perdidas” (Amparo Climent), “La voz dormida” (Benito Zambrano) “Las trece rosas” (Emilio Martínez Lázaro), “Los girasoles ciegos” (José Luis Cuerda) o “La trinchera infinita” (Jon Garaño); todas ellas comparten denominador común: reflejan las consecuencias de la guerra civil, con la posterior dictadura, tienen a la mujer como protagonista destacada, víctima de distintas formas de represión y constituyen magníficos ejemplos de recuperación de memoria histórica.

"Tenemos muchos motivos, como ciudadanos ceutíes, de agradecimiento a Francisco Sánchez ante su nueva obra"

Tenemos muchos motivos, como ciudadanos ceutíes, de agradecimiento a Francisco Sánchez ante su nueva obra: por seguir arrojando luz sobre un período de nuestro pasado reciente lleno de oscuridad durante mucho tiempo … por seguir defendiendo el derecho a la memoria… por luchar contra olvidos interesados … por dignificar con su trabajo a víctimas de la represión franquista en nuestra ciudad… Desde la docencia, debemos agradecerle el que nos aporte valiosos materiales para la enseñanza de la Historia, especialmente ahora que los nuevos planes de estudio, tanto para educación primaria como para secundaria, prestan más importancia a la Historia reciente de España. Muy personalmente, le agradezco el permitirme acompañarle, desde un lejano 2004, en que se presentó su pionera y exhaustiva investigación sobre la IIª República, la Guerra Civil y la Represión en Ceuta, en lo que él llama “aventuras literarias” y yo considero un riguroso, valioso y muy necesario trabajo de investigación sobre las páginas más negras de nuestra reciente Historia; a la obra citada hay que añadir la biografía de Antonio López Sánchez-Prado, último alcalde republicano, el álbum fotográfico de nuestra ciudad, el trabajo sobre la Masonería en Ceuta y el que motiva este artículo, sobre mujeres víctimas de la represión franquista.

En tiempos en los que asistimos a una cierta banalización y blanqueamiento de la dictadura franquista, del golpe de estado que la originó y a posiciones equidistantes sobre las causas de la Guerra Civil, el conjunto de su obra, centrada fundamentalmente en Ceuta, cobra una gran importancia, situando siempre a las víctimas en el centro de su trabajo, dignificándolas, rescatándolas del olvido, sin atisbar el menor espíritu revanchista o vengativo, persiguiendo un conocimiento riguroso de nuestro pasado. En esta ocasión, su trabajo se centra en rescatar la Memoria, la Historia, de una gran cantidad de mujeres ceutíes que, muy a su pesar, fueron protagonistas de unos dramáticos acontecimientos provocados por el brazo armado de los que, durante siglos, habían detentado el poder en nuestro país y no estaban dispuestos a perderlo.

Los dramas vividos, las injusticias sufridas, la vulneración de sus derechos más elementales, salen a la luz tras haber permanecido durante décadas en el ámbito estrictamente familiar e íntimo, envueltas en una espesa capa de temor, de recelos, de estigmas, de olvidos impuestos, de vergüenza para nuestra democracia. Este libro contribuye a dar voz, a visibilizar a personas que, durante décadas, fueron prácticamente invisibles para la sociedad. Las protagonistas directas de estas memorias abandonaron este mundo sin recuperar la dignidad robada, sin que se les hubiera hecho justicia y sin, prácticamente, ningún reconocimiento; el delito cometido: haber luchado para conseguir mejoras sociales y laborales, ser mujer, madre, hermana o hija de hombres que creyeron en la República, que defendieron su legalidad, enfrentando el golpe de estado de 1936 o, simplemente, fueron objeto de denuncias por rencillas vecinales o laborales, en un tiempo en que eso era suficiente para sufrir represión. Al recordarlas lo que debe movernos es denunciar las injusticias cometidas con ellas, a modo de antídoto para un presente y un futuro que destierre diferentes formas de violencia de la política.

"Este libro contribuye a dar voz, a visibilizar a personas que, durante décadas, fueron prácticamente invisibles para la sociedad"

Sirvan estas líneas para reivindicar la puesta en valor de la antigua cárcel de mujeres, en la Barriada de El Sarchal, bien de interés cultural en un lamentable estado de abandono; la edición de este nuevo libro podría venir acompañada de la colocación de una placa conmemorativa, en recuerdo de las numerosas mujeres que allí sufrieron cárcel, represión y, en casos extremos, muerte. Podemos convertirlo en un lugar para la memoria de las víctimas del franquismo, en un centro vecinal de dinamización cultural de esa zona, en un edificio para la investigación sobre nuestro pasado reciente… Estas ciudadanas ceutíes, rescatadas del olvido por Francisco Sánchez, merecen tener mayor presencia en nuestro espacio público, avanzando en lo que ya se ha hecho con dos de ellas, Antonia Céspedes (“la latera”) y Antonia Castillo (primera mujer médica en Ceuta), a las que la ciudad dedicó, hace unos años, sendas calles.

Recuperar la memoria histórica, además de una obligación de la historiografía sobre el pasado reciente, constituye un servicio que se presta a la ciudadanía, debe servir para rescatar del olvido acontecimientos y personajes, clarificando unos y dignificando otros, diluyendo los tupidos velos que fronteras temporales e intereses de distinto tipo han ido tejiendo. Esta tarde, el autor presenta su nuevo libro en la Biblioteca Pública de Ceuta, no se lo pierdan, es una buena forma, como decía Alicia, profesora de Historia en la película con la que abrimos este artículo, de que nuestro pueblo no pierda su memoria.

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