Aunque hace 35 años que la mujer se incorporó a la Guardia Civil, fue mucho antes, en 1948 cuando llegaron al Cuerpo las primeras mujeres: Las matronas fueron las pioneras en pertenecer a la Benemérita, aunque sin divisas ni armamento, su función era muy específica: llevar a cabo los registros corporales a personas de su sexo. Estas matronas eran, por lo general, viudas o huérfanas de guardias civiles y contaron, desde 1950, con su propio reglamento de reclutamiento y disciplina específico. Pero a pesar de tener esas funciones en sus 38 años de servicio sólo se convocó oficialmente una única promoción de matronas, fue en 1987, justo un año después de que se declarara a extinguir el cuerpo y tan sólo un año antes de que se publicara la primera convocatoria a la Guardia Civil abierta a la mujer en 1988.
En esa primera promoción de la Guardia Civil abierta a las mujeres se presentaron 2.917 de las que pasaron a Baeza 202, terminando el curso 197. De esta primera promoción celebramos ahora los 35 años en los que la presencia de la mujer sigue afianzándose en la Institución, aunque a un ritmo más lento del deseado como nos revelan las cifras: la Guardia Civil apenas cuenta con 6.000 mujeres (en 2018 había algo menos de 5.200) representadas en casi todas las especialidades y en todas las escalas.
La Institución cuenta con mujeres teniente coronel y con jefas de comandancia que poco a poco van abriendo camino y rompiendo techos para que las nuevas generaciones que eligen a la Benemérita como profesión tengan más oportunidades de crecer. Pero aún así solo representan sólo el 9% muy lejos de la presencia de las mujeres en los Mossos con un 21%, de la Policía Nacional con el 16,25 % y Ertzaintza con el 14,5%. Incluso la presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas está por delante de la Benemérita con un 12,7% de su plantilla.
En estos 35 años en los que la presencia de la mujer ha contribuido a mejorar la conciliación laboral de todos los miembros de la Guardia Civil porque cada avance alcanzado, gracias a la lucha y las reivindicaciones de las Asociaciones Profesionales, entre ellas la Asociación Española de Guardias Civiles, ha sido conquistado para todos los y las profesionales de la Institución.
Desde AEGC hemos defendido siempre el valor añadido que ha supuesto la inclusión de la mujer en la Guardia Civil, su visión de la sociedad y su profesionalidad demostrada a lo largo de estos 35 años. Por ese motivo consideramos que la presencia de dos mujeres al frente de la Institución ha sido una oportunidad perdida. Esperábamos de estas dos directoras generales más implicación y menos photocall para empoderar el trabajo que llevan a cobo nuestras compañeras en la Institución y animar así a más mujeres a formar parte de la Guardia Civil.
Años en los que todo el trabajo ha sido la creación de la Comisión de Igualdad y Diversidad con el objetivo de servir para poner en práctica medidas que fomenten la igualdad y diversidad en el seno de nuestra Institución, pero que apenas ha podido dar unos pocos pasos como expone el propio informe de seguimiento del plan de igualdad donde se expone la necesidad de una mayor participación de mujeres en las actividades y el compromiso de la administración en la realización de encuestas relacionadas con los temas tratados en este comité de manera que lleguen al mayor número de mujeres posible.
Una comisión que ha dejado patente en estos meses de camino que aún faltan muchas cosas por hacer: Conseguir elevar el interés de la mujer en opositar para el ingreso en la Guardia Civil; establecer el motivo por el cual les resulta más atractivo opositar para el Cuerpo Nacional de Policía; Determinar las razones por las que muestran menos interés por ascender; Eliminar la diferencia a favor de los hombres con respecto a la obtención de vacantes de libre designación y en la participación en misiones internacionales.
Me encanta eso de que el pensamiento de uno esté bajo las siglas de una asociación. Habla en tu nombre