La mujer de 37 años que fue
atacada por un dogo argentino de gran tamaño en la madrugada del domingo al lunes en Huerta Tellez deberá someterse a una segunda intervención quirúrgica. María Dolores García continúa ingresada en el Hospital Universitario desde el suceso y permanecerá allí, como mínimo, hasta el viernes. Del perro y su dueño, que huyeron del lugar, nada se sabe aún. Según explica su marido, Ricardo José Sánchez, evoluciona "favorablemente" de sus lesiones en el brazo, en el centro hospitalario, pero dada la gravedad de las heridas "aún tienen que asegurarse de que no coja ninguna infección antes de que vuelva a pasar por quirófano". Es por eso, según señala el hombre, que no podrá someterse a la nueva cirugía hasta finales de la presente semana.
"Una pesadilla"
Los hechos ocurrieron pasadas las dos de la madrugada del pasado lunes, según relata Sánchez. Aprovechando "el ambiente que había por el
Ramadán" y las vacaciones del menor, salieron a dar un paseo hacia el parque nuevo de la barriada. "De repente escuché que algo se aproximaba por la espalda", explica Sánchez. Era un perro de gran tamaño que iba suelto. "Se iba a abalanzar sobre el niño y mi mujer puso el brazo, entonces lo agarró entre sus fauces tirándola al suelo y zarandeándola". La acera rápidamente se llenó de sangre y la mujer no paraba de chillar. "Me lancé a por el perro, tratando de quitárselo pero era imposible". "Una pesadilla", según rememora Sánchez, que pasó muy rápido. El ataque se detuvo cuando el dueño, que llevaba pantalones oscuros y sudadera gris, apareció en el lugar y llamó a su perro: "Cuando vio el percal que había armado, con la sangre y mi mujer en el suelo, rápidamente huyó y no pudimos alcanzarle". García, acompañada de sus familiares, tuvo que acudir de urgencia al
Hospital, donde permaneció ingresada durante la noche, antes de ser intervenida en la mañana de este martes por el servicio de Traumatología. El parte médico indica que presenta "dos heridas con pérdida de tejido cutáneo y subcutáneo en el brazo izquierdo a nivel posterior, con colgajo de parte del triceps de una de ellas, lesión con exposición tendinosa en el codo, a nivel lateral y pérdida de tejido cutáneo y subcutáneo en la parte anterior del antebrazo". Su marido detalla que tiene "boquetes en los brazos, de los dientes del perro, que no se pueden coser". Por el momento, debido a estas lesiones, se encuentra ingresada en el hospital "con un gotero de antibiótico, ya que corre riesgo de infecciones".
Búsqueda del responsable
La
Policía Nacional ya cuenta con los datos de la pareja y busca activamente al responsable. Una vez esté de alta, con los partes de Traumatología, presentarán denuncia, aunque Sánchez está tratando de localizar al dueño del
animal. "He dado su descripción a vecinos del barrio y de otros aledaños, pero de momento no tenemos nada seguro. Hay quien me ha dado el supuesto nombre de la persona, pero luego nadie conoce a alguien que se llame así y sea vecino de ese área", lamenta el hombre. Su mayor alivio es que todo se haya quedado en unas lesiones en el brazo. Considera que podía "haber sido mucho peor" de no haberle pillado la extremidad, sino otra parte del cuerpo o si incluso "hubiera conseguido alcanzar al niño".
Prohibidos en parques y siempre con bozal y cadena
El dogo argentino es (junto al Pit Bull Terrier, el Staffordshire Bull Terrier, el American Staffordshire, el Fila Brasileiro, el Tosa Inu y el Akita Inu) una de las ocho razas cuyos ejemplares se consideran oficialmente en todo caso potencialmente peligrosos con independencia de que manifiesten un carácter marcadamente agresivo o no. Según el Reglamento para la Tenencia, Protección y Bienestar de los Animales Domésticos de Ceuta, sus propietarios están obligados a llevarlos con bozal “homologado y adecuado para su raza”. Su presencia o circulación cerca de parques y jardines públicos, así como en las inmediaciones de centros escolares, guarderías, mercados y centros recreativos o deportivos y lugares de ocio y espacimiento de menores está “prohibida”.