Siete colegios públicos mantienen abiertas sus puertas todo el verano con actividades lúdico-educativas y servicio de comida y merienda para niños sin recursos
Un tercio de los colegios de la ciudad siguen abiertos este verano en horario de mañana por cuarto año consecutivo. Los siete colegios públicos con comedor escolar de Ceuta completaron ayer la primera semana del periodo que mantendrán actividad en formato social con actividades lúdico-educativas y servicio de comida (y reparto de merienda) para jóvenes de familias con recursos escasos que han sido identificados por los trabajadores sociales de la Administración local.
El programa ha arrancado con algo más de 500 beneficiarios y la asistencia media durante sus primeros días de funcionamiento ha oscilado entre un 70% y un 80% de los censados. El servicio se ofrece en los CEIP Federico García Lorca, Ramón y Cajal, Andrés Manjón, Reina Sofía, Ortega y Gasset, Príncipe Felipe y Pablo Ruiz Picasso.
El personal que durante todo el curso está a sueldo del Ministerio en las cocinas ha vuelto a ser contratado por la Ciudad, en principio por última vez, pues en 2018 se prevé licitar y adjudicar un cáterin, para seguir haciendo el trabajo de elaboración de los menús y su preparación. Los 80 trabajadores del Convenio MECD-Ciudad se encargan, en paralelo, repartidos al 50% entre julio y agosto, de la organización de todo tipo de actividades lúdicas.
El CEIP García Lorca es, de todos los abiertos en verano, el que tiene un mayor número de niños asignados, 114. Cada día recibe a más de medio centenar de estudiantes de Primaria que participan en propuestas de ocio y formativas divididos en grupos.
“Estamos recibiendo una media de 70 ó 80 niños al día para los que, a lo largo de la mañana, se ofrecen actividades de manualidades, deporte, juegos, vídeos, informática... Todo se desarrolla en un ambiente relajado pero con una metodología para, con un orden y unas pautas, que reciban estímulos positivos y se lo pasen bien, que es el objetivo último”, resume Gema Pareja.
A ese grupo se suman, para comer y llevarse una merienda con zumo, fruta y bocadillo, entre 20 y 30 más, tanto de Infantil como de Secundaria hermanos de los primeros. No en todos los colegios se sigue la misma metodología y en algunos es necesario incorporarse al programa a primera hora para entrar después en el comedor.
Las puertas del centro más cercano a Miramar, al que también acuden jóvenes escolarizados en otros centros sin servicio de comidas como los CEIP Juan Morejón o José Acosta, se abren poco después de las 10.00 horas y las del comedor, a la una de la tarde, cuando el personal de cocina ya tiene listas las comidas, confeccionadas sobre criterios de variedad y salud.
María del Mar Bringas preparó ayer con sus compañeras paella de pollo para comer. “Este es nuestro cuarto año en verano, funcionando bien y con los niños muy contentos”, se felicita la cocinera, miembro de un equipo que asume tanto el diseño del menú como de los pedidos. “Hacemos un menú equilibrado, basado en la dieta mediterránea, con mucha fruta y mucha verdura aunque haya que engañar un poquito a los pequeños para que no la rechacen, que para eso son un poco difíciles, y dos días carne y dos pescado alternando”, amplía.
En el CEIP García Lorca presta apoyo también la asociación Intercultura y distintos trabajadores de Colaboración Social en tareas de conserjes y limpieza. En total, el programa da trabajo a 140 personas en julio, agosto y septiembre, cuando finaliza el día 30 sin solución de continuidad con el año académico ordinario.
La apertura de colegios y comedores escolares en periodo estival cumple este año su cuarta edición y la Ciudad Autónoma ha presupuestado su sostenimiento en unos 800.000 euros, la mitad para cubrir los gastos de retribuciones de los recursos humanos, que incluye un servicio de cáterin a domicilio para 27 alumnos del Colegio de Educación Especial de San Antonio.
La FAMPA, en contra de dejar de cocinar en los colegios públicos
La Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) de Ceuta que preside Mustafa Mohamed espera que la Ciudad y el Ministerio den marcha atrás en el principio de acuerdo que han alcanzado para, el verano del año que viene, externalizar el servicio de cocina de los comedores escolares en formato social, que pasaría a gestionarse en formato cáterin, como ya se hace actualmente con los alumnos beneficiarios del Colegio de Educación Especial (CEE) San Antonio. A juicio de la FAMPA el modelo actual, en manos del personal que cocina a diario durante el curso a sueldo del Ministerio, “es el idóneo para no rebajar la calidad del menú y de los alimentos que se dan a los niños”.