Muchas firmas, pero ni un solo euro para salvar a la AD Ceuta

El presidente de la AD Ceuta presentó el pasado viernes 5.331 firmas en el registro de la Ciudad Autónoma para intentar demostrar que los ceutíes están con el primer equipo de fútbol de la ciudad y no quieren que descienda a Tercera División e incluso desaparezca por las deudas que acumula prácticamente desde que echó a andar hace dieciséis años. José Antonio Muñoz pretende que el Gobierno de Juan Vivas, una vez más, acuda al rescate del equipo blanco que se encuentra al borde del abismo por la mala gestión deportiva y económica.
De nuevo quiere que la Ciudad Autónoma le saque las castañas del fuego después de una segunda etapa al frente de la Asociación repleta de errores y decisiones incongruentes.
Si el actual presidente del Ceuta no estaba dispuesto a “administrar ruinas”, como ha dicho públicamente, por los recortes en la subvención debido a la crisis económica que no hubiera dado el paso de presentarse porque él era consciente que llegaban las ‘vacas flacas’ y había que apretarse el cinturón.
Muñoz, que no va a cambiar su forma de actuar a esta altura de la película, se gastó 1,4 millones de euros sólo en la plantilla en la temporada 2010-2011. Lo primero que hizo fue firmar un director deportivo,
Julio Fernández Peguero, que contrató a jugadores procedentes de Segunda División ‘A’ que en la mayoría de los casos no cumplieron con las expectativas creadas. La apuesta por un técnico joven (Joao de Deus) llegó hasta diciembre cuando incomprensiblemente fue destituido el entrenador luso, con la AD Ceuta en zona de play off de ascenso, para dar un giro de 180 grados con el fichaje del afamado Andoni Goikoetxea.
A falta de cuatro jornadas el técnico vasco, que no mejoró las prestaciones del equipo durante la primera vuelta, también salió por la puerta de atrás cuando la decisión se tenía que haber tomado mucho antes. José Ángel Moreno fue el tercer entrenador de una campaña en la que el Ceuta no se metió entre los cuatro primeros, quedándose fuera de la lucha por el ascenso.
El pasado verano la misma historia. Nuevo recorte significativo en la subvención, pero Muñoz a lo suyo.
Como reconoció en la asamblea de socios y abonados confeccionó la plantilla y el cuerpo técnico (Sergio Lobera, segundo entrenador, preparador físico, fisioterapeuta y el director deportivo Manolo Santana) para tratar de ascender convencido que en un grupo cuarto muy devaluado lograría ‘meterse’ en el play off. Incluso en una decisión muy extraña y controvertida decidió que los futbolistas y el cuerpo técnico vivieran en la provincia de Sevilla y entrenasen en San Juan de Aznalfarache.
Era muy complicado que la gente se identificara con un equipo sin un solo jugador de la ciudad y residiendo en la Península. El entrenador ha sido noticia esta semana por su fichaje por la UD Las Palmas de la Liga Adelante.
Lobera manifestó en su puesta de largo que en Ceuta “me he sentido valorado en mi trabajo, pero he tenido que perdonar mucho dinero para salir de allí. Si hubiera cobrado lo que debiera, hubiera ganado más que viniendo a la Unión Deportiva”.
Del tema de las firmas hay que preguntarse como ya hizo el pasado domingo el maestro Ricardo Lacasa en ‘Por el Rebellín’ ¿en que lugar de las gradas del Alfonso Murube estaban los 5.331 que han firmado para que la AD Ceuta no desaparezca?
En la última temporada el club blanco tenía mil abonados y en muchos de los partidos de la segunda vuelta acudieron al estadio doscientos espectadores.
¿Por qué los que han firmado para salvar a la AD Ceuta no han aportado, en la medida de sus posibilidades, una cantidad económica para rebajar los 373.000 euros denunciados por los jugadores en la AFE y quizás forzar a la Ciudad a poner el resto para evitar la desaparición del club?
El presidente y los directivos también podían haber recorrido los comercios, las empresas y los establecimientos de la ciudad solicitando ayuda económica para tratar de reducir la deuda con los futbolistas, que es la que puede mandar a la AD Ceuta a Tercera División si antes del 30-J no es abonada a los integrantes de la plantilla, que no olvidemos dejaron de cobrar en el mes de noviembre del año pasado.
El presidente de la AD Ceuta entregó, además de las firmas, una carta al presidente Vivas para que éste recapacite y haga frente a la cuantiosa deuda para evitar el descenso.
El Ejecutivo ya ha dicho por activa y por pasiva que ha cumplido lo firmado con el primer equipo de la ciudad y las medidas contempladas para inyectarle más dinero (convenio con RTVCE y plan de saneamiento del 2013) no ha sido posible ejecutarlas. Así las cosas, el futuro de la AD Ceuta es muy negro y el descenso parece cantado.
Pero si la Ciudad Autónoma se sacara un conejo de la chistera que evitase el desaguisado debería exigirle la dimisión a José A. Muñoz.
El presidente ha fracasado en su segunda etapa en la AD Ceuta y no sería de recibo que continuara al frente del equipo blanco. Como Muñoz quiere tanto al Ceuta seguro que lo entendería y cedería el testigo a otras personas. Entiendo además que por su ‘modus operandi’ no es el más indicado para liderar un proyecto a medio-largo plazo en el que habrá que tener mucha paciencia y por supuesto mirar a la cantera para nutrir al equipo de jugadores locales.

El ‘Ceuta galáctico’, esta definición es de Manolo Santana, ha pasado a mejor vida. Un Ceuta que no regateaba en gastos en los desplazamientos, en los ‘stages’ de pretemporada o en concentraciones en hoteles de lujo antes de la disputa del play off de ascenso.
Y que podemos decir de los jugadores, fichados a golpe de talonario y encima muchos de ellos no rindieron lo esperado.
Ya he escrito en otras ocasiones que los futbolistas que más aportaron fueron los que tenían menos de 23 años y procedían de Tercera División. Dani Platero, Pedro Ríos, Rubén Pazos, Puli, Silas, David de Coz, Diego Reyes, Álvaro Cejudo o Raoul Loe valen como ejemplo para justificar el comentario.
Muñoz no ha mirado nunca más allá del 30 junio y ha vivido obsesionado con el ascenso a Segunda División, después de una primera experiencia en la Agrupación en la que acarició el salto de categoría, pero terminó con el descenso a Tercera y la posterior desaparición del club en 1991 al no poder hacer frente a una deuda en la AFE cercana a los sesenta millones de las antiguas pesetas.
Cuando regresó hace dos años podía haber cambiado el chip al sufrir las subvenciones un recorte, pero la misma historia. Equipos por encima de las posibilidades económicas, con presupuestos irreales donde el capítulo de gastos superaba al de ingresos.
La apuesta era el ascenso y lo que supone entrar a formar parte de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), pero si la pelotita no entraba y la AD Ceuta se quedaba en Segunda ‘B’ qué futuro le aguardaba al equipo…. Lamentablemente el descenso y la probable desaparición porque la Ciudad Autónoma parece que se ha cansado de poner dinero para tapar los agujeros del que ha demostrado con creces que es un mal gestor y sabe del complicado mundo del fútbol menos de lo que se cree.