El piloto de la
moto de agua que fue detenido por la
Guardia Civil de Ceuta en la tarde del pasado sábado, a varias millas de Punta Almina, llevaba un vehículo preparado al detalle para servir de ocultación de un
alijo mayor del que en principio se encontró. Y es que,
en un registro inicial fueron hallados 63 kilos de hachís pero, a posteriori, los agentes pudieron encontrar otros 24 más, dato este que no había trascendido hasta el momento.
Ahora espera en prisión preventiva el juicio oral por el que se sentará en el banquillo acusado del intento de pase de 87 kilos de esta droga, escondida de manera profesional en una moto de agua a la que se le había retirada la matrícula. El conductor, marroquí y sin documentación, había sido encomendado a la realización de esta tarea de trasladar la mercancía desde las costas marroquíes a las peninsulares.
El abordaje se produjo a varias millas al noreste de Punta Almina y después de que el piloto intentara escapar de los agentes a pesar de que estos se identificaron y emitieron señales para que se detuviera. En el registro exhaustivo se encontraron los 63 kilos de polen de hachís que fueron trasladados al área de Sanidad para su análisis y entrega de informe judicial. Con más detalle se encontraron otros 24 que sumar en una ampliatoria del parte.
La intervención se enmarcó en los operativos llevados a cabo por el Instituto Armado para vetar el trasiego de drogas en embarcaciones que parten de Ceuta o de las costas marroquíes hacia la Península. Una vía marítima mucho más presionada. La Guardia Civil ha asestado en las últimas semanas varios golpes al tráfico de estupefacientes, fundamentalmente hachís, cuyas rutas pasan por Ceuta ya sean a bordo de embarcaciones, motos de agua e incluso oculto en un camión de reciclaje.