Excellence: out d'abord, je m'excuse de mes possibles fautes grammaticales en abordant cette lettre en français, langue que j'ai appris dans votre beau pays, mais qui n'est pas la mienne. Et je le fais parce que, dans le cas peu probable qu’elle arrive à vous, je ne veux pas que vous ayez besoin d’une traduction, avec le risque de différence en nuances que cela implique.
Comme espagnol et citoyen de Ceuta, je me sens en l'obligation de vous transmettre mon indignation par vos récentes déclarations au sujet de ma ville au Parlement Marocain.
Vous pouvez demander Ceuta, Melilla, ou quel que vous considérez approprié. En espagnol on dit "àu défaut de demander, est la vertu de pas donner”. Mais Votre Excellence a dennomé à Ceuta et Melilla comme “des prisons”. Et ça, avec tout mon respect, je ne peux pas le permettre. Vous avez sans doute ce point de vue au respect de ces villes, et je le comprends, parce que de votre plus tendre enfance, dans vos écoles, vos enseignants et les manuels scolaires ont descrit ces deux villes par ce terme faux et fallacieux.
Je ne vais pas essayer de vous illustrer sur l'histoire de Ceuta el Melilla. Pour faire ça, il y a des textes (ceux ci, pas délibérément manipulés) et des experts qui peuvent le faire mieux que moi. Ce que je peux vous assurer, parce que je le sais, et parce que j’habite ici, c'est que nous, les résidents de Ceuta, ne nous considérons pas des «prisonniers», mais au contraire, nous sommes des citoyens libres et avec nos droits bien protégés, et de cette façon nous voulons continuer.
Avec mon plus grand respect sur vous, je me permet, monsieur le Premier Ministre, vous faire quelques observations qui peuvent piquer votre curiosité, tout en causant une doute sur le mal de votre déclaration: Vous êtes-vous arreté à penser combien de personnes à Ceuta et Melilla veulent échapper de ces “prisons”?. Combien de petits bateaux partent de cette “prison” appelée Ceuta avec citoyens de Ceuta, “prisoniers”, qui aspirent à la liberté? Et combien veulent entrer, même au péril de leur vie? N'est-il pas étonnant?.
Je me sens avec le droit, Excellence, de vous demander que, au future, vous traitez les citoyens espagnols, parmi lesquels nous trouvons ceux de Ceuta et Melilla, avec plus de respect et de gratitude. Je suis sûr que vous êtes bien informé, et sait qu’à L’HÔPITAL DE CEUTA, et payés par les impôts de ceux que vous considerez comme des prisonniers, PLUS D’UN SOIXANTE POURCENT DES ENFANTS NÉS, SONT DES CITOYENS DU MAROC, PAYS DUQUEL VOUS ÊTES LE PREMIER MINISTRE, et nous voulons penser que c'est en raison de la poursuite légitime des mères marocaines de meilleurs soins de santé pour elles et ces enfants, et pas pour aucune raison bâtarde. Nous demandons de Votre Excellence une reconnaissance aux habitants des deux villes. Sans aucun genre de doute, on le merite.
Votre Excellence, pouvez-vous répéter mille fois que “les prisons de Ceuta et Melilla ont été et sont marocaines”. Le ministre de la propagande de Hitler, Goebbels, déclarait “qu’un mensonge mille fois répété devient en vérité”. Heureusement, en Espagne, on dit par contraire que “la vérité est extraordinairement entêtée”.
Plus tôt que tard, vous serés obligés de rectifier les erreurs de vos livres de gèographie et d’histoire, et raconter la vérité a vos citoyans.
Señor Primer Ministro de Marruecos El Fassi
Excelencia:
Ante todo le ruego me disculpe por mis posibles faltas gramaticales al dirigirle este escrito en francés, idioma que aprendí en su bello país, pero que no es mi lengua. Y ello lo hago porque, en el improbable caso de que llegara a sus manos, no quisiera que tuviera que sufrir ninguna traducción, con el consiguiente riesgo de diferencias de matices que ello conlleva.
Como español y ciudadano de Ceuta tengo la obligación de transmitirle mi indignación por sus recientes declaraciones respecto a mi ciudad en el Parlamento marroquí.
Puede usted pedir Ceuta, Melilla, o lo que considere oportuno. En español decimos que “al defecto de pedir, está la virtud de no dar”. Pero ha calificado Su Excelencia a Ceuta y Melilla como “presidios”. Y eso, con todos los respetos, no se lo puedo permitir. No dudo que tenga usted esa opinión de estas ciudades, ya que entiendo que desde su más tierna infancia, en sus escuelas, sus profesores y sus libros de texto se han referido a las mismas con ese término falso y falaz.
No voy a intentar ilustrarle sobre las historias de Ceuta y Melilla. Para ello ya hay textos (no deliberadamente manipulados) y expertos que pueden hacerlo mejor que yo. Lo que sí le puedo asegurar, porque lo sé, y porque vivo en ella, es que en Ceuta sus habitantes no nos sentimos “presidiarios”, (cosa que sí ocurriría si habitáramos en un presidio) sino muy al contrario, nos sentimos ciudadanos libres y con nuestros derechos protegidos. Y queremos seguir así.
Con mi mayor respeto, me voy a permitir, Excelencia, hacerle unas pocas observaciones, que quizás despierten su curiosidad, y a la vez le provoquen una duda sobre lo desacertado de su afirmación: ¿Se ha parado a pensar cuantos habitantes de Ceuta o Melilla quieren escapar de estos “presidios”?. ¿Cuántas pateras salen en las tranquilas noches sin Luna de este “presidio” llamado Ceuta con “presidiarios” que anhelan libertad?.¿Y cuántos quieren entrar, incluso poniendo en riesgo sus vidas?. ¿No le produce extrañeza?.
Me permito solicitarle, Excelencia, que trate usted a los ciudadanos españoles, entre los que nos encontramos los de Ceuta y Melilla, con más respeto y mucha más gratitud. Estoy seguro que está usted bien informado, y que sabe que EN EL HOSPITAL DE CEUTA, y pagado por los impuestos de los que usted califica de presidiarios, MAS DEL SESENTA POR CIENTO DE LOS NIÑOS QUE NACEN, SON CIUDADANOS MARROQUIES, PAIS DEL QUE ES USTED PRIMER MINISTRO, y ello queremos pensar que se debe a la legítima búsqueda de una mejor atención sanitaria por parte de las madres marroquíes, y no por otros intereses bastardos. Le solicitamos a Su Excelencia el reconocimiento y la gratitud que nos merecemos los habitantes de ambas ciudades. Sin duda nos lo hemos ganado.
Excelencia: Puede usted repetir mil veces que “los presidios de Ceuta y Melilla han sido y son marroquíes”. El ministro de propaganda de Hitler, Goebbels, ya afirmaba que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Afortunadamente en España decimos que, muy al contrario, “la verdad es extraordinariamente terca” y termina por imponerse.
Tarde o temprano tendrán que corregir las inexactitudes de sus libros de geografía y de historia, y decirles la verdad a sus ciudadanos.
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