“El momento perfecto nunca llega; hay que tomar acción para emprender”

Dejar de buscar el momento perfecto y, simplemente, lanzarse a la piscina. Es uno de los pilares imprescindibles a la hora de montar un negocio de cero o desarrollar un proyecto. Los hermanos Hajjaj, originarios de Ceuta, lo saben bien. No se lo plantearon mucho y decidieron dar el paso. Gracias a esa fuerza motora tienen a más de 200 alumnos de unas 25 nacionalidades distintas en su academia de árabe online.

Hay que tomar acción para emprender, pero, antes de dar rienda suelta es necesario contar con ese espíritu que genere ese interés por empezar a construir un negocio. Otro ingrediente clave es tener en mente una idea. “Es bonito, pero también se romantiza. Es preciso aportar una solución. La nuestra fue que, al ver que las personas querían aprender el idioma pero que carecían de una academia, le dimos remedio”, explica Adam que, junto a Micail, están al frente de esta escuela virtual.

A estas dos piezas se suma una tercera, que es contar con el conocimiento a nivel de programas, redes sociales u aplicaciones. Adquirirlo permite comenzar en esta aventura con un bajo presupuesto. Si se cuenta con más capital y la persona implicada no es cercana a esta clase de medios, recomienda contratar a un profesional para la creación de la web y el manejo de los espacios de la pantalla. “Creo que, si al menos tienes una base de ese saber, es importante”, añade.

Hay un cuarto paso, que no es otro que el de establecer las pautas a seguir para que el proyecto fructifique. “Cuando se abre una empresa lo que se persigue es la rentabilidad. Esta se monta para tener autoempleo y generar dinero. Uno lo lleva solo, pero si se tiene una estructura más grande, es necesario ser consciente de todos los costes que acarrea. Lo que produzca debe cubrir todos los gastos”, detalla.

Probar el producto

Una vez que ya están definidas y claras todas las líneas, es necesario poner a prueba lo escrito en papel. Es esta razón por la que aconseja que se establezca un prototipo y poner en práctica ese producto mínimo viable.

“Hay que sacarlo al mercado para testearlo y ver cuál es el ‘feedback’ de los clientes para mejorarlo poco a poco”, comenta. Es este el motivo por el que considera que no hay que esperar a que se dé una circunstancia “perfecta” y sencillamente se proceda a actuar.

Es el camino que ellos siguieron hace cuatro años y desde ese momento imparten en español cursos de árabe estándar, también de la modalidad levantina y formaciones específicas destinadas, por ejemplo, trabajadores sociosanitarios que trabajan con personas inmigrantes.

Decidirse es también asumir que se puede perder. “Se corre un riesgo al igual que en cualquier otra elección en la vida. Hay un margen para el fracaso, que es más una etapa dentro del proceso. Hay que ver si funciona o no. Es importante también en todo esto el estudio de mercado que se hace previamente”, menciona. Las herramientas que hay disponibles online facilitan hacer realidad ideas. “Permite muchos modelos de negocio en los que no se necesita una gran estructura para poder empezar”. Es a su vez una buena forma de ahorrar para el bolsillo. “Al reducirse el coste, eso hace que se democratice el emprendimiento”, señala.

Adam hace un llamamiento a la calma si alguien desconoce cómo funciona el medio virtual y quiere dar pie a una compañía por este canal. “Se debe tener en cuenta que los errores se comenten en todas las actividades y que la incertidumbre es también normal. Es parte de este sendero en el que se va aprendiendo sobre la marcha”, especifica.

Incide en que es más favorable localizar las fortalezas personales y usarlas a favor al mismo tiempo que se dan con la práctica las enseñanzas pertinentes para avanzar. Sí es cierto que recomienda dos vías para solventar esta falta de conocimiento. “Se puede contratar a alguien para estas cuestiones o buscar un socio que sí se maneje en ellas”, asevera.

Una pequeña parte de estos talleres se centra en advertir sobre los peligros de tener un negocio en internet, así como pautas para detectar posibles estafas o mensajes fraudulentos que pongan en peligro al mismo. “Deben tener cuidado antes de responder mensaje o abrir cualquier enlace. Hay mucho timo por SMS o por correo. Hay que mirar bien el link para ver si es correcto o si, es por el banco, conocer cuál suele ser la vía de comunicación habitual del mismo”, indica.