El Rey Mohammed VI de Marruecos dirigió, este martes, un discurso a la Nación con motivo del 66° aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo. Además, este miércoles cumple 56 años.
El monarca, que recalcó que esta fecha "nos permite rememorar la movilización y el compromiso colectivos que la distinguen cuando se trata de los valores de patriotismo, sacrificio y recíproca lealtad, recordó a su abuelo, Mohammed V, y a su padre, Hassan II, "cuya vida consagró al afianzamiento de los cimientos del moderno Estado marroquí, con sus instituciones democráticas y opciones socioeconómicas y de derechos humanos".
En su discurso, Mohammed VI afirmó que procura que "el ciudadano marroquí sea el centro y fin último de la operación de desarrollo" y contó la creación de la Comisión especial dedicada al modelo de desarrollo, con un enfoque asociativo e integrador en el tratamiento de las grandes cuestiones del país.
"Nuestra ambición es que la nueva fórmula del Modelo de Desarrollo venga a constituir una base sólida para la eclosión de un nuevo contrato social en el que todos tomen parte, ya se trate del Estado y de sus instituciones, o de las fuerzas vivas de la Nación, tanto del sector privado, como de las formaciones políticas y sindicales, organizaciones asociativas y la generalidad de los ciudadanos", comentó Mohammed VI en su discurso.
La finalidad que yace detrás de la renovación del modelo de desarrollo y de los proyectos y programas que hemos lanzado, relató el Rey, no es otra sino" el progreso de Marruecos, la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos y la reducción de las disparidades sociales y espaciales".
Los sectores que más acusan las difíciles condiciones de vida, se hallan sobre todo en el mundo rural y en las periferias de las ciudades, dijo el monarca, que añadió que "estos sectores necesitan mayor apoyo e interés por sus condiciones así como una acción continua para responder a sus necesidades imperiosas".
"No paramos de llamar a la promoción del mundo rural, a través de la creación de actividades generadoras de ingresos y empleo, acelerando el ritmo de acceso a los servicios sociales básicos, apoyando la escolarización y combatiendo la pobreza y la precariedad", dijo.
En este contexto, Mohammed VI insistió sobre el hecho de que el esfuerzo del Estado "no basta por si sólo para garantizar el éxito de esta gran operación, sino que se debe apoyar mediante iniciativas y proyectos del sector privado, a fin de aportar una fuerte dinámica a la inversión agrícola, y a los oficios y servicios relacionados con este dominio, particularmente en el mundo rural".
Formación de la juventud
Además, el monarca marroquí insistió en el papel de la formación profesional y del trabajo manual, empezando por los oficios de la artesanía, con todo cuanto aportan a sus profesionales en términos de ingresos y vida digna, pasando por la industria alimentaria y las profesiones relacionadas con la agricultura, y que deben ser centradas en las zonas de producción, según las potencialidades de cada región,
para acabar en la disposición de competencias nacionales, para el turismo y los servicios, así como para las nuevas profesiones de Marruecos, tales como la industria automotriz y aeronáutica, y el dominio de las nuevas tecnologías.
"La promoción de la formación profesional se erige en necesidad acuciante, no sólo con vistas a crear oportunidades de empleo sino también para preparar Marruecos a relevar los desafíos de la competitividad económica y seguir los desarrollos mundiales en los diferentes ámbitos", dijo Mohammed VI en su discurso.
"La sociedad es como una casa, cuya estructura se complementa, y sus sólidas fundaciones descansan en la clase media; las demás clases constituyen el resto de sus componentes. Gracias a Dios, Marruecos, a partir de los últimos años, empieza a dotarse de una clase media que representa una fuerza productiva y un factor de cohesión y estabilidad", también afirmó el monarca.
"Durante las dos últimas décadas, Marruecos ha registrado un índice de crecimiento económico que induce al optimismo, a pesar de clasificarse en función de los indicadores y criterios aplicados a los países productores de petróleo y gas", contó Mohammed VI, que dijo que "lo más importante es obrar por la superación de los obstáculos que se erigen ante la realización de un crecimiento económico elevado y sostenible, capaz de garantizar la prosperidad social".