Mohamed lo tiene claro a sus 20 años: con lo que sueña cada noche es con volver a ver a su padre y convertirse en un gran boxeador en nuestro país. Estos dos deseos le llevaron a dejar atrás a su familia y toda la vida que conocía hasta ahora en
Marruecos y cruzar hasta Ceuta. Fue hace justo una semana, cuando concluía el mes sagrado del
Ramadán, por lo que cree que Allah le dio la fuerza. Fue el pasado lunes, 2 de mayo, cuando intentó entrar a nado a nuestra ciudad por el espigón que separa
Benzú de Beliones. No lo hizo solo. Justo cuando iba a arrojarse al mar aparecieron otros dos jóvenes marroquíes que nadaron junto a él, aunque uno no correría la misma suerte: las autoridades marroquíes lo cogieron y devolvieron a su país. No se conocían, aunque sí que ha vuelto a ver por Ceuta al que también consiguió llegar a este lado de la
frontera. Mohamed Musaui nació en Alhucemas, pero se trasladó junto a su familia a Tánger, donde vivía hasta ahora. Allí la vida no le ofrecía muchas oportunidades, por eso decidió abandonar su país para poder trabajar y enviar dinero a su humilde familia de siete miembros. Desde entonces duerme en casa de un conocido. Por eso, el joven marroquí pide ayuda para poder encontrar un trabajo o alguien que le pueda ayudar económicamente para poder irse a la Península. Su sueño: ser un gran boxeador en España. Comenzó con esta práctica cuando apenas tenía diez años y no ha parado hasta ahora, aunque en Tánger competía en categorías inferiores. Su otra ilusión es ver a su padre, que ahora vive en Madrid y al que no abraza desde hace tres años. Su progenitor se busca la vida como puede y trabaja en el campo. Le ha asegurado que allí hay trabajo para él, pero a Mohamed no le han concedido el asilo y se siente apenado porque ve "difícil" que ese rencuentro pueda producirse.