Van a operar del corazón a su mujer y él, Mustafa Roioudi, marroquí con pasaporte español que lleva 20 años viviendo en La Bañeza (León), quiere traer a su madre, que vive a 180 kilómetros de Casablanca, para que cuide de sus dos hijos. Sin embargo, el traslado se ha convertido en una verdadera misión imposible, ya que no consigue cita para que se pueda sacar el visado. Según relata Roioudi su voluntad era conseguir la documentación para que su madre pueda viajar al norte de España. "No hay citas previas y la gente que trabaja a la puerta del consulado español en Casablanca nos dice que la gente las vende por 400 euros", alerta. De otra manera no les quedaría más remedio que esperar "cuatro o cinco meses". El problema reside en que cuando abre el consulado "dan como mucho una cita al día y es imposible cogerla". A la vista del complicado enredo en el que se veía sumido para sacar a su progenitora del reino alauita, decidió llamar a la embajada situada en la capital, Rabat. Allí le dijeron que se pusiera en contacto con una empresa privada que se dedica a gestionar visados, sin que tampoco haya dado resultado por el momento. Mientras, la fecha de la sensible operación de su esposa se acerca y cobra importancia el interrogante al respecto de quién cuidará a los niños, mientras él atiende a su mujer. "Tienen cuatro y siete años y me vendría bien que su abuela, que aún tiene solo 61, pudiera venir". No es la primera odisea a la que se enfrenta Roioudi en lo relativo a las salidas de su país natal. Cuenta que, a razón de la pandemia, ya se quedó atrapado en Marruecos con su familia. Pocas opciones restan para que el hombre consiga sacar a su madre del país, aunque se muestra dispuesto a seguir intentándolo.