La misa rociera celebrada este domingo en la parroquia de Santa Teresa ha tenido una visita muy especial: Sus Majestades los Reyes Magos. Se ha tratado de una celebración mágica y que llenó de ilusión a los niños y niñas que estaban en la iglesia, quienes no se esperaban que Sus Majestades llegaran a saludarlos pocos minutos antes de que terminara la misa. Pero no sólo los Reyes Magos contagiaron de ilusión a los más de 60 niños que han llenado la parroquia de Santa Teresa. En la misa, el padre Arturo se convirtió en todo un emisario de Sus Majestades, repartiendo juguetes durante la homilía y lanzando un mensaje de amor e ilusión para estas fechas. A modo de juego, les fue preguntando a los más pequeños cuestiones que se hablaron en la misa, por lo que los más atentos que acertaban se llevaron los regalos que estaban en juego. Todos esos juguetes habían sido donados por
la Hermandad del Rocío, que han organizado esta especial misa que reunió a multitud de pequeños y mayores, quienes antes de recibir la paz, se sorprendieron con la llegada de Sus Majestades de Oriente.
Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron saludando a todos los presentes, llenando de alegría el templo. En sus tronos reales, se sentaron a pocos metros del altar y fueron recibiendo uno por uno a los niños y niñas que se acercaron a relatarles todos sus deseos y, como no, los regalos que les gustaría abrir en la mañana de Reyes. Se han repartido caramelos y juguetes tras esta especial misa celebrada. Y no sólo los más pequeños tuvieron su regalo, sino que algunos mayores también recibieron detalles de la mano de Sus Majestades. Una vez que los niños hablaban con los Reyes, los pajes reales les entregaban un globo donde se decantaban por cuál de los Reyes Magos era su favorito. La Hermandad del Rocío cierra así un intenso periodo navideño donde los actos no han parado. Desde la gran recogida de juguetes, que se vio empañada en un primer momento por el mal tiempo, no han cesado de trabajar y han tenido en cuenta también a los pequeños que menos tienen. La parroquia de Santa Teresa fue este domingo todo un ejemplo de convivencia, de ilusión y de magia. Familias enteras acudieron al templo para celebrar uno de los días más especiales del año, impregnando de más emoción las horas previas a la tan ansiada Noche de Reyes.