“Mis canciones son ejercicios de libertad, no tienen vocación de éxito”

Adora el silencio y la lectura. La sensación de fuga cuando cruza el Estrecho, el sonido de la claqueta en un rodaje, la playa de Zahara, despertar el letargo moral del individuo con sus canciones, sacar colores a los políticos con un micrófono, los desayunos que tomaba tras pasar la gorra vestido de payaso por las calles del país, el nivel cultural de la bruja avería y la nueva ley antitabaco. Pablo Carbonell desembarca hoy en La Sala dispuesto a dar gustito a las orejas de los que ocudan a escuchar sus canciones “anormales” que bailan con la utopía.
–Tras las cámaras, delante, sobre el escenario, torero muerto, en una bola de cristal, con gafas negras y hoy sobre el escenario de La Sala. Ya no quedan hombres orquesta de su categoría...
–Mi padre comenzaba a preocuparse dada mi inexistente cualificación profesional. Estudié hasta segundo de BUP y mi experiencia puede servir para otros padres angustiados...hay luz al final del túnel y y o  tuve la suerte de que mis padres no me daban un duro y me tuve que buscar las habichuelas por la calle teniendo un padre abogado y una madre maestra.
–Un joven de la calle, que se suele decir...la mejor universidad...
–Yo estaba en la calle pasando la gorra vestido de Payaso. En Matalascañas, Madrid por la calle Preciados, el Retiro, en la Alameda de Sevilla...para desayunar. Y eso me curtió. Trabajar y divertirme trabajando porque como eso no está pagado...yo me lo pasaba bien así que no necesitaba más.
–Y tras tanto curtido y tanta actividad profesional ¿ahora qué es lo que le hace feliz?
–El silencio. Y la lectura.
–Si, claro...
–Te lo juro. No sabes qué satisfacción me da meterme en la cama con un buen libro.
–¿Cuál me recomienda?
–Acabo de leerme el viaje de Cabeza de Vaca por América, se llama Viaje Brutal y es espeluznante. Casi nunca leo novelas pero si te tuviera que recomendar una sería ‘Perro come Perro’. Casi siempre leo cosas autobiográficas porque mi vida tiene tendencia al aburrimiento...(risas).
–No lo parece... ¿ha escrito algún libro de ese aburrimiento?
–Sí, con mi chica de entonces, Eva Salmerón que se llama Sin Sáhara sobre un viaje a Marruecos. Habla de sexo y drogas básicamente.
–Ya no está para eso, no?
–Para sexo si. Para drogas no. Con decirte que acabo de llegar de la farmacia... hace dos semanas era hipertenso. Me he quitado del café, fumo muy poco muy poco...
–Es su primer concierto sin malos humos. ¿Le gusta la idea?
–Va a ser maravilloso dar un concierto en un garito sin respirar el humo de los demás. Lo voy a agradecer mucho y la ley antitabaco es muy buena a pesar de lo que diga alguna prensa derechista sobre el derecho del fumador...ahora va a resultar que fumar es de derechas. Pues nada, cada uno en su casa.
–Sus letras sirven para que el público  se divierta por encima de todo. ¿Deja de lado lo de remover conciencias?
–Hay una actitud un poco utópica en mis canciones, no tienen vocación de éxito y son más bien ejercicios de libertad. No son canciones normales. Son anticanciones. En esa actitud hay algo de rebeldía y de que hago lo que me da la gana así que si que existe cierta actitud política y es una reivindicación hacia el individuo.
–¿Cómo ve a ese individuo?
–Como el único que puede salvar el mundo. Ya que los valores se han perdido, pues que cada uno tenga los suyos. Me da la sensación de que hace años todos luchábamos para cambiar el mundo y como no lo hemos conseguido habrá que intentar cambiar una a una a todas las personas.
–Se atisba su utopía...
–Es difícil si, pero si uno no denuncia la basura mental que emiten las televisiones y si uno se niega a meterse en el rebaño del éxito por el éxito... le pasará lo que le pasó al  Cabeza de Vaca, el tesorero del rey que iba a recoger dinero y volvió en taparabos.
–Hay muchos de esos sueltos...
–En general la gente que pretende ganar dinero acaba en la ruina. Hay que tener metas más espirituales.
–De todo se ríe, ¿cómo lo hace de la crisis?
–Me hace gracia eso de que me río de todo...No, pues qué le vamos a hacer?...ya vendrán mejores tiempos. Tengo tres proyectos cinematográficos parados porque no hay nadie que me de dinero para rodar que es de las cosas que más me gustan. Me puedo reir porque tengo trabajo y hay que tener una actitud positiva, pensar que ésto pasará ser solidario, tener esperanza y prepararse claro.
–A ver si los ceutíes son solidarios esta noche. ¿Estarán bien invertidos los euros de la entrada del concierto?
–Pues claro. Vamos a darlo todo. Ya que estamos en Ceuta, hay que morir...bueno, de algo hay que morir...pero se lo van a pasar fenomenal y después del concierto le voy a dar un beso a todos.
–¿En serio?
–Así soy. Me he puesto ya en plan cabaretera.