El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado de manera oficial que en el año 2020 no habrá concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla. Un anuncio que coincide con el publicado por un medio de tirada nacional este lunes y que no hace sino ratificar lo que ya adelantó El Faro de Ceuta hace una semana: la intención comunicada de ir retirando las alambradas a finales de septiembre.
Grande-Marlaska ha asegurado que quiere “unas fronteras del siglo XXI” que sean “seguras” en donde “los conceptos de seguridad y humanidad no estén disociados”, ha declarado a los periodistas. En ese encuadre se incluye precisamente la eliminación de las concertinas y la mejora de la actual infraestructura con la que están dotadas las dos ciudades hermanas.
El titular de Interior ha dicho que la remodelación fronteriza se llevará a cabo “para mayor seguridad” con unas “fronteras más seguras y sin concertinas”. De momento en el lado español la situación sigue siendo la misma: las concertinas siguen en su sitio y solo ha habido compra de cámaras. El número de agentes es idéntico, lo que cambia es la presión porque la labor desarrollada por el ‘gendarme’ Marruecos impide cualquier aproximación de la población subsahariana al vallado.
El Gobierno vuelve a utilizar el tema de las concertinas y fronteras para hacer política, cuando es consciente de que la retirada de esas cuchillas no aporta ya nada a la visión inhumana del perímetro ya que Marruecos está teniendo el suficiente tiempo para colocar sus concertinas y elevar sus vallas.
El resultado de todo esto es que los heridos, los encaramados, las auténticas sangrías se producirán en el lado marroquí en el caso de que los inmigrantes intenten llegar a la carrera a Ceuta. El “problema” estará en el otro lado, en otro país, mientras que España mantendrá unas vallas sin alambres a sabiendas de que su funcionalidad era nula. Lo deja claro un informe que trasladó al propio Gobierno del Partido Popular la Dirección General de la Guardia Civil y el hecho de que las dos últimas entradas masivas de julio y agosto de 2019 no se produjeron saltando la valla sino agujereando la propia frontera por distintos puntos para cruzarla sin saltar.
Marruecos insiste que sus actuaciones nada tienen que ver con los planes del Gobierno de España, pero ambas acciones se han producido en el mismo tiempo y forma. El país vecino está blindando todos sus puntos limítrofes: desde Beliones-Benzú hasta Berrocal o Sidi Ibrahim, levantando campamentos, elevando vallas, haciendo zanjas y colocando concertinas.
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