Agentes de la Guardia Civil que prestan servicio en la frontera del Tarajal realizaron ayer uno de los servicios más destacados en materia migratoria.
Su perspicacia fue clave para descubrir a un matrimonio de guineanos y su bebé de dos meses que viajaban ocultos en dobles fondos de un vehículo. En el salpicadero al varón y debajo del asiento a la madre y su hijo, así los llevaba escondidos el marroquí N.E.H., de 30 años, a quien se le ha acusado de un delito contra los derechos de los extranjeros. Su nerviosismo le delató. A las 16:30 horas consiguió pasar el filtro marroquí. Después el documental del CNP. Pero fue al ver a la Guardia Civil cuando decidió cambiar de carril, lo que alertó a los agentes.
Al hacer un registro superficial, se dieron cuenta de que desde el exterior se veía cierta alteración en la zona del motor. Un registro más concreto les sirvió para dar con la tecla: en el salpicadero estaba el subsahariano S.S.
Siguieron con el registro, topándose con lo nunca visto: una mujer debajo del hueco del asiento trasero junto a su bebé de dos meses. El pequeño con fiebre, agotado y ambos con falta de oxigenación y en condiciones infrahumanas. En la mente de todos prevalecía una sola idea: qué podía haber pasado si los guardias no hubieran registrado ese coche. Dado el estado del matrimonio y el bebé, podían haber muerto.
Intervenido
El vehículo, modelo Fiat Croma y de matrícula nacional, ha quedado intervenido y bajo investigación. Este suceso viene a significar que, como El Faro había publicado, está habiendo un auténtico coladero en el Tarajal usando coches con dobles fondos. Las colas, la imposibilidad de controles exhaustivos, es usado por las pequeñas redes para filtrar subsaharianos en dobles fondos.
Casi todos los sin papeles captados son de Guinea Conakry lo que viene a reflejar que existe una red de captación clara. El suceso de ayer, sin duda, rompe con una tónica que, se demuestra, experimenta fallos. La suerte estuvo del lado de esta familia.