La escalada de contagios por coronavirus ha llevado al Gobierno a tomar una serie de medidas para intentar minimizar el impacto sanitario y social que la pandemia está provocando en el mundo. Nadie es ajeno a esta situación, nadie puede alegar ignorancia. Todos sabemos qué medidas podemos tomar para evitar los contagios y aun siendo prudentes, no estamos exentos de infectarnos.
Sin embargo, los medios de comunicación no paran de mostrarnos discotecas llenas de jóvenes sin llevar mascarillas, sin guardar el distanciamiento social y cientos de botellones en las mismas circunstancias. Ser joven y tener ganas de divertirse no justifica saltarse todas las normas a la torera, pero la realidad es bien distinta y las autoridades están luchando contra la falta de coherencia, vergüenza y responsabilidad de cientos de miles de ciudadanos irresponsables. Esa falta de coherencia y responsabilidad ha provocado que se cierren las discotecas, se prohíban los botellones y se tomen once medidas de obligado cumplimiento para frenar la pandemia.
El colmo de la estupidez y de la diarrea mental se la lleva el cantante Miguel Bosé al mostrar su total apoyo a una manifestación, convocada este mismo domingo en la Plaza de Colón de Madrid, en contra del uso de las mascarillas en todos los espacios públicos, aunque el cantante está en desacuerdo con todas las medidas del Gobierno para combatir el covid19.
Cuando leí la noticia creía que era uno de tantos bulos que circulan por las redes, pero me equivoqué. No se puede ser más imbécil e insensato, pero además se permite el lujo de hacer apología de la estupidez colgando un vídeo en las redes sociales, en las que tiene miles de seguidores, para que acudan a una concentración cuando el país comienza a entrar en una fase de escalada preocupante, con miles de infectados.
Puedo entender que una persona pierda la razón y su estado mental le permita entender que Bill Gates está detrás de toda esta epidemia y que afirme, sin argumento alguno, que a mayor vacunados de gripe más muertes por coronavirus. Pero lo que no llegaría a entender es que un estúpido famoso pueda agrupar a miles de personas en Madrid, pero eso lo descubriremos hoy.
Cambiando de temas y de tramas conspiradoras, ayer me llamó mi amigo Luis, fanático del Fútbol Club Barcelona y le di el pésame por el resultado de la eliminatoria. Nada raro hasta ese momento, siempre es bueno echarse unas risas. Sin embargo, me sorprendió cuando me contó sin ruborizarse que se rumorea que a los jugadores le echaron algo en la bebida que, si bien, no les impedía jugar, no lo hacían con la lucidez y la calidad que atesoran.
Nada he visto en los medios y en las redes sobre esta trama contra los futbolistas del Barcelona, pero si Luis no fuera un simple ciudadano, igual hasta tendría miles de seguidores.
Vivir para ver.