Mi bisabuelo Paco (II)

Mi bisabuelo Paco siempre ha sido distinto a los demás invidentes. Él nunca utilizó un bastón para poderse orientar en sus desplazamientos en la calle. Aparte de llevar sus gafas de sol para tapar los ojos y no verse esos antiestéticos estigmas de la ceguera. Ni tampoco llevar un perrito lazarillo. Él siempre decía a sus hijos, nietos y amigos que estaba rodeado de hermanitos que le atendían las veinticuatro horas del día. Nadie le acompañaba para ayudarle sino para ser adoctrinado por los conocimientos de mi querido bisabuelo.

Yo le hice la pregunta sobre si la visión de Paco le permitía poder observar algo. Y si sabía leer y escribir. La respuesta fue contundente. Los partes médicos decían que el pobre podía distinguir sombras. Y en cuestión de saber leer y escribir era un no rotundo. Nunca pudo ir a la escuela. Sólo permanecía en casa para evitar que le pasara algo. Sin embargo se dieron cuenta que podía ir solo a todas partes. Creían que era mera matemática. Saber contar los pasos, intuir dónde están las cosas. Las formas y un largo etc., que a los videntes la verdad nos costaría mucho trabajo de aprender en un rato. A parte tenía el sentido de que con unas palabras podía saber cómo era su interlocutor, cómo pensaba, qué le gustaba. Y volví a decir si era por los hermanitos y él con una sonrisa me dijo: “Pues claro”.

Era evidente que estaba tocado por la varita de la suerte. Tener asesor personal, sin tener que pagarle era excelente.

Me contó que su hijo Antonio era muy amigo del hijo del jefe de la policía municipal de Alicante que vivia aquí en Villajoyosa y ya sabemos cómo son los niños, le contó a este chaval que su padre era un artista en adivinar cosas. Por aquel entonces estaban liados en el caso de una niña que habían secuestrado. Estaban todos consternados. Había sido en la capital Alicante y Juanjo que era como se llamaba el jefe fue a la consulta de Paco que la tuvieron que poner en unos barracones que había junto a la playa principal.

Allí había más sitio para que estuvieran más cómodos la cantidad de personas que iban a consultarle cosas. Cuando llegó vestido de policía Juanjo todo el mundo se asustó, incluso una hija de Paco comentó papá viene a detenerte un poli de la capital, él se levantó de donde estaba y dirigiendo la mirada hacia dónde estaba el policía le invitó a entrar dentro del cuartito y le empezó diciendo ¿que quieres de mi?, con mucha tranquilidad.

Le contó Juanjo que una chavala de seis años había desaparecido de su casa hacía dos días y que la estaban buscando y que su hijo le había hablado muy bien de Paco y solicitó que le ayudará todo lo posible. Paco se levantó y le indicó que lo llevará a donde vivía ella. Y así hizo Juanjo. Antes de entrar en el domicilio se dio media vuelta y señaló a una mujer mayor vestida de negro con una toca, y le dijo a Juanjo que la trajera a su presencia. La llevaron a comisaría y allí Paco con una gran tranquilidad le dijo que por qué había secuestrado a la niña. Todos en la comisaría se quedaron de piedra. En pocos minutos había acusado a una mujer mayor. Ella al principio se defendió pero a los pocos minutos de interrogarla mi bisabuelo consiguió que sucumbiera y cantó de pleno que la tenía escondida en una casa rural a las afueras de Alicante. Y esto fue muy nombrado por todo Alicante por los años 20. Fue un espaldarazo para que si su clientela fuera grande se disparará por mucho más. Incluso me acuerdo que le ofrecieron irse como asesor de un rey de Arabia. Pero él prefería estar con los suyos y ayudar a sus convecinos.

Recuerdo que cuando visualizo un nuevo cuadro, mi abuelo se dio cuenta que Paco había pintado a una persona con gorro ruso y un traje tipo de bailarín de esos lugares y según las investigaciones podría coincidir con el triunfo del comunismo en Rusia y la unión de todas las repúblicas en la Unión Soviética. Fue el triunfo del proletario y ser gobernados por ellos mismos. Según la fecha de la pintura estaba rubricado en 1922, años antes de que todo esto se produjera. Aquí fue cuando intenté en buscar un poco de claridad de ideas.

Le pregunté si hubiera algun familiar que supiera pintar tan bien por aquella época o vecino que le fuera fiel a Paco.

La respuesta fue contundente. En esto se basa nuestra investigación. Cada vez que entraba en éxtasis algún familiar estaba pendiente de él por si las moscas y nunca se le dejó solo, luego no podía tener ninguna ayuda exterior de nadie. Daban fe de ello todos los familiares consultados.