Anahí, su hermano Diego y su amigo Raúl son tres mexicanos que tras graduarse en Medicina, Artes y Derecho decidieron tomarse un año sabático para recorrer y conocer el máximo número de lugares posibles del globo terráqueo.
Por ello, estos “tres locos aventureros” como ellos mismos se definen, han visitado en los últimos meses gran parte de los Estados Unidos y en noviembre se lanzaron a conocer el viejo y deseado continente europeo, donde reconocen haberse quedado prendados de Madrid y París. Tanto así que reconocen que no les importaría para nada vivir en la capital española, donde “la gente es muy diversa y va a su rollo”.
Pero, confiesan que estando tan cerca del continente africano no pudieron resistir la tentación, por lo que hace unas dos semanas se embarcaron en una nueva aventura: recorrer Marruecos por su cuenta, sin pensar jamás que la vuelta sería misión imposible.
Ahora, estos tres mexicanos confiesan haberse enamorado de Marruecos y de su riqueza cultural, aunque reconocen que el “choque cultural es bastante fuerte”.
Durante estas dos semana han recorrido los encantos de Marrakech, Casablanca, Fez, Uarzazate, Tánger y su favorita, Chefchaouen. “Es una ciudad maravillosa, lo que uno tiene en la mente cuando va a Marruecos”, señaló Anahí.
Lo que ninguno de los tres imaginaba es que el viaje de vuelta fuera “tan horrible”. Como les cancelaron su vuelo de Tánger a Madrid, puesto que Marruecos desde la semana pasado cerró todas sus fronteras y como consecuencia se están cancelando muchos vuelos, desde Tánger cogieron un autobús en la tarde del pasado martes para llegar hasta Ceuta, donde su intención era coger el barco más próximo que hubiera.
Todos sabemos cómo funciona el transporte en Marruecos y no es que sea precisamente puntual ni que los autobuses sean los más confortables. Pero, a pesar de que “el autobús parecía que iba a pararse en cualquier momento y del retraso en la salida”, llegaron a la frontera sobre las 18.00 horas. “Había muchísima gente, carros (coches) y camiones (autobuses) llenos de personas para pasar, pero no avanzamos, tardamos más de dos horas en poder cruzar a Ceuta”, contó Anahí.
Una vez en la ciudad, el autobús les dejó en el puerto y fueron hasta las taquillas para ver cuál era el próximo barco para salir y llegar a Algeciras. Pero cual fue su sorpresa, que con los billetes en mano, una hora antes de la salida, les dijeron que el último barco que había seguramente no lo haría por el temporal. “El viento estaba demasiado fuerte, las maletas rodaban solas, era de entender, pero lo único que queríamos era llegar a Algeciras, encontrar un sitio para dormir, ver la manera de volver a Madrid y respirar tranquilos”, comentó Diego.
Tras esperar casi otra hora, por fin sobre las 23.00 horas pudieron embarcar. “Yo llegué a pensar en mis padres porque me veía en las noticias: Mexicanos mueren tratando de cruzar el Mediterráneo”, destacó Anahí.
La crisis mundial sanitaria por el coronavirus está dejando muchas historias de contratiempos a los que las drásticas medidas que tanto España como Marruecos han tomado en las últimas fechas ha dejado atrapados a un lado o al otro de la frontera, o en la Península. Pero Anahí, Diego y Raúl consiguieron llegar a Algeciras sobre la una de la madrugada y desde ahí tomar otro autobús ayer por la mañana para llegar a Málaga, donde después pretendían coger un tren hasta Madrid.
Por suerte, esta historia tiene un buen final y los tres mexicanos llegaron ayer sanos y salvos, para tranquilidad de sus padres, a Madrid. La duda ahora es cuándo vuelven a su tierra, dejando atrás el sueño de recorrer Europa, o si esperan “un tiempo en Madrid hasta ver si todo se calma tantito” y “también por seguridad pasar ahí la cuarentena”.
Aseguran estar ahora “un poco arrepentidos de andar por ahí sin pensar con la cabeza”, aunque intentan guardar la tranquilidad y los maravillosos recuerdos y anécdotas que les ha dejado este viaje que, sin duda, nunca olvidarán.
Muy bien por ellos!!! Y los que seguimos tirados en la Península sin poder volver a Ceuta siendo residentes???? Ciudadanls de segunda una vez más