Renovarse o morir. Esto es lo que se plantea la Asociación de Concesionarios del Mercado Central de Ceuta, que se encuentra en una encrucijada ante el desembarco de grandes supermercados en Ceuta. No les queda otra que modernizarse para sobrevivir. “Queremos hacer la competencia a los monstruos comerciales que están llegando a Ceuta. Ya para ellos no existen las fiestas y abren como las gasolineras: 24 horas. Nos vamos a modernizar un poco, esa es la intención”, adelantó ayer Rafael Atencia Rojo, comerciante del Mercado Central, y hermano del anterior presidente de la entidad, quien falleció dejando la plaza vacante. El primer paso fue convocar este miércoles una junta electoral, a la que solo se presentó una candidatura a la Presidencia, la de Francisco Galán, y en la que fueron elegidos los nuevos vocales. “La Ciudad está elaborando un nuevo reglamento y quiere contar con la opinión de todos los vocales y puestos del Mercado Central, cosa muy lógica”, indicó Atencia antes de añadir que, a la convocatoria, acudieron 31 de los 55 concesionarios que existen en la actualidad. La modernización del reglamento, actividades, localización y logística de los puestos que esbozan los concesionarios incluiría una remodelación estructural, con un “aparcamiento subterráneo en la planta baja”, y con horario de apertura por las tardes para aquellos “funcionarios que no puedan hacerlo por la mañana”. “Lo ideal sería de una sola planta porque acuden personas de muchas edades. Hay quien no puede arrastrar un carro de compra y le vendría muy bien una sola planta. Cuando estuvo instalado en el Revellín fue un éxito, aparte de que no estaba acondicionado como mercado, pero lo fue en cuanto a afluencia de público”, recordó Atencia. En cuanto al parking, este portavoz confirmó que se trataría de una construcción nueva y habría que trasladar los puestos del subterráneo a la plantas superiores.
Los concesionarios congregados se sienten “desprotegidos” porque el Mercado Central carece de seguridad o de un policía local asignado a este servicio, como ocurría hasta la jubilación del anterior, porque los operarios tienen cometidos distintos al de la vigilancia. En cuanto al mantenimiento de las instalaciones, apuntan a la falta de conservación porque no ven “una mano de pintura desde hace años” y el montacargas del pescado “lleva años sin funcionar”. “El Mercado está en la actualidad fatal, de pena. Muy desanimados. Los puestos que se cierran, no vuelven a abrirse. Somos pocos, el 50 por ciento de lo que ha habido siempre”, sopesó Atencia. Los concesionarios del Mercado Central aseguran que la Ciudad ya ha iniciado los estudios sobre la viabilidad de la modernización que plantean.