Todos celebrábamos hace un año, por estas fechas, la aprobación por parte del Consejo de Ministros del Plan especial para Ceuta y Melilla con una inversión superior a los trescientos millones de euros para cada una de las dos ciudades. En el caso de Ceuta, incluso, se incrementaba un añadido importante más con otros doscientos millones de euros que cuesta la conexión eléctrica con la Península a través del cable submarino.
Estábamos en el mes de octubre de 2022 y se consideraba un plan trienal, pero después se añadió que todavía existirían inversiones que se alargarían a lo largo de 2026.
En Ceuta, desde luego, el Gobierno del presidente Vivas se mostraba satisfecho porque entendía que el ejecutivo de Pedro Sánchez cumpliría con esta realidad, al igual que pensaba sucedería con la puesta en marcha, por primera vez, de una aduana comercial entre Ceuta y el Reino de Marruecos.
En el caso del Partido Popular de Melilla, ambas promesas le cogieron en la oposición, aunque en el primer aniversario de la visita a Melilla de la ministra de Política Territorial para hacer entrega del documento al entonces presidente De Castro, ya está Imbroda en el poder.
Por supuesto que, al final, nadie puede creer en las promesas de este Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque haya visitado en muchas ocasiones las dos ciudades, todo han sido fuegos de artificio.
Hace ya muchos años me comentaba un gran amigo mío, que fue diputado durante diecisiete años por Ceuta y también delegado del Gobierno durante los primeros años de Mariano Rajoy y fallecido a una edad muy joven, que él prefería menos visitas de los líderes nacionales, pero más inversiones y cumplir con las promesas. Cuánta razón tenía. La verdad es que Francisco Antonio González tenía una gran visión política y no falló en esa apreciación.
A estas alturas no tenemos inversiones del Plan especial para las ciudades. Lo único que se ha vendido, justo cuando se cumple el primer aniversario, es la constitución de un comité técnico. Y en el caso de las aduanas, ni se reabre la de Melilla, que se cerró por decisión unilateral de Marruecos ni tampoco se inaugura la de Ceuta.
Muchas esperanzas de los políticos y de los ciudadanos, de momento, han quedado absolutamente aparcadas.
Nosotros, sin embargo, cumplimos y se ha cambiado la posición con respecto al tema del Sáhara y hasta somos capaces de no poner problemas para que Casablanca sea la sede de la final del Mundial de 2030 en prejuicio del estadio Santiago Bernabéu.
¿Qué hacemos? ¿Nos seguimos creyendo las mentiras de Pedro Sánchez con la misma tranquilidad con la que consultará a sus militantes con una pregunta donde no aparece el tema de la amnistía? Al final terminaremos siendo los últimos, como siempre.
Una hilera de multas. Una detrás de otra impuestas como resultado de la acción irracional…
Tras casi dos semanas de incertidumbre, la desaparición de Mohamed Lagrit se ha resuelto de…
El Sindicato de Enfermería (Satse) de Ceuta ha abierto el plazo de inscripciones en el…
Era mayo de 2023. La Guardia Civil abría una investigación para esclarecer el robo de…
La Real Federación de Fútbol ha dado a conocer los horarios de la jornada decimoséptima…
¿La Ciudad nos toma por tontos? Es lo que se preguntan los trabajadores de la…