Pero ralenticemos el momento de la incomprensión, del estigma, y entendiendo que la diversidad es signo de riqueza.
Una persona con problemas de salud mental incurre en una extrañeza, una gestualidad que sobresale de la razón (por lo demás, una convención establecida). Y créanme que esto sucede, en la mayoría de los casos, por pura timidez, o por desentreno de lo debiera ser una comunicación eficaz.
El caso es que esta situación, en una sociedad despersonalizada, hace que se rompa el círculo del mensaje; el flujo emisor-receptor. El receptor siente temor, desconfía, se impacienta, y se cierra sobre sí mismo, porque en los días de hoy cualquiera sabe. Al tiempo, el emisor se siente rechazado, se acompleja, siente culpabilidad, y su malestar se incrementa.
Esta escena, elevada a categoría de norma o sociedad, hace que el paisaje de la salud mental sea el que es: el estigma prevalece, y las personas con cierto grado de afectación están en severo riesgo de exclusión. Pura confusión.
En esto consiste nuestro programa de rehabilitación psicosocial, donde ese músculo que es la mente se ejercita en el cultivo de la memoria, de la expresividad, y la certidumbre. En los locales de Salud Mental Ceuta trabajamos por la eliminación de estas barreras; pero si ahí fuera, la sociedad no educa a las mentes para la acogida, estaremos fabricando una mesa de dos patas; con la consecuente pérdida de esfuerzos y de justicia.
Así como esta columna, con el nombre de “Estigma Cero” denomino una serie de acciones, que desde la experiencia en primera persona, podamos hacer por la crianza de mentes de acogida.
Sin ir más lejos, mañana tengo comprometida una charla de sensibilización a los estudiantes de enfermería. Allí, intentaré inculcar una imagen positiva del colectivo al que represento en los profesionales del futuro (la palabra “inculcar” también tiene matices de bondad).
Al final del camino, en “Estigma Cero”, lo que quedará es la aceptación de una serie de anhelos, que si bien en las personas sin malestar psíquico son sobreentendidos, en el otro lado de la sensibilidad tienen que explicitarse de forma afirmativa.
Si usted acepta que este decálogo de sueños por cumplir es justo, podrá considerarse como mente de acogida, y su paciencia no tendrá fin.
PLENITUD: la existencia de las personas tiene múltiples facetas, y queremos disfrutar de todas ellas. PROTAGONISMO: queremos liderar nuestras vivencias. SUPERACIÓN: queremos potenciar nuestras habilidades. RESPONSABILIDAD: queremos poner en valor nuestra madurez, sin paternalismos. AUTONOMÍA: queremos desarrollar nuestro propio proyecto de vida. BIENESTAR: tanto social como individual, queremos ser felices. AUTOCONOCIMIENTO: conozcamos nuestras características para desarrollar al máximo nuestras capacidades. CONFIANZA: nos aceptamos como somos. AUTOESTIMA: el punto de partida de nuestro proyecto vital. PARTICIPACIÓN: nadie puede sustituir nuestra voz.
(Este decálogo de empoderamiento ha sido elaborado por el Comité Pro Salud Mental En Primera Persona de la Confederación Salud Mental España).
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